25N: prendas moradas en los balcones o zapatos rojos para denunciar la violencia machista

41 mujeres asesinadas en lo que llevamos de año. 23 menores huérfanos. 1.074 víctimas mortales desde 2003. Son las cifras que deja este 2020 la violencia machista y que constituyen un iceberg de base muy amplia. También construyen las reivindicaciones de este 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este año, además con la preocupación especial de que el confinamiento haya dejado a miles de mujeres encerradas con sus maltratadores o sus abusadores, que el teletrabajo las haya cargado sobre las espaldas una doble tarea o que haya dejado a las migrantes sin trabajo, sin dinero y sin acceso a ayudas. Este año, la covid-19 trae nuevas demandas y una explosión de actividades para reivindicar el fin de los feminicidios sin aglomeraciones y con las medidas sanitarias.

Por su parte, el Ministerio de Igualdad lleva todo el mes organizando encuentros como el seminario Nos queremos vivas, que tuvo lugar del 5 al 17 de noviembre. Preparan diversos actos institucionales, pero también animan a la población a participar en el día reivindicativo colgando prendas de color morado en ventanas y balcones y guardando un minuto de silencio por todas las víctimas el día 25 a las 12 h.

Confinamiento y violencia

Organizaciones sociales, sindicatos o instituciones celebran sus propias actividades, que en muchos casos pueden seguirse por internet o en pequeños grupos. Lo mismo ocurre con los distintos movimientos feministas, así que para saber cuáles son las actividades exactas de tu ciudad o pueblo, hay que buscar las asociaciones territoriales que te interesan. Por poner algunos ejemplos, en la Comisión 8M Madrid ha habido hasta 38 asambleas y colectivos organizando actos, bajo el lema común "Vecina confinada, aquí están tus hermanas". En los distintos barrios habrá concentraciones, lecturas de manifiesto, colgadas de carteles y pancartas, performances o repartos de folletos informativos.

Luisa Acevedo, de la Comisión 8M de Madrid, advierte de que el confinamiento ha potenciado "los factores de riesgo para la violencia machista tanto física, sexual y psicológica" al obligar a las víctimas a convivir con su agresor. La covid-19 se ha convertido en "la situación perfecta para ejercer un comportamiento controlador en el hogar para algunos hombres", pero también advierte de las consecuencias más allá de las restricciones de movilidad. "El escenario es de mucha incertidumbre, ha aumentado el desempleo, la temporalidad, la sobrecarga del trabajo reproductivo, todo esto no ayuda para prevenir la violencia hacia las mujeres", asegura.

La Comisión 8M Madrid no solo basa sus percepciones en la experiencia, sino en los propios datos. "En España las llamadas al 016 han aumentado más del 10% y las consultas online un 182,93. Sin embargo las denuncias en comisarias han descendido. Este dato da idea de las dificultades que han existido para la movilidad de las mujeres", explica Luisa Acevedo. Esta activista recuerda que las consultas de los médicos a veces son espacios de confianza donde muchas mujeres hablan de las violencias que sufren, pero la lucha contra el coronavirus ha ocupado todos los recursos: "En situaciones de emergencia, las barreras que tradicionalmente dificultan la detección eficaz de las violencias machistas (falta de tiempo, poca formación para abordar el problema, etc) se han agudizado ante la carga de los servicios de salud motivada por la pandemia".

Además, desde la Plataforma Feminista 7N apuntan a otras barreras, incluso cuando se ha intentado poner solución a las restricciones físicas: "Se ha intentado llegar a todas ellas, pero nos hemos topado con la brecha digital. Tenemos que repensar hacia dónde y cómo vamos".

Un par de zapatos rojos por cada asesinada

La pandemia encerró a las mujeres en sus casas, pero las situaciones de violencia han excedido mucho más allá de la pareja. "Hemos visto mujeres migrantes trabajando de internas que se han visto absolutamente privadas de libertad (incluso pasado el confinamiento) por sus empleadores, que las han retenido en sus casas para que no se contagiaran del virus. Muchos también se han negado, por ejemplo, a proporcionarles permisos para salir a la calle para acudir a sus trabajos, ya que trabajan sin contrato, lo que las dejaba en una situación todavía más vulnerable, sobre todo a aquellas sin permiso de residencia, en un contexto de fuerte presencia y represión policial en las calles", explican desde l'Assemblea Feminista de Valencia. 

Todas estas violencias hacen que, incluso con restricciones, las feministas hayan considerado que es imprescindible continuar con las acciones de denuncia: "Aun en estos tiempos complejos, las feministas continuamos trabajando y encontrando maneras de ayudarnos y hacer presenten nuestra lucha en las calle", aseguran las valencianas sobre cómo han organizado sus actividades aún sin la presencialidad.

El día 25 de noviembre, las mujeres valencianas llenarán el espacio público de zapatos rojos, en una acción creada por la artista mexicana Elina Chauvet, para recordar a las asesinadas. Será a las 17h en la plaza de los Pinazo de Valencia. El fin de semana se habían hecho acciones similares por parte de las asambleas de Poblats Marítims-Algirós y la de Benimaclet. En esta ocasión, la idea salió de un "espacio de trabajo en común" con diversos colectivos feministas anticapitalistas catalanes y valencianos.

En los últimos días, los barrios bullen en ideas, actividades y encuentros. De hecho, se han desarrollado otras actividades como una marcha nocturna por la calles de Ruzafa u homenajes a mujeres como Berta Cáceres o Marielle Franco.

En el resto de España también habrá distintas concentraciones y actividades en ciudades y pueblos. Las feministas asturianas protestarán contra "las mil violencias" vestidas de negro y morado o las catalanas han organizado cadenas humanas en varios municipios este fin de semana, por poner un par de ejemplos más.

¿Qué tareas pendientes quedan en la lucha por la violencia de género? "Todas", responden desde la Plataforma Feminista 7N, mencionando la violencia económica o la sexual, entre otras muchas: "La violencia nos rodea y debemos combatirla cada día".