A punto de cumplir los 31 años, Roger Federer recuperó el número 1 del ranking ATP, en el All England Club, al derrotar al tenista británico Andy Murray, en la final de Wimbledon. El partido se resolvió, ante 15.000 espectadores, en 3 horas y 24 minutos con un resultado final de 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4
Tras Pete Sampras y William Renshaw, el tenista suizo se convierte en el tercer hombre que consigue acumular siete títulos en Wimbledon. También, junto a Pete Sampras, mañana se convertirá en el tenista masculino con más semanas como número uno del mundo: Roger Federer (286), Pete Sampras (286), Ivan Lendl (270), Jimmy Connors (268), John McEnroe (170).
Roger Federer ganó su primer título profesional, en el 2001, en el torneo de Milán. Su primera y última victoria en Majors han sido en Wimbledon 2003 y 2012. Además posee el récord absoluto de ganar en solo cuatro años once torneos de Grand Slam (entre 2004-07). Federer también ha ganado una medalla de oro olímpica. Fue en dobles, en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, junto a su compañero Stanislas Wawrinka.
A lo largo de su carrera Federer ha ganado en mas del 81% de sus partidos (853 victorias por 192 derrotas). Sus 17 títulos (7 Wimbledon, 4 Australia Open, 5 Usa Open y 1 Roland Garros), 24 finales y 244 victorias en Grand Slam son algunos de los récords mas significativos que atesora el mejor jugador de tenis de todos los tiempos.
Desde el 6 de junio de 2010, Federer no había vuelto a conseguir la primera posición del ranking ATP. Han sido mas de dos años, en los que el Genio de Basilea ha tenido que enfrentarse a sí mismo. Probablemente la prueba mas dura por la que puede pasar un deportista. Junto a las lesiones, no hay peor peregrinaje que la pelea interna que tienen los deportistas cuando dudan de sí mismos.
A pesar de ganar al principio de temporada el Abierto de Australia en 2010, fue un año muy difícil para Federer. Su derrota en cuartos de Roland Garros frente a Robin Soderling, sumado a las de Wimbledon y Usa Open con Berdych y Djokovic respectivamente, hicieron tambalear la confianza del magnífico tenista. Esto le relegó a la tercera posición del ranking ATP y a una profunda reflexión. Su tenis ya no era perfecto.
El 2011 comenzó de igual manera. Cayó derrotado en cuartos en el Abierto de Australia y semifinales del Abierto de EEUU, frente a Djokovic. También sufrió una durísima derrota en la final de Roland Garros a manos de Nadal –algo que fue duro de digerir ya que tuvo muy cerca la victoria-. Para cerrar el círculo vicioso también fue derrotado en Wimbledon en cuartos por Tsonga. Con estos resultados y tras el Usa Open, quedó relegado a la cuarta posición de la clasificación ATP.
2011 ha sido el único año, desde 2002, en el que Federer no consiguió ningún título de Grand Slam. A pesar de ello, su gran final de temporada con tres victorias importantes –Basilea, Paris y la World Tour ATP- le devolvieron a la tercera plaza. Y lo que era mas importante, hicieron ver la luz de nuevo a un tenista que estaba algo desconcertado.
Al inicio de la presente campaña se empezó a notar una mejoría en el tenis de Federer. A pesar de caer derrotado nuevamente en semifinales, en el Australia Open y en el Roland Garros, con Nadal y Djokovic, respectivamente, se vislumbra una recuperación importante a nivel mental en el suizo.
Este año consiguió ganar en Roterdam, Dubai, Indian Wells y Madrid. Es en el Open de Madrid donde Roger vuelve a recuperar el número 2 del ránking -algo que bajo mi punto de vista le da alas-. Finalmente y con la elegancia a la que nos tiene acostumbrados, Federer ha conquistado su séptima corona en Wimbledon -superando en semifinales a Djokovic y en la final al héroe local Murray-.
El proceso hasta esta gran victoria ha sido largo y costoso. Mientras que en los deportes de equipo cuando uno está mal puede agarrarse al resto de compañeros para salir a flote, en los deportes individuales estás solo. La cabeza juega un papel fundamental en este tipo de situaciones.
La confianza, seguridad y control en las situaciones de presión son la clave del éxito. No es fácil invertir las tendencias, especialmente en el tenis, ya que los rivales son siempre los mismos y las diferencias, muchas veces, son una o dos bolas de partido. Si no eres capaz de resetear después de cada enfrentamiento estas muerto.
Federer ha vuelto a demostrar por qué es el mejor. Su refinada técnica y variedad de recursos le permiten competir al máximo nivel, pero es su dureza mental la que le hace ganar y la que le ha vuelto a llevar hasta el número uno.