CD Cuenca-Mestallistes 1925 o el ascenso del SD Logroñés: el fútbol popular crece en España
- En Valencia los socios guiarán un club conectado históricamente con el principal equipo de la ciudad. El ex-futbolista Kempes lo apoya y es presidente de honor
- En Logroño coexisten dos equipos. Uno, creado desde cero por aficionados, la SD Logroñés, ha vuelto a la Segunda B tras varios años de ausencia
- Ya hay en nuestro país un total de 16 equipos dentro del movimiento del fútbol popular, que otorga el papel principal a los aficionados y socios de los clubes
El fútbol moderno. La mercantilización. La lejanía entre los clubes y los aficionados. Estos conceptos, y algunos más, se han evidenciado cada vez más durante los últimos años en el llamado “deporte rey”. Ante ellos, cada vez más gente ha decidido mover ficha. Ya el pasado año, aprovechando la llegada del C.D Independiente de Vallecas, este medio profundizó en el llamado movimiento del “fútbol popular”. Poco a poco, estos ejemplos van creciendo en nuestro país. Varios hitos recientes nos hacen, de nuevo volver la mirada a lo que se cuece en ya casi dos decenas de lugares con aroma a un fútbol más real que el que vemos habitualmente en la televisión.
La “familia” del fútbol popular cuenta ya en España con 16 equipos. Son, aparte del club vallecano, los siguientes: Atlético Club de Socios, C.A.P. Ciudad de Murcia, Unión Club Ceares, Unionistas de Salamanca, U.D Ourense, Xerez Deportivo, CFP Orihuela, UD Aspense, FC Tarraco, UP Palencia, Rosal FC, Poli Almería, Ortuellako Jendea y SD Logroñés. Esta nueva temporada se ha unido un nuevo nombre: el CD Cuenca-Mestallistes 1925.
Aparte de estas nuevas incorporaciones, destaca, en el tema deportivo, el ascenso a Segunda B, la categoría de bronce, del SD Logroñés. Junto al Unionistas de Salamanca, es el equipo que juega en una categoría más alta. El resto se reparten entre la Tercera División y las categorías regionales.
CD Cuenca-Mestallistes, equipo “histórico” apadrinado por Kempes
En Valencia hay una larga calle que atraviesa gran parte de la ciudad. Se llama Cuenca y dio nombre a un club de fútbol fundado en 1925, impulsado por una “Olimpiada infantil” realizada el año antes. Tras varios de andaduras y las dificultades obvias ocasionadas por la Guerra Civil, en 1944 se produce un acontecimiento clave. El equipo, gracias a la labor de varios directivos comunes, se convierte en el filial oficial del Valencia C.F, la entidad futbolística más importante de la ciudad. Eso sí, cambió su nombre a Club Deportivo Mestalla. “Desde ese momento su trayectoria fue meteórica: fue subcampeón de España de aficionados en 1946 y encadenó triunfos hasta su fallido ascenso a Primera División en 1952, al que el Valencia hubo de renunciar por presiones federativas”, señala la historia recogida en la web del actual equipo.
A finales de los años 50 el club se volvió a “independizar” del Valencia y regresó a la competición con su nombre original. “Ese es el eje histórico en el que giramos. El club tiene un punto tradicional, y al fin y al cabo lo que reivindicamos es que el CD Cuenca es un pedacito de la historia del Valencia y del Club Deportivo Mestalla”. Son palabras de David Laguía, actual presidente del CD Cuenca-Mestallistes 1925. El equipo, en las últimas dos décadas “ha funcionado como podía”, sin escuela, sin instalaciones propias y sin ni siquiera jugar en la capital valenciana. “El aumento de los precios de los alquileres de los campos dificultaba todo, íbamos de pueblo en pueblo”, afirma Laguía, que entró a jugar en 2007 y dos años después empezó a formar parte de la directiva.
Este año, el club, ya rebautizado como CD Cuenca-Mestallistes 1925, volverá a jugar como local en Valencia. Concretamente en el barrio de Malilla. “Al albero de estas iniciativas de fútbol popular vimos que no existía en Valencia nada así y que nosotros reuníamos esos condicionantes para poder crear algo a de este tipo. Tenemos el tema de la historia y la tradición y además queremos abrir el club a la gente. No hay mejor manera que hacerla partícipe de la propiedad del club”, explica Laguía. El pasado verano se pusieron manos a la obra con un equipo de trabajo pequeño, se hizo una asamblea informativa en julio, en la que participaron unas 20 personas, para ver si la idea podía tomar forma.
“Vimos que sí, con la gente que empezamos a contactar había mucha ilusión”, destaca Laguía. El actual presidente del club resalta que “hay una sensación de desarraigo respecto al máximo accionista del principal club de la ciudad”, el Valencia. “Eso también influye. Nuestro pasado con el Valencia, ese vínculo, hace que seamos una especie de refugio sentimental de la afición valencianista. Pero esto está abierto para cualquier aficionado al fútbol que quiera sentirse partícipe de un proyecto, no solo aficionados al Valencia”, argumenta. Y aclara aún más: “es un complemento para la afición, aquí no queremos enfrentarnos al Valencia, para nada, no queremos que nadie deje de ser de ellos. Pero sí somos un complemento para quien no se sienta representado por ciertas actitudes o comportamientos. Aquí se les va a acoger y escuchar. Y tomar decisiones por mayorías”.
En solo tres semanas de afiliación han superado ya los más de 60 socios. Y surge un nombre propio que ha apoyado desde el principio: Mario Alberto Kempes. El exfutbolista argentino, leyenda del Valencia y de su selección, es el presidente de Honor del equipo. “Es una persona que aquí en Valencia todo el mundo está de acuerdo en que es un mito. Hay otros jugadores que posiblemente hayan sido mitos deportivos pero generan más disputas entre aficionados. Con Kempes todo el mundo está de acuerdo. Teníamos su contacto, contactamos con él y mostró su predisposición desde el primer momento. Tuvimos una vídeoconferencia con él, le argumentamos el proyecto y él nos dijo que quería participar”, explica Laguía. Para el presidente, y mucha otra gente, Kempes fiue de las últimas estrellas futbolísticas con los pies en el suelo. “No se despegó de lo que era la calle, a partir de ahí las estrellas se elevaron y empezaron a mirar desde arriba a la gente. Para mí la demostración de eso es que se ha unido a este proyecto”, afirma.
Respecto a la relación con otros clubes del movimiento, Laguía reconoce que lanzaron su proyecto conociendo, claro, las otras iniciativas, pero sin haber entablado contacto con ellos. “Hemos contactado una vez lo hemos lanzado. La verdad es que nos sentimos muy bien acogidos por todos estos clubes. Esperamos ansiosos poder conocernos y poder participar en un encuentro cuando finalice la crisis sanitaria. Tenemos muchas ganas porque seguro que toda su experiencia nos va a ayudar y al fin y al cabo somos, si no hermanos, primos hermanos en esta ilusión”.
El club juega en Segunda Regional y la semana pasada disputaron su primer partido, como visitantes en la localidad de Beniparrell. La temporada, por las razones sanitarias, no va a ser fácil. Aunque, a diferencia del fútbol profesional, parece que sí podrán contar con aficionados en muchos de sus partidos, con las medidas de seguridad establecidas. Mañana a las 16.45 disputan su segundo partido, ya como locales. La vuelta del CD Cuenca a Valencia tras varios años.
Los valores y principios son muy importantes en los equipos integrados dentro del fútbol popular. Y quedan por escrito. En el caso del CD Cuenca-Mestallistes cuentan con un decálogo. Destacan, entre otros, el punto que rechaza explícitamente toda expresión de racismo, homofobia, machismo, violencia y cualquier tipo de intolerancia en el deporte. “Nos parecía fundamental. Entendemos que el deporte debe servir para confraternizar. El enfrentamiento es deportivo y todo lo demás debe unirte. Por ejemplo a nosotros nos gusta mucho el tercer tiempo del rugby, ahora no se puede hacer pero queremos que se convierta en un elemento de unión. El solo hecho de que muchos clubes de distintas ciudades estemos en el mismo movimiento ayudándonos, animándonos y relacionándonos, es una prueba de ello”, afirma Laguía.
Además, entre sus objetivos se encuentra mostrar a la gente y difundir la existencia del fútbol regional y base. “Hay mucha gente que menosprecia ese tipo de realidad, y es la base, donde se sustenta todo, es el fútbol más auténtico”. La andadura del “nuevo” equipo acaba de comenzar. Hasta dónde llegará dependerá en gran medida del apoyo social. Los resultados deportivos son importantes. Pero aún más, según Laguía, es “crear el movimiento social y mantenerlo”. Y convertirlo “en un elemento de confraternización”. “Es algo más allá del partido de fútbol de los domingos”, concluye.
El SD Logroñés vuelve a Segunda B
La ciudad de Logroño es un lugar histórico para el fútbol. Durante décadas, el Club Deportivo Logroñes se coló en muchas casas. Quién no recuerda aquello de “gol en Las Gaunas”, una frase que es parte del imaginario futbolístico en nuestro país. Todo aquello quedó atrás, el histórico equipo desapareció y la realidad actual del fútbol en la capital riojana es compleja. Coexisten dos equipos. Por un lado, la Unión Deportiva Logroñés, fundado en 2009, tras comprar la plaza del CD Varea, que acababa de ascender a Segunda B. Por otro lado, el que nos ocupa, la Sociedad Deportiva Logroñés, fundado ese mismo año desde cero, con accionariado popular y fruto del impulso de la Plataforma Puerta Cero, un grupo de aficionados. Iniciaron su andadura desde la Regional Preferente.
Curiosamente, la pasada temporada, ambos clubes ascendieron. Por tanto, la UD Logroñés ha alcanzado la Segunda División y la SD Logroñes, la Segunda B. No es la primera temporada de este equipo en la categoría de bronces, ya jugó en ella durante las temporadas 2012-2013 y 2013-2014. “La concepción que tenemos de club de fútbol y del fútbol popular es que ante todo prima el respeto al aficionado, al socio. Es el activo más importante, y tiene una concepción social. Es dueño de su club y tiene que regir el destino, la economía, la política del club, etc. Y no tanto los intereses comerciales o privados. Esa es la concepción más clara de lo que sentimos por fútbol popular. Aquí el respeto al socio es fundamental y es el principal activo del club. Son palabras de Jose Uriarte, responsable de comunicación del equipo.
En el aspecto deportivo el club ha ido creciendo mucho. También la cantera. En cuanto a la masa social, dice Uriarte, se han quedado “un poco estancados” y reconoce en este caso la influencia del otro club de Logroño o que “no existe un aprendizaje en torno al fútbol popular” en la ciudad. Tienen en torno a los 900 socios y su récord fue el primer año, con 1152. “Nos hemos quedado en sobre los 900 pero estamos un poco atascados. La idea es seguir creciendo en la parte deportiva, y a la par, en la parte social”, afirma.
Es inevitable hablar de la relación entre ambos clubes. Dice Uriarte que “es buena”, “cordial” entre ambas directivas. “Hay respeto, no tanto con el propietario, donde la relación es nula y a veces por su parte con faltas de respeto hacia nosotros. Sí que es verdad que a nivel social que hay aficionados que favorecen ese encono mútuo. Pero en general es de respeto. Ellos tienen un modelo de fútbol basado en el negocio y en llegar cuanto antes a la élite, es respetable. Nosotros queremos ir más despacio, ir consolidando el club, tener cimientos, generar patrimonio. Y sobre todo el día que vengan mal dadas, no se nos venga abajo el castillo”, comenta.
En el SD Logroñes miraron mucho hacia otros proyectos ya creados cuando iniciaron su andadura: Atlético Club de Socios, Ciudad de Murcia...”Nos fijamos en esos modelos, hay muy buena relación y compartimos experiencias”. En este punto conviene recordar los diferentes encuentros del fútbol popular realizados en los últimos años. La última edición, en 2019, fue en Logroño. Consisten en una especie de congreso con representación de todos los clubes de este movimiento. El objetivo es reivindicar ese modelo de gestión. A nivel europeo estos modelos van cogiendo cada vez más importancia.
No es la mejor temporada, por la crisis sanitaria, para volver a Segunda B. En los últimos partidos de la pasada, cuando se confirmó el ascenso, la gradas estuvieron vacías. No hubo ingresos por taquilla. Aún así, el club cerró la temporada con sólo un pequeño déficit. “Que no haya público para un club modesto es una puñalada de muerte”, señala Uriarte. El primer partido de liga del SD Logroñés tuvo que aplazarse por varios positivos de coronavirus. Jugaban como visitante y este fin de semana debutan en casa. Juegan, por cierto, en el campo Mundial 82, no en Las Gaunas. “No nos caben todos los socios, andamos en búsqueda para que el ayuntamiento nos ponga gradas supletorias”, comenta el responsable de comunicación. Las medidas, de momento, permiten un 50% de aforo y un máximo de 1.000 personas. “Dependemos mucho de los ingresos de taquilla, para un club así los aficionados y socios son la vida, el corazón”.
¿Veremos a algún club de este tipo en el fútbol profesional, es decir, en Segunda o más arriba? Para Uriarte, no una utopía, pero tampoco una obsesión. “Para un club de fútbol popular, no es que no importe la categoría sino ver a su equipo, Para muchos aficionados que siguen a una Sociedad Anónima Deportiva lo más importante es la categoría, es legítimo y respetable. Pero para nosotros, siendo importante, importa que el equipo esté bien, saneado económicamente, tenga masa social, que el socio se implique al máximo con su equipo”.
Poli Almería y su lado solidario
Aunque llevan ya varios años en funcionamiento, recientemente se ha incorporado a la familia del fútbol popular el Polideportivo Almería. El club nació en 1983, pero desde 2012 hay una nueva etapa dirigida en la gestión por los aficionados. Antes, había dejado de competir por cuestiones económicas. En estos momentos, el equipo juega en la Tercera División. "Tenemos socios gestores que pagan su cuota, ellos son los que deciden y toman las decisiones", señala a este medio Alfonso Zapata, responsable de comunicación.
En un primer momento, al club no se le consideraba dentro del movimiento del fútbol popular, pero desde hace poco tiempo, ya tienen esa pertenencia simbólica y mantienen contacto con otros clubes "hermanos". La filosofía es la misma. Además, desde el Poli Almería destacan su lado solidario y social. Un factor que también es destacado en otros muchos clubes. Realizan un partido solidario todos los años y han colaborado con Cruz Roja Almería, ALTEA autismo Almería y más asociaciones. También pertenecen a CommonGoal, una plataforma de ongs mediante el que los jugadores donan parte de su salario, y los equipos parte de su taquilla, para proyectos sociales. Está apadrinada, entre otros, por el futbolista Juan Mata. "Tenemos una taquilla no muy amplia pero en lo que podemos se ayuda", afirma Zapata. Aportan un 5% de la recaudación anual. Dentro de las ongs que tiene la plataforma, su elegida es Soccer of Spirit.
Para clubes como este, las aportaciones económicas de aficionados y patrocinadores es muy relevante. Esta temporada es difícil, al menos en la parte de asistencia de público. De momento, el Ayuntamiento de Almería, que gestiona las instalaciones del equipo, no permite asistencia. En cuanto a los patrocinadores, afirman estar "muy contentos" porque sus estimaciones se han superado y hay muchas renovaciones. Para solventar, de alguna manera, el déficit de seguidores, emitirán, con sus propios medios, los partidos vía online, sólo para los socios que abonen su cuota anual, de 30 euros. Como todos, esperan volver a ver llenas sus gradas.
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