Los captadores de socios denuncian “represión sindical” en su pelea laboral
- Desde la CNT en Madrid denuncian que en los últimos meses se han sucedido despidos de personas significadas “mes a mes” en Wesser
- En Médicos Sin Fronteras el mes pasado fue despedida una empleada que llevaba 12 años trabajando en la organización y era una de las tres cabezas visibles de CNT
Los captadores de socios para ONG que se dedican a las causas sociales o humanitarias comenzaron a organizase sindicalmente hace unos meses. Algunos de estos trabajadores, conocidos por interrumpir el paso de los viandantes para conseguir que hagan aportaciones a estas organizaciones, denuncian “condiciones abusivas”. Si no llegan a realizar a un mínimo de más de veinte socios al mes pueden ser despedidos lo que significa, para ellos, precariedad, inseguridad laboral e incluso “una carga emocional importante”.
Aunque es difícil organizarse en un sector que se caracteriza por la elevada rotación de personal, desde la segunda mitad del año pasado se empezó a conformar la sección sindical de CNT en Madrid por captadores de socios de Wesser, subcontrata de varias organizaciones, y de Médicos Sin Fronteras (MSF). Desde la CNT en Madrid denuncian que en los últimos meses se han sucedido despidos de personas significadas “mes a mes” y que actualmente se encuentran en negociaciones con la empresa para evitar que termine de estallar el conflicto laboral.
El mes pasado en MSF fue despedida Regina, que llevaba 12 años trabajando en la organización y era una de las tres cabezas visibles de CNT en la oficina de la ONG en Madrid. La organización argumenta que no estaba generando los resultados necesarios, pero una de sus compañeras sindicadas indica a este periódico: “la realidad es que llevaba teniendo el mismo nivel de resultados desde hace más de dos años; la han despedido cuando estaba aumentando la visibilidad del conflicto”. El sindicato califica la medida de “represión sindical” por haber denunciado “una cláusula abusiva” del contrato de los captadores de socios.
Por su parte, el responsable de la captación de socios de MSF, David Monllau, desmiente a este diario que exista “represión sindical” y asegura que, muy al contrario, en la organización respetan “plenamente” los derechos sindicales de sus trabajadores. El despido de Regina, argumentan, se debe “estricta y puramente por la no-consecución de objetivos” durante todo el año anterior. Según explica, la ONG necesita “generar más recursos de los que dedica” para poder sostener “las operaciones en el terreno” y “tampoco se puede realizar un trato de favor a aquellas personas” sindicadas “por respeto a los demás compañeros”.
El caso de Wesser, la subcontrata de captación
Wesser es una empresa con más de quince años de existencia que se dedica a la captación de socios para instituciones como la Cruz Roja, entidades como AECC y ONG como el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF). Según explica Hafez, delegado sindical de CNT en Wesser, hay que llegar a 25 socios al mes como o se recibe “un aviso” por bajo rendimiento. Si llegan dos avisos consecutivos o tres en ocho meses “estás fuera” de la empresa. El salario base se encuentra entre los 600 y los 700 euros y se reciben “incentivos” que aumentan el salario a partir de los 30 socios mensuales.
“Wesser es una externalización que muestra el camino de por donde va el sector”, denuncia Raúl San José, de CNT Villaverde. “El problema de los contratos de captadores de socios es que se les paga o se les evalúa por los resultados, pero no son libres para organizar el trabajo como un autónomo”, indica. Los trabajadores se quejan de que “pagan” con bajos resultados los errores de sus superiores. “La responsabilidad de todo el ciclo productivo recae sobre ellos”, resume.
Los captadores de Wesser tienen dos demandas principales: una cláusula que consideran abusiva en sus contratos y el pago de las horas extra de 2018 que, denuncian, la empresa les debe. Los trabajadores con los que ha hablado este medio denuncian una “gran inestabilidad” que se traduce en desconocer si al mes siguiente podrán pagar un alquiler o hacer frente a sus facturas. Durante las bajas médicas se les reduce “el rendimiento” mínimo, pero para hablar algo "decente" necesita seguir llegando a los 30 o 35 socios”, explica Hafez.
Desde la empresa argumentan que si un trabajador causa baja por enfermedad, “no se le pide ningún rendimiento” y presumen de que todos sus empleados cuentan con “contrato laboral indefinido desde el primer día”, a diferencia de otras empresas que trabajan con autónomos o por obra y servicio. Los trabajadores sindicados han denunciado que la empresa ha desoído sus demandas y no reconoce sus derechos, algo que Wesser ha negado a este medio: “En el ámbito de esta empresa no se está vulnerando ningún derecho inherente a la libertad sindical”.
Los cierto es que en los últimos meses han pasado de ser 30 afiliados de CNT a ser cuatro. Hafez explica que algunos de ellos han sido despedidos y otros han firmado la baja voluntaria porque no podían soportar “la situación de acoso laboral”. Según denuncia, las presiones de la empresa son variadas: los responsables pueden decidir enviar a un captador a un lugar donde le sea más difícil conseguir socios --y por tanto es difícil llegar al rendimiento mínimo-- o dejarle trabajando solo, sin compañeros, de manera que paulatinamente se vaya desmotivando. En la actualidad, la sección sindical se encuentra en conversaciones con la empresa para intentar conseguir la readmisión de los últimos trabajadores despedidos, mientras están pendientes de varios juicios por lo que ellos consideran "despidos improcedentes".
“La cláusula abusiva de MSF”
En agosto del año pasado, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Galicia declaró “nula” la cláusula 7 de los contratos de las captadoras y captadores de MSF por obligar a los trabajadores a alcanzar unos objetivos mínimos en cuanto a número de socios con una financiación mínima. El tribunal consideró que este tipo de cláusula de rendimiento propicia una situación de abuso por parte de la organización, por ser aplicada unilateralmente, y por dar lugar a la escisión del contrato en caso de que no se consiga “el doble objetivo”.
MSF ha presentado un recurso de casación contra esta sentencia por considerar que “no se han valorado” sus argumentos. En octubre de 2018 plantearon una cláusula revisada que, según la organización, reducía los objetivos y cuya adhesión era voluntaria para los trabajadores. Esta fue aceptada por “el 90% de la plantilla”, explica la organización. Sin embargo, desde la sección sindical de CNT en Madrid explican que esta nueva cláusula es engañosa. “En vez de hablar de cuota y número de socios, hablan solo de financiación y bajan el número de socios. Básicamente es lo mismo, pero está redactado de manera diferente”, sostiene sin embargo una de las captadoras de MSF.
Actualmente en la oficina de MSF Madrid solo quedan dos trabajadoras sindicadas de CNT de las tres que comenzaron su actividad sindical el año pasado. Empezaron a organizarse a raíz de la sentencia de Galicia. Allí cuatro miembros de CCOO fueron despedidos, entre ellos la delegada sindical, Ángela Serantes. Otros ocho captadores que pertenecían a la CNT también corrieron la misma suerte. En todos los casos la empresa alegó bajadas de rendimiento, excepto por uno en el que se negó la readmisión tras el retorno de una excedencia. De momento, los casos que han llegado a a los tribunales han dado la razón a la organización, aunque el juicio de Serantes, aún sin celebrar, podría ser distinto. Ella era delegada sindical elegida por los trabajadores como representante del comité de empresa y, por este motivo, está protegida por el Estatuto de los Trabajadores.
La lucha de estos trabajadores no consiste en mejorar las condiciones de trabajo, sino “dar una vuelta de tuerca” a un empleo precario, con unos estándares profundamente capitalistas, incompatibles con organizaciones humanitarias. “Necesitamos un cambio de modelo de captación, que no vaya por objetivos. Nuestro trabajo no consiste en pintar puertas. Puedes hacerlo muy bien y que la persona no se haga socia. Lo que nosotros proponemos es utilizar una serie de parámetros que ya existen para controlar que el captador haga bien su trabajo, en lugar de someterlo a esa constante presión”, explica una de las captadoras de socios de MSF Madrid.
se llaman acosadores profesionales, si yo hago eso con una señorita de me denuncian por acoso
Hola:
Soy captador de una de las ONGs que mencionáis. Primero, me parece una falta de respeto a nuestro trabajo que nos metáis a todos en el mismo saco («conocidos por interrumpir el paso…»). En la nuestra trabajamos con respeto.
También nos denigráis y habláis con superioridad al referiros a nosotros: habláis de derechos sociales y justicia cuando sois los primeros en marginarnos y en ridiculizar nuestra labor (¿protestáis contra las procesiones que o barracas veraniegas cuando nos cortan las calles?).
Por otro lado, en mi ONG nos tratan con dignidad y no se externaliza el puesto. Tampoco es cierto lo que decís de que se nos eche de manera abusiva. En todos mis trabajos he tenido objetivos. Aquí los firmé voluntariamente como todos mis compañeros. Qué casualidad que los que no llegan a objetivos (muchas veces por falta de compromiso con su trabajo) sean los que quieren hablar en nombre de los demás, que somos mayoría. Acaban siendo los representantes sindicales precisamente ellos muchas veces.
Hacéis mucho daño a nuestro sector y al trabajo de los que nos dejamos la piel en las ONGs para intentar dejar el mundo algo mejor. Pero es lo que pasa cuando se habla por hablar o se recoge el testimonio del que grita más.