ENTREVISTA
Pisarello: “Bolsonaro o Guaidó no pueden explicarse sin Trump y la injerencia de EEUU”
- El secretario primero de la Mesa del Congreso es hijo de asesinado por la dictadura militar argentina
- Pisarello habla de la actual situación de América Latina
La vertiginosa agenda política española deja poco hueco para hablar de lo que ocurre en el ámbito internacional. Sin embargo, este es efervescente y, concretamente en América Latina, los últimos meses han sido un constante torbellino. Para analizar la situación latinoamericana, hablamos con Gerardo Pisarello (Tucumán, Argentina, 1970). El actual secretario primero de la Mesa del Congreso y diputado de En Comú Podem es hijo de represaliado por la dictadura militar argentina y sigue con pasión lo que pasa al otro lado del Atlántico.
La llegada al poder del gobierno peronista y progresista de Alberto Fernández en Argentina, la consolidación del izquierdista Antonio Manuel López Obrador como presidente mexicano, las consecuencias del golpe en Bolivia contra el gobierno de Evo Morales, las espectaculares movilizaciones en Chile frente a la cruel represión del gobierno de Sebastián Piñera, la influencia de Trump en el sur de Estados Unidos, el papel de la religión en el giro ultraconservador… De todo ello habla Pisarello en cuartopoder.
-Hace un mes y medio que tomaba posesión en su Argentina natal Alberto Fernández. ¿Qué supone este cambio?
-Supone una alternativa a las políticas neoliberales desastrosas del macrismo. Estaban generando, como en el resto del mundo, un crecimiento de las desigualdades, un endeudamiento excesivo y una regresión autoritaria: persecución de la protesta social, persecución judicial de los adversarios políticos a través del lawfare, la guerra judicial. La victoria del Frente de Todos permite la construcción de alternativas a una derecha cada vez más radicalizada, cada vez menos liberal en términos políticos, y cuyo liberalismo en términos económicos está llevando al desastre a la Argentina y al resto del continente.
- ¿Cómo ha valorado la experiencia del Frente de Todos, esa unión de diferentes sectores progresistas?
-Yo no vengo de una tradición política peronista, me considero una persona de izquierdas, vinculada a las experiencias autogestionadas, cooperativas, libertarias. He aprendido, a lo largo de mi vida, que por muchas críticas que se le puedan hacer al peronismo, en Argentina lo peor es el antiperonismo. Esto son las élites, y en Argentina han llevado a experiencias terribles de represión, de recortes de derechos de las clases populares y el apoyo a gobiernos dictatoriales.
Esta experiencia del Frente de Todos es muy transversal, incluye a amplios sectores del peronismo, también conservadores, pero también a gente muy progresista. Además, tanto Alberto Fernández como Cristina Fernández representan la cara más democrática y progresista del peronismo durante las últimas décadas. Soy hijo de un desaparecido, asesinado en la dictadura, y tengo que reconocer que después de los juicios contra la Junta, la política de derechos humanos, de justicia, verdad y reparación llevada adelanta por el gobierno de Néstor y Cristina ha sido de las más audaces del mundo.
"Por muchas críticas que se le puedan hacer al peronismo, en Argentina lo peor es el antiperonismo"
.Tuve la oportunidad de escuchar a Alberto Fernández cuando vino hace unos meses al Congreso y dijo una cosa muy interesante: para parar al neoliberalismo y a esta derecha radicalizada, hacen falta acuerdos entre gente que no piensa lo mismo, que tiene discrepancias en los ritmos y profundización del cambio social. Si esos acuerdos no se producen, la alternativa es la barbarie.
-Hablaba de la política de derechos humanos y memoria en Argentina. Es una jueza argentina, Servini, la que viene a España a interrogar a Martín Villa.
- Creo que cuando hablamos de América Latina, hablamos también de España. Yo soy un hijo tardío del 68 latinoamericano, por lo tanto, de los movimientos sociales, estudiantiles y obreros que buscaban profundizar la democracia. Y soy hijo de la reacción brutal contra esos movimientos. Lo que veo es que esa reacción brutal, esa barbarie, está regresando, aunque también regresan formas de rebelión contra esa barbarie.
Una de las grandes contribuciones de Argentina contra esa barbarie fue la política de derechos humanos y el juicio contra la Junta. Por lo tanto, no me extraña que venga de Argentina una de las iniciativas que intentan poner en cuestión lo que en España no se pudo hacer: arrojar luz sobre uno de los países que tiene más desaparecidos del mundo. Para mí es una esperanza. También una satisfacción personal, pues como vicealcalde de Barcelona me tocó retirar la medalla a Martín Villa.
No va a haber profundización democrática si no se levanta la impunidad sobre los crímenes del franquismo. Tampoco habrá democracia económica, pues las dictaduras siempre han tenido objetivos políticos, pero también económicos, la acumulación en pocas manos del poder. Que Martín Villa, uno de los pocos responsables vivos de la dictadura, dé cuenta de los actos es una muy buena noticia.
"No va a haber profundización democrática si no se levanta la impunidad sobre los crímenes del franquismo"
-Hablábamos de qué implica la victoria de Fernández para Argentina. ¿Qué supone para el resto de América Latina?
-Creo que América Latina está viviendo horas graves, de retrocesos tremendos, que recuerdan a los 60 y 70. Uno ve el incendio del Amazonas, el regreso de formas de represión que no son las tradicionales, el regreso de los secuestros y desapariciones, la irrupción de formas de machismo y homofobia terribles, el ataque sobre los pueblos indígenas. Es el resurgimiento de una barbarie que pensábamos que se había acabado. Grandes poderes, el económico, religioso, el agronegocio, los Estados Unidos… están aplicando una revancha contra las conquistas políticas y sociales de la década anterior.
Al mismo tiempo, surgen motivos de esperanza, como el triunfo de Alberto Fernández en Argentina, o de Andrés Manuel López Obrador en México. México llevaba muchos años sumido en una situación desastrosa socialmente, también de terrorismo paraestatal. Argentina y México son los países donde el cambio político abre la posibilidad de frenar la barbarie del resto del continente. En otros países se les está acompañando por movilizaciones sociales importantes, como hemos visto en Ecuador y también en Chile.
- Habla de México, pero llegan denuncias de abusos policiales a los migrantes que llegan a este país en caravana desde Centroamérica.
- Sí. Pensar que estos nuevos gobiernos van a resolver de la noche al día los grandes temas pendientes de la agenda social, ambiental o migratoria sería desconocer cuál es la realidad. Son gobiernos, además, que son nacional-populares, desarrollistas y tienen en su interior sectores más avanzados y conservadores. No me hago ilusiones, pero tengo claro que los adversarios están fuera de esos gobiernos. Basta ver la reacción de multinacionales, de Trump o del agronegocio.
- ¿Qué influencia está teniendo Trump en la reacción ultraconservadora de países de América Latina?
"Trump está teniendo mucha más influencia de la que tuvo Reagan"
- Creo que Trump está teniendo mucha más influencia de la que tuvo Reagan. Va a hacer buena la frase de "Estados Unidos es el único país del mundo que ha pasado de la barbarie a la decadencia sin pasar por la civilización". No olvidemos que Trump inaugura y lleva a acabo esta venganza de élites norteamericanas, de sectores militares y económicos contra gobiernos que en su momento firmaron el acuerdo de libre comercio de Bush.
Trump es el Calígula atómico, un personaje carente de cualquier código moral. Trump o Pompeo están teniendo una responsabilidad muy importante a la hora de dar apoyo a estos movimientos reaccionarios en América Latina. Bolsonaro o Guaidó no pueden explicarse sin Trump y la injerencia de Estados Unidos. Los apoyos a Lenin Moreno en Ecuador de Trump son evidentes.
Saben que en América Latina hay unos recursos naturales muy importantes, como el petróleo o litio en Bolivia. No es el único motivo, pero toda esta reacción y procesos de golpes de estado no se pueden explicar sin la actividad de la administración Trump.
- Ha hablado de Bolsonaro, de la importancia de sectores religiosos conservadores, católicos, evangélicos… ¿Se podría entender que aquellos sectores populares que en un pasado fueron seducidos por la Teología de la Liberación, ahora están siéndolo por estos ultras?
"Ha habido una política deliberada de criminalización de la Teología de la Liberación durante los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI"
- En Brasil se dice abiertamente. Los sectores de apoyo a Bolsonaro se definen por las tres B: bala, buey y Biblia. La bala serían los expolicías o miembros del ejército que defienden iniciativas como la liberalización de la posesión de armas, la reducción de las penas a delitos cometidos por ex miembros de las fuerzas de seguridad. El buey se refiere al agronegocio, tan importante en América Latina, que son los viejos rentistas agrarios adaptados a la producción del SXXI, fundamentalmente el tema de la soja.
El tercer sector es el de la Biblia. Se produce una alianza curiosa entre sectores evangélicos y viejos sectores católicos reaccionarios. Tienen objetivos simultáneos, como iniciar una ofensiva en toda regla contra la educación pública. No nos olvidemos que Bolsonaro es el gran antecedente del pin parental, de lo que quiere imponer Vox en España, es decir, entrar en las escuelas públicas, criticar a los maestros, criticar las evidencias científicas… En Brasil hay grandes sectores influidos por las ideas terraplanistas o negacionistas de las evidencias científicas de la emergencia climática, impulsados por ministros del bolsonarismo.
Otro de los objetivos principales es intentar frenar uno de los movimientos más ilusionantes en América Latina de los últimos años, el feminista. Usan esa presencia religiosa para recuperar el control sobre el cuerpo de las mujeres, atacar iniciativas vinculadas a la interrupción voluntaria del embarazo o la educación sexual. Luego, finalmente, es previsible en el caso de Brasil, también de Bolivia, usar la religión cristiana como elemento arrojadizo contra los pueblos indígenas. Pueblos que actúan como protectores de la naturaleza, la selva y los bosques y resultan, al mismo tiempo, incómodos para estas élites rentistas. Estamos viendo cómo sectores evangélicos y católicos reaccionarios ponen en cuestión la wiphala, la bandera indígena, y sus creencias y costumbres. Entran con la espada y la Biblia como si fuera una reedición de la vieja conquista española.
Creo que todo esto es posible porque ha habido una política deliberada, de la cual la Iglesia Católica tiene mucha responsabilidad, de estigmatización y criminalización de la Teología de la Liberación y las comunidades eclesiásticas de base durante los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Este surgimiento de la importancia de pentecostales, evangelistas y cristianos reaccionarios hace que posturas racistas, machistas y homófobas se estén abriendo camino.
Tengo un ejemplo cercano de esto. La experiencia de Jean Wyllys, que fue diputado del PSOL en Brasil, hoy está exiliado y viajando por diferentes países de Europa. Es el típico caso de activista criado en una favela vinculado a comunidades eclesiásticas de base, activista gay, vinculado con las comunidades afro, muy amigo de Marielle Franco. Cuando llega Bolsonaro, Wyllys recibe ataques simultáneos por parte de estos sectores primero por redes sociales y después físicamente en la calle.
- ¿Qué papel puede jugar en este sentido el papa Francisco, paisano suyo?
"El Papa es un elemento incómodo para esa internacional reaccionaria que hay entre EEUU, América Latina y que llega a Europa"
- Creo que las alianzas deben ser amplias. Poco después de la victoria de Bolsonaro, participé en un congreso de CLACSO en Buenos Aires. En aquel congreso tomé consciencia de lo que significaba el bolsonarismo. Al regresar, viajé a Roma a visitar a Francisco.
Después, convoqué en el Ayuntamiento de Barcelona a gente vinculada al judaísmo progresista, al islamismo progresista, personas vinculadas a iglesias protestantes, a organizaciones agnósticas y ateas, como la Fundación Ferrer i Guardia, pues me parecía importantísimo poder combatir estas políticas reaccionarias no solamente desde la razón, también desde una cierta espiritualidad alternativa.
Yo soy una persona de profundas convicciones laicas, no soy religioso, pero estoy convencido de que el crecimiento de la extrema derecha tiene que ver también con la disolución de los vínculos comunitarios que producen las políticas neoliberales. Esto genera miedo y la extrema derecha aprovecha ese miedo de los más vulnerables generando odio hacia otros más vulnerables. En este sentido, hay que buscar alianzas amplias.
En ese sentido, el papado de Francisco representa un momento excepcional en la historia de la Iglesia Católica. Cuando le escucho hablando de temas de derechos sexuales o feminismo, me siento avergonzado, pero cuando le escucho hablar sobre emergencia climática, no puedo sentirle más como un aliado. Cuando estuve en Roma, tuve la sensación de que es un papa permanentemente amenazado por el ala eclesiástica conservadora porque es un elemento incómodo para esa internacional reaccionaria que hay entre Estados Unidos, América Latina y que llega a Europa.
-En Bolivia hemos visto en los últimos meses un golpe de estado de libro. ¿Qué valoración hace de la cobertura mediática?
"En Bolivia, durante las últimas semanas, hay una militarización de todo el país"
- Hay algo importante, la irrupción de toda esta ultraderecha no sería posible sin un fenómeno creciente de concentración del poder mediático y una censura tremenda sobre medios alternativos. Eso se ve en toda América Latina, hay un ataque en toda regla contra Telesur, se cierran cuentas de Twitter de gobiernos latinoamericanos… Una de las primeras consecuencias del golpe fue el amedrentamiento y expulsión de periodistas extranjeros y cierre de medios importantísimos. Algunas redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram son objeto de censura permanente, muchos activistas lo han contado. Aún así, quedan grietas que nos permiten saber cosas que no sabríamos antes. Las redes sociales no son espacio de libertad, sino de disputa.
En el caso de Bolivia, hubo una discusión en sectores progresistas incluso sobre si había habido o no un golpe de estado. Poco después, vimos cómo hubo una persecución no solo al presidente, sino a todos los sectores afines, amedrentamientos en las calles, incendios de casas de ex ministros de Morales o simpatizantes del MAS. En El Alto, la zona cercana a La Paz donde Morales tenía más apoyo se producen masacres, con decenas de personas asesinadas por las fuerzas de seguridad. En las últimas semanas, hay una militarización de todo el país.
Se anuncian unas elecciones libres, pero no hay ningún elemento que nos diga que puedan ser libres. En todo momento se criminalizan a los políticos del MAS, también al candidato, Luis Arce. Estamos viendo un momento donde la censura informativa tiene una importancia fundamental y el nuevo gobierno golpista está atacando la separación de poderes, silenciando a la prensa independiente... Tengo muchas dudas de que se generen las condiciones para que haya unas elecciones libres. Esto es posible porque órganos como la OEA, cuyo representante Luis Almagro se ha convertido en una marioneta del gobierno de los Estados Unidos.
- ¿Qué le parece la reacción de España ante este golpe?
"Me hubiera gustado que el PSOE hubiera pedido la libertad de Lula o que hubiera tenido una actitud más contundente respecto al golpe en Bolivia"
- El PSOE durante una buena temporada ha tenido una posición como si lo que suceda en América Latina le resultara ajeno. Una posición inaceptable, diría yo. No me gustó cuando Pedro Sánchez visitó México e intentó aleccionar a López Obrador sobre lo que significa el derecho a la autodeterminación y la no injerencia en cuestiones externas. Me hubiera gustado que el PSOE hubiera pedido la libertad de Lula, que hubiera tenido una actitud más contundente respecto al golpe en Bolivia. Tengo la sensación de que el PSOE se está moviendo muy poco a poco, espero que el gobierno de coalición le ayude a moverse más, hacia una posición más crítica con los gobiernos autoritarios, la represión en países como Chile y se abra a tener unas relaciones más cercanas con países como Argentina y México.
Creo que se producirá este cambio porque quien sí que tiene claro qué vínculos establecer con los gobiernos de extrema derecha latinoamericanos es la extrema derecha española. Hay vínculos probados entre Vox e importantes dirigentes del bolsonarismo o con el gobierno golpista de Bolivia. Vox intenta bolivianizar el debate español, Bolsonaro y Áñez defienden posturas que aquí defiende Vox. Son todos gobiernos neoliberales, aunque se les llene la boca de patria, y muy serviles con la administración Trump.
Ese vínculo existe y remite a un vínculo histórico. La idea de Vox es la idea imperial por la cual la relación de España con América Latina solo puede ser de colonialidad. Y Bolsonaro, Áñez, Piñera y el resto de movimientos de derechas facilitan esa relación de colonialidad. Garantizan que el modelo de dependencia de los países del sur con el norte pueda perpetuarse. Espero que con el nuevo gobierno de coalición se pueda avanzar en dos direcciones: reconocimiento de la plurinacionalidad interna y en las relaciones solidarias con los pueblos de América Latina. Esto pasa por la condena de estos movimientos reaccionarios, si las izquierdas españolas no son críticas con esos procesos, los tendremos en España. Forman parte de la misma internacional.
- Hace unos días, un estadio de fútbol chileno coreaba: "Piñera asesino, como Pinochet". ¿Se puede establecer este tipo de paralelismo?
"En Chile se está produciendo una especie de golpe de Piñera contra Piñera"
- En Chile se está produciendo una especie de golpe de Piñera contra Piñera. Fue un gobierno crítico con la época de Pinochet, pero con el giro autoritario que se está produciendo en América Latina, estamos viendo un Piñera pinochetista que no tiene ninguna política alternativa a la degradación de los servicios públicos o al crecimiento de las desigualdades está cediendo a una política de criminalización de la protesta atroz. Chile es el laboratorio del regreso de las políticas de desaparecidos, de la tortura sistemática de los carabineros, de los abusos sexuales contra las mujeres. La degradación moral de Piñera es irreversible e irrecuperable.
Si Piñera cae o no, dependerá de la fuerza de los movimientos chilenos, que están demostrando una dignidad conmovedora. A pesar de la represión, de las desapariciones, del uso de químicos por parte de los carabineros, a pesar de todo, gente de todas las edades continúan movilizándose. Además, la vanguardia pertenece al movimiento de mujeres en esa resistencia, una resistencia valiente, festiva. Lo hemos visto con la performance de Las Tesis El violador eres tú, con esos bailes en todo Chile. Están consiguiendo algo que en Espala no se consiguió: que se hable de proceso constituyente. Un proceso en el que se tendrá que reconocer el papel de las mujeres y los pueblos originarios, pues también se está persiguiendo al pueblo mapuche.
En América latina estamos viviendo tiempos de Kamanchaca, palabra que usan los aymaras para referirse a la niebla tupida. Es verdad que vivimos tiempos de kamanchaca y que en esa oscuridad se están produciendo grandes atrocidades, pero también están apareciendo grandes luces de esperanza. En España deberíamos tomar nota, aliarnos y dar cobertura acompañando a estas experiencias de resistencia. En estas experiencias que piden una democracia real nos estamos jugando el futuro de nuestra propia democracia.
Yo me siento no solo como un diputado plurinacional dentro del Estado español, me siento como un diputado americano. Los diputados americanos en Cádiz defendían un federalismo, una relación entre iguales entre los pueblos. Deberíamos tener esto claro, nos jugamos mucho, es nuestra propia supervivencia y sueños de una democracia real lo que está en juego.
- ¿Qué le parece que aunque Sánchez no reciba a Guaidó, le reciba la ministra de Exteriores del Estado español?
- Cuando me preguntan sobre Venezuela, me remito al que ahora se ha convertido en nuestro hombre sensato, José Luis Rodríguez Zapatero. Me gustaría que la política de Exteriores respecto a América Latina se parezca a la de Zapatero más que a la de otros representantes de Exteriores. Es la política del diálogo y la salida pacífica de los conflictos.
Las operaciones como las de Guaidó forman parte de una campaña de injerencia de Estados Unidos sobre Venezuela y el resto de América Latina. Frente a esto, España debería apostar por una salida negociada y democrática y no sumarse a la estrategia de Trump que, con tal de controlar el petróleo, el litio o evitar cualquier proceso que defienda un mínimo de dignidad está dispuesto a sacrificar la democracia. El nuevo gobierno de coalición no puede estar en estas posiciones, confío en que se pueda avanzar en esa dirección. Si no, la extrema derecha quiere imponer esa política agresiva en América Latina y la querrá imponer, también, en España.
… Cuándo Trump quiere originar otra tormenta «Gloria» a este lado del atlántico. Nos envía, al recadero (encargado)… de quemar esos víveres destinados a parar las lágrimas de los ultras de aquí; tan llorones ellos, cuándo lo sufren allí en las propias carnes y los más necesitados.
Que los manden para acá y así matar dos pájaros de un tiro, pués están echando toda la carne en el asador. Las derechas ultras, tienen dobles lazos, por un lado son los gañanes obedientes de Trump, están a lo que disponga el señor y «Tío Sam». Por otro, tienen familiares del golpismo Venezolano en sus listas; unas copias de los muchos Carromeros con sueldo en la corte. Aunque la «banda para delinquir» salida del PP (autentico FAES), necesitan mucha «kamanchaca» espesa, niebla densa unida al humo, para distracción de militantes en un arte de camuflaje, y no se note: «la prevaricación, ladronicio y las puertas giratorias». El Trump, lo tendrá muy en cuenta y mandará al cortijo Español y mucho Español alguna bomba perdida como las de Palomares.
Pocos avances para hacer otro tipo de política en América Latina. Han cambiado muy poco, con unos resultados fuera de los derechos Humanos; las injerencias, en los líos no aportan soluciones duraderas, solo flases para páginas de propaganda, que llevan al encono y al atosigamiento… ¿ sin saber qué buscan, allí ?. Porque aquí, no hay dos Venezuelas, ni dos Bolivias, ni dos Brasiles… ¡ El que puso al encargado Guaido como Presidente, lo debe de cesar ya, no ha cumplido la misión, generando más conflicto !.
Aquí, debemos de limpiar el lar, así lo han encargado las urnas por mayoría, ética y democrática solución !.