¿Una energía verde que mata a murciélagos?: los riesgos del desarrollo masivo de las renovables

Que el futuro pasa por las energías renovables en un país como España se ha convertido en un mantra casi incuestionable, pero ahora que la transición ecológica es una realidad consolidada, varias voces quieren ampliar el debate y concretarlo. Por eso, ha nacido hace unas semanas la Alianza Energía y Territorio (ALIENTE), formada por 80 entidades, que piden que el “desarrollo masivo, sobredimensionado” y “sin planificar” de estas instalaciones energéticas no vaya en detrimento de la diversidad. Para ellos no se trata de un cambio solo tecnológico y “en apariencia verde”, sino que hay que introducir otros factores clave, como el respeto al territorio y los animales que lo habitan. Y sí, también se trata de consumir menos para producir menos.

Tras dos décadas de desarrollo, desde la plataforma creen que es hora de reivindicar un modelo más democrático y que no agrave otros problemas ambientales. “Las renovables son una grandísima oportunidad que se está desaprovechando”, explica Luis Bolonio, portavoz de ALIENTE. El representante de la plataforma cree que España tiene un problema de planificación, ya que son las “grandes multinacionales y los fondos de inversión” quienes están construyendo los grandes parques eólicos y fotovoltaicos.

Esto supone que el factor económico sea el predominante: “Buscan los suelos más baratos para comprar o arrendar. Estos son los menos productivos desde el punto de vista económico”, asegura. Esto se traduce en que son parcelas donde hay poca intervención y, por tanto, mejor conservadas, donde hay poblaciones de animales que ahora se ven amenazadas.

España es uno de los países europeos con mayor biodiversidad. Esto no solo es una ventaja, también es una responsabilidad. Por tanto, para Bolonio el Estado tiene que evitar que las energías renovables pongan la puntilla a la “gran extinción masiva” que ya anuncian varios científicos. De hecho, el pasado diciembre hasta 23 científicos del CSIC advirtieron de la pérdida de biodiversidad asociada a la construcción de megainstalaciones fotovoltaicas y eólicas en una carta en la prestigiosa revista Science. 

Bolonio asegura que además de adornar el horizonte ibérico, las instalaciones eólicas pueden estar perjudicando a grandes rapaces y murciélagos, “el grupo más afectado”. Desde la plataforma, además, se quejan de que los datos de mortalidad de animales “no son públicos” a pesar de que las empresas están obligadas a tener un control en la evaluación ambiental, lo que dificulta la labor de investigadores y ecologistas. 

También advierten de que las grandes industrias fotovoltaicas están cambiando los paisajes y sustituyendo áreas de “cultivo, pastizales y estepas naturales de gran importancia”. Esto modifica el terreno de aves esteparias, que ya estarían siendo amenazadas por la agricultura intensiva. 

Además, creen que hay otra variante social. ALIENTE también denuncia que se genera en la sociedad “un ideal de consumo ilimitado, mientras niega alternativas menos dañinas y menos consumistas”.

Otra planificación es posible

Diversas plataformas ecologistas llevan advirtiendo varias semanas de que los fondos europeos que llegarán a España tienen que servir para impulsar nuevas formas de producir y consumir energía, y no apuntalar las ya existentes. ALIENTE también está en esta línea y aporta 13 medidas. 

“En vez de por grandes centrales, apostamos por una energía renovable que sea modulable y pueda ser instalada en las ciudades donde sea necesario. Creemos que el transporte se lleva un 10 o 15% de la energía, así que podría ser un sistema más efectivo y con menos impactos”, explica Bolonio. Esto pasaría por incorporar paneles solares, por ejemplo, en los tejados de los edificios, pero también por tomar otras medidas de ahorro como la rehabilitación energética de los edificios para tener que producir menos. 

Más control

Por tanto, entre esas 13 medidas incluyen ampliar las “áreas de exclusión legalmente vinculantes para la instalación de energía a gran escala”, ampliar y completar la Red Natura 2000 cumpliendo con las exigencias de la Unión Europea, aprobar planes de catalogación de las especies afectadas, garantizar la independencia y rigurosidad de las Evaluaciones de Impacto Ambiental y procedimientos ambientales aplicando criterios científicos.

También piden que los datos de mortalidad de aves y mamíferos de las industrias eólicas y fotovoltaicas sean “públicos” y que se transpongan completas las Directivas Europeas de Energía Limpia, conocidas como “Paquete de Invierno”. El objetivo es que se pueda desarrollar un modelo energético “que prime el ahorro y eficiencia energéticos” y el autoconsumo.