Cynthia Rodríguez *
ROMA.- “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”. Con esta declaración, el Papa Benedicto XVI anunció ayer que dejará el pontificado el próximo 28 de febrero a las 20:00 horas.
Personalmente y en latín, Joseph Ratzinger, quien el próximo 16 de abril cumplirá 86 años, y quien el 19 de abril del 2005 fue elegido como Papa después de la muerte de Juan Pablo II, hizo el anunció que en segundos dio la vuelta al mundo, pues el último pontífice que renunció fue Gregorio XII en 1415 poco antes de morir, es decir, hace casi 600 años.
Durante el Consistorio que él mismo había convocado en el Vaticano para la ceremonia de canonización de mártires italianos y dos beatas latinoamericanas, Ratzinger sorprendió a todos: “Queridísimos hermanos, os he convocado a este Consistorio no sólo por las causas de canonización, sino también para comunicarles una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia". Y añadió: "En el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro".
Un Papa en retiro
Una hora después del anuncio del Santo Padre, Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, señaló que a pesar de que el anuncio de Benedicto XVI les cogió por sorpresa, habían notado desde hace tiempo su cansancio. L'Osservatore Romano, periódico oficial del Vaticano, reveló ayer mismo en un editorial titulado El futuro de Dios que "la decisión del Pontífice se tomó hace muchos meses, tras el viaje a México y Cuba [marzo de 2012], y con una reserva que nadie pudo romper".
Lombardi aclaró que después del 28 de febrero, Benedicto XVI irá a Castel Gandolfo donde estará unos días para después ir al monasterio de las monjas de clausura, muy cerca del Vaticano. Sobre la posible enfermedad del Papa, señaló que las personas más cercanas a él ya habían notado un cansancio y una fatiga mayor respecto al pasado. “El Papa dice que el vigor físico en los últimos meses ha disminuido. Esto, quizá, también nosotros lo habíamos notado, pero no hay ninguna enfermedad en curso que ha influido en esta decisión”, dijo, aunque varios medios han señalado, sin citar fuentes, que Ratzinger está afectado de artritis y diabetes.
La sucesión
En su declaración de ayer, el propio Ratzinger afrontó el tema de su sucesión. “A partir del 28 de febrero del 2013, a las 20:00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice”, explicó también en su discurso. Lombardi precisó que el cónclave se convocará el próximo mes: “Desde el primero de marzo, después de la dimisión del 28 de febrero, se iniciará todo para la elección. Para Pascua [comienza el 31 de marzo] deberíamos tener al nuevo Papa”, aventuró el portavoz vaticano en la conferencia de prensa.
Una renuncia anunciada
En Luz del mundo, un libro-entrevista de su biógrafo alemán Peter Seewald que se publicó en noviembre de 2010, cuando habían estallado los escándalos de curas pederastas en distintas partes del mundo, Benedicto XVI anticipó la hipótesis de la dimisión. “Cuando el peligro es grande no se debe huir de él. Por eso, ciertamente no es el momento de renunciar. Justamente en un momento como este hay que permanecer firme y arrostrar la situación difícil. Esa es mi concepción. Se puede renunciar en un momento sereno, o cuando ya no se puede más. Pero no se debe huir en el peligro y decir: que lo haga otro".
– ¿Puede pensarse en una situación en la que usted considere apropiada una renuncia del papa? –le preguntó Seewald.
– "Sí. Si el papa llega a reconocer con claridad que física, psíquica y mentalmente no puede ya con el encargo de su oficio, tiene el derecho y, en ciertas circunstancias, también el deber de renunciar" –fue la premonitoria respuesta del Papa.
A manera de despedida, Ratzinger finalizó ayer su mensaje con las siguientes palabras: “Queridísimos hermanos, les doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que han llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria”.
Rumbo al Cónclave
Serán 115 los cardenales que elegirán al nuevo Papa durante el mes de marzo. De hecho, actualmente los cardenales que tienen menos de 80 años son 118, pero el cardenal de Kiev, Lubomir Husar, superará el límite de edad el próximo 26 de febrero, por lo que quedará fuera de la Capilla Sixtina donde se lleva a cabo cada Cónclave para elegir al Sumo Pontífice. Tampoco entrarán al Cónclave el decano del colegio cardenalicio Angelo Sodano y el vicedecano Roger Etchegaray, ambos mayores de 80 años.
Abolidos ya los modos de elección “por aclamación sobre inspiración y por compromiso”, la forma para elegir al Papa será únicamente por escrutinio, tal cual decidió Juan Pablo II en la Consitución apostólica Universi Dominici Gregis, que innovó profundamente el procedimiento para la elección papal.
De los 10 españoles que forman parte del Colegio Cardenalicio, sólo cinco podrán elegir al próximo Papa, pues los otros cinco ya superan los 80 años. Entre los electores españoles están: Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal española; Lluis Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona; Carlos Amigo Vallejo, ex arzobispo de Sevilla; Antonio Cañizares Llovera y Santos Abril y Castelló, quien fuera nombrado cardenal por Benedicto XVI el año pasado.
Los cardenales que no participarán son Eduardo Martínez Somalo, Francisco Álvarez Martínez, Ricardo María Carles Gordó, Julián Herranz y José Manuel Estepa Llaurens.
(*) Cynthia Rodríguez es periodista.
Actualización (16.30): Retirados los nombres de dos cardenales Sin y Suárez, ya fallecidos y añadidos posteriormente al artículo.
Rajoy anuncia su dimisión. http://rubeskeitel.blogspot.com