Estamos necesitados de risa en España y más, de un tiempo a esta parte. Y por eso nos permitimos la licencia de este tema. Pasen, lean y si eso, rían.
Sabes que tarde o temprano tendrás que vender (o comprar) algo en Wallapop. Lo sabes. Que menudo invento el de esta aplicación española. Hace relativamente poco, cuando no existían estas plataformas, si querías comprar artículos infantiles de segunda mano, por ejemplo, tenías que ir a una tienda física y ojo que no había muchas: en Madrid, por ejemplo, hace 12 años, había solo un par. Y sin poder negociar el precio.
Pero Wallapop ha venido a cambiar esto: aquí lo mismo encuentras una cuna, que un armario, unos zapatos, un iPhone 7, un cabecero de cama de dudoso gusto, unos guantes con mucha vida, chollos e incluso, una sepultura perpetua. Todo se vende y se compra en esta oda al capitalismo más brutal (pero también, al reciclaje, admitámoslo). Wallapop es el oxímoron de estos convulsos tiempos.
Vamos, que si acumulas trastos en casa es porque quieres, porque aquí, todo se vende. Pero para llegar a un acuerdo, como seres humanos que somos, tendrás que dialogar (exceptuamos a los políticos, a los que esto les cuesta un pelín más). Para eso tendrás que hablar vía app: es decir, teclear. Y ahí viene lo bueno y no solo porque las faltas de ortografía pueden hacer que sangren tus ojos sino porque se dan conversaciones que harían palidecer a los hermanos Marx. Hay profesionales de lo comercial que intentarán vender lo invendible con una foto que además, es horrible; otros que destacan por su ingenio a la hora de camuflarse en la imagen; gente con mucho morro que bien podría trabajar regateando en un zoco de Marruecos.. Una amiga puso a la venta unos zapatos de su niña y una mujer contestó interesada: “Valen 20 euros”, dijo mi amiga. “Me gustan, reconoció la potencial compradora. “¿Me los regalas?”. En Wallapop todo es posible amigos: si no se lo creen, pongan ya a la venta esa estantería del fondo del salón que está acumulando polvo. Y si no quieren comprar o vender nada, entren sin más en la aplicación. Fijo que se echarán unas risas y la risa, oigan, es salud.
El chollo
¿Cómo resistirse a este bonito-inútil-a saber juguetito? ¿Cómo no llevártelo a casa por un miserable euro? ¿Cuánto habrá costado en la tienda? ¿0,90 céntimos? No nos digan que no es un chollazo y que están deseosos de comprarlo ya.
Sepultura eterna
Wallapop te quita de encima lo que no quieres en vida y además, si así lo quieres, te arregla el descanso eterno, como prueba esta foto de una venta de sepultura perpetua para cinco cuerpos (detalle importante, ojo cuidao). Por apenas 13.000 euros te dejas arreglado el descanso de la familia. Si el juguete de Tiger nos parecía un chollo, esto nos lo quitan de las manos.
Pulseras peluda
No vamos a evaluar si la pulsera nos parece o no bonita (aunque a su vendedora está claro que le parece una cucada). Pero creemos que sí podemos emitir un juicio de valor sobre la idoneidad de la mano de la modelo. A ver, ¿no las había menos peludas?
Se vende el mueble, no yo
Es cierto: a veces la vida nos lo pone difícil para hacer la foto del producto porque, ¿cómo no salir en la foto cuando uno quiere vender un mueble que tiene espejo? Este señor ingenioso tuvo la gran idea de esconderse tras una tabla de planchar para la foto. Total, no se nota apenas.
Vendo aradio
En esto todos estamos de acuerdo: el chatear va a acabar con la ortografía pero este vendedor va un poco más allá: él se quedó en los tiempos de mi abuela, que decía "aradio". La pena es que no venda también una “amoto”.
Anglicismos a mí
Y del mismo vendedor anterior, una joya que levantaría a Jobs de su tumba: un reloj “Appel”. Tal cual, como suena, que a buen entendedor pocas palabras bastan (por cierto que cuando vimos este anuncio ya había vendido la “aradio”).
Ofertas de trabajos temporales
Hasta trabajo puedes encontrar, como muestra este ejemplo de alguien que busca a personas para realizar centros de flores para la festividad de Todos Los Santos. Los “necedita” (maldito corrector) con “experiencia” (maldito corrector, again).
Nuevas formas de envío
Esto le sucedió a servidora: vendí mi tele de 32 pulgadas a través de Wallapop. No voy a relatar aquí que el comprador mandó a su hijo adolescente a buscarla con un carrito de la compra (en el que pretendía meter la tele), lo que quiero compartir con ustedes el mensaje de un desconocido que: 1) pretendía recibir la tele en su domicilio (imagínenme yendo a Correos cargada con semejante trasto. Y peor aún: imagínense los portes de envío). Y 2), pretendía que se la enviase “por contra en bolso”. Confieso que me llevó un ratito entender…
Hola, ¿hay alguien ahí?
Más inquietantes son los mensajes de esas personas que responden a tu oferta pero se quedan en un lacónico “Hola”. ¿Acaso están simplemente necesitados de una palabra amiga, simplemente de comunicar? ¿Necesitan un abrazo como Puigdemont en estas últimas semanas?
Mensajes indescifrables
Si “contra en bolso” pone en jaque nuestras entendederas, ¿qué nos dicen de este mensaje?
Tragedias griegas
Pero sin duda Wallapop es también un sitio donde la gente vuelca sus emociones más profundas, lo que les corre por dentro. Porque uno se ha quedado sin la tele (sí, la descrita más arriba) y entonces se queda mal. Como si hubiera perdido de repente una batalla y el imperio griego pasase a ser una pedanía de un pueblo más grande. Pues eso.