Los actores de la próxima cumbre del clima cuestionan la presencia del ‘lobby’ energético

La reunión internacional en Bonn para preparar la próxima cumbre del clima, la primera con Donald Trump en la Casa Blanca, se cerró este jueves con balance positivo tras casi dos semanas de negociaciones técnicas, que sirven de hoja de ruta para los líderes mundiales que acudan el próximo noviembre a la COP23. Las organizaciones que han participado en el encuentro preparatorio son optimistas, aunque mantienen sus reservas sobre la ambición de los avances que se están realizando y cuestionan la presencia en estas cumbres del 'lobby' energético, que actúa como juez y parte.“Ha sido una cumbre positiva en el sentido de que se sigue avanzando en la reglamentación del Acuerdo de París en cuanto a adaptación, preparación de la próxima COP y de cara a al próximo año”, explica Tatiana Nuño, responsable de campañas de cambio climático en Greenpeace España. “Aunque a la hora de ver resultados reales en la reducción de emisiones y transición energética todavía se está tardando demasiado en asumir compromisos”, añade.

En el Acuerdo de París firmado en 2015, considerado un hito en la lucha contra el cambio climático, se estableció una revisión de objetivos más ambiciosa en 2018, algo en lo que han estado trabajando durante estos días en las reuniones de Bonn, pero que preocupa a los activistas medioambientales por su lento avance.

“Nos quedamos con buen sabor de boca de París, que fue muy importante, pero lo que viene en los siguientes años es la parte de la implementación y la monitorización”, cuenta Nuño.  “Los países no están aceptando y asumiendo que se tienen que presentar objetivos más ambiciosos. Ahora nos llevan a un aumento de tres grados y habrá que ver qué se pone sobre la mesa para mantenernos lo más lejos posible de los dos grados”.

EEUU pierde relevancia

Este encuentro internacional también ha servido para dejar atrás parte del nerviosismo que creó la victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU ante su promesa de retirarse del Acuerdo de París. A pesar de que se mantiene la incertidumbre de si cumplirá su compromiso electoral o no, el cambio de actitud de China y otros países altamente contaminantes hacia una lucha más agresiva para frenar la subida de las temperaturas parece compensar un eventual paso atrás de Estados Unidos.

“Todo el mundo quiere que Estados Unidos siga estando ahí, pero también todos piensan que si se van a quedar y bloquear todos los pasos casi mejor que se vaya, una cosa no quita a la otra”, explica Corina Mora, de InspirAction, organización que ha estado presente en las reuniones sobre género y cambio climático en Bonn.

“Estados Unidos pesa bastante, pero el resto de países están tirando mucho. Como India o China. Probablemente China no está liderando como las organizaciones desearían a nivel de mitigación, pero sí que es cierto que ahora su papel es muy activo”, añade.

El lobby energético

Mora celebra que por primera vez se esté elaborando un plan de género, que tendrá en cuenta los efectos del cambio climático en las mujeres, y que se esté empezando a poner en duda la participación de las compañías energéticas en estas cumbres sobre cambio climático.

“Igual que hace años en la Organización Mundial de la Salud (OMS) se decidió a sacar  a las tabacaleras de todas las reuniones previas, porque obviamente eran juez y parte en el proceso, ahora se está discutiendo y poniendo en tela de juicio la legitimidad del 'lobby' energético para participar”, dice la representante de InspirAction.

Para ella es un cambio de actitud clave, puesto que hace años ni se mencionaba la posibilidad de entrar en este debate de intereses, y ve con optimismo que se haya puesto sobre la mesa la posibilidad de regular la participación de las empresas en este tipo de cumbres.