Los 'tuits' testiculares de González Pons

Es probable que a estas alturas del desarrollo y la extensión de las redes sociales haya bastantes políticos afectados por el “síndrome de twitter”. Ocurrió la tarde del sábado, 18 de los corrientes: mientras un número incalculable de indignados del movimiento del 15 de mayo (M15M) se entregaba a tuitear consignas, horarios y puntos de encuentro de las manifestaciones del día siguiente y gran parte de España sesteaba, la socialista Elena Valenciano, que  acaba de ser nombrada coordinadora de la campaña electoral del PSOE, y el conservador Esteban González Pons, vicesecretario general de Comunicación del PP, seguían el juego a una propuesta colgada en Twitter de hacer frases con tres palabras (#trespalabrasespañolas).

No sé yo si estaban buscando un slogan en la red para la próxima campaña electoral o si participaban y competían para pasar el rato. Más bien lo segundo, pues gran parte de los lemas de Valenciano eran tan conocidos como “España es diferente, ¡Se sienten, coño!; Franco ha muerto; quiero ser libre; rebajas de julio…” Y los lanzados por González Pons tampoco eran muy sugerentes ni actuales, verbigracia: “Váyase, señor González, cerrado por defunción, ¡olé mis huevos!, por mis cojones”, el orteguiano “no es eso” o el larriano enmendado: “mañana lo hago”.

Las apelaciones testiculares de don Esteban dieron lugar a alguna respuesta de doña Elena como “ya te vale,  y vaya tela marinera”. Entonces, animados por el juego de las tres palabras, entraron en danza Pedro J. Ramírez y Jesús Maraña. El primero propuso un sorteo y dejó claro que le va el juego. El jefe de prensa del PSOE, Carlos Hernández, pasaba por allí y aportó otras tres palabras de la calle: “¿Tomamos la última?”.

En cambio, Gaspar Llamazares, evitó el juego. Cuatro soldados heridos en Afganistán, la decisión de la IU extremeña de entregar el gobierno regional al PP y la contestación social al “pacto del euro” –también en tres palabras-- eran asuntos muy serios y ocupaban su atención. Otros tuiteros exclamaron: “democracia real ya” y “toma la calle” y pasaron del juego. La mayoría, como el actor Juan Diego Botto se dedicaba a convocar las citas del día siguiente para, entre todos, “conseguir que los mercados estén sometidos a la política y ésta a los ciudadanos”.

Horas después, entre los lemas de las columnas que confluyeron en la manifestación oceánica ante Neptuno, se podían leer y escuchar algunos con tres palabras tan significativos como “Espe, espe, especulación; pienso, luego estorbo, dormíamos y despertamos; así lucha Madrid; no seas violento…” y otros con más, como “violencia es cobrar 600 euros; esto es una estafa, no es una crisis; únete, a ti también te roban; Zapatero, lacayo de banqueros; la patronal, nos quiere esclavizar”. Poética, en fin, de una realidad que aunque se llame “presente” no es un regalo, precisamente.