PANDEMIA COVID-19

Reino Unido cambia su estrategia contra el coronavirus tras dos semanas de incertidumbre

  • En una semana y media, el gobierno británico ha conseguido que la alarma y el pánico se empiecen a asentar en la sociedad británica
  • “Inmunidad del grupo” era la opción elegida por el gobierno británico hasta ayer, en un intento no de contener el virus, sino de ralentizar su extensión
  • Son muchos los españoles que esperan, llenos de incertidumbre y el temor de quedarse atrapados, sin recursos, en un país que no es el suyo

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LONDRES.- La capital del Reino Unido vive en vilo desde hace dos semanas. La incertidumbre del alcance del coronavirus se cierne sobre Londres, uno de los puntos donde se está extendiendo con mayor rapidez. El plan que el gobierno británico está llevando a cabo para contrarrestar sus efectos no ha dejado indiferente a nadie. Todo, hasta ayer mismo, cuando el presidente Boris Johnson decretó un confinamiento domiciliario obligatorio de "como mínimo" tres semanas. Así, durante esta semana, la multiculturalidad y los contrastes de las vidas de sus ciudadanos se ha visto reflejada en como cada uno, a título empresarial e individual, se ha tomado las recomendaciones del gobierno británico.

Reino Unido, el país del fish and chips, de la actitud polite. Una nación que siempre ha destacado por liderar su propio camino. Cuyo lema es keep calm and carry on, y que se aplica en todos los aspectos y niveles de la vida británica, empezando por su política. En una semana y media, el gobierno británico ha conseguido que la alarma y el pánico se empiecen a asentar en la sociedad británica. Las imágenes de estanterías vacías en los supermercados comienzan a ser un hábito. Unas imágenes que contrastan con las de que aquellos que creen que la situación no es tan grave como en otros países.

Todo se precipitó a raíz de las palabras del primer ministro británico, Boris Jonhson hace un par de semanas. El 12 de marzo, el político anglosajón advertía a las familias que debían prepararse para perder a sus seres queridos. También anunciaba a la nación su plan para paliar la extensión del coronavirus.

La estrategia de Reino Unido

“Inmunidad del grupo” (también conocida en inglés como herd inmunity group) era la opción elegida por el gobierno británico hasta ayer, en un intento no de contener el virus, sino de ralentizar su extensión. Dar tiempo a la sociedad a que, una vez infectados, desarrollen los mecanismos necesarios para hacer su sistema inmune al virus. Para que esta estrategia tenga éxito, el 60% de la población debería infectarse con el virus, señaló Patrick Vallance, uno de los consejeros científicos del gobierno británico.

Esta decisión había sido ampliamente criticada por la comunidad científica, quiénes aludían a la falta de material y espacio en los hospitales, si se seguía esta estrategia, con el consiguiente colapso de la sanidad pública. El gobierno británico, se desmarcaba así, en un movimiento también político, de las medidas que se están tomando a lo largo y ancho de Europa.

Esta estrategia ha venido acompañada por una gran ausencia de medidas y acciones legales para frenar drásticamente el avance del virus, ahora que aún no ha alcanzado su pico más alto. Si el viernes 13 señalaba que medidas como el cierre de escuelas o mantener una distancia social no se contemplaban hasta dentro de un par de semanas, el lunes 16 el gobierno rectificaba por primera vez.

El ejecutivo lanzaba una serie de recomendaciones a la ciudadanía: mantener un distanciamiento social, el teletrabajo o el evitar acudir a lugares recreativos como pubs o restaurantes. Recomendaciones que llegaban tarde. El viernes 13 muchas empresas decían a sus empleados que se implantaba el trabajo desde casa a partir de ese mismo día. Una vez más, algunas empresas y parte de la sociedad demostraban ir por delante de la política inglesa en materia de prevención y seguridad.

El sector hostelero, el primero en verse afectado por el virus

Las recomendaciones de Jonhson no hicieron sino poner en estado de alerta a industrias como la hostelera. Pubs, cafeterías y restaurantes veían con consternación como sus mesas permanecían vacías durante todo el día y apenas acudían clientes. Muchos establecimientos cerraron a lo largo de la semana y despedían a sus trabajadores; o los mantenían en plantilla con cero horas. El gobierno, eso, anunciaba su intención de mantener a flote la economía, y el martes 17 de marzo, el ministro de economía Rishi Sunak daba a conocer una partida presupuestaria de 330 billones de libras en forma de préstamos para ayudar a las empresas.

Una inyección de liquidez controvertida, que dejaba insatisfechos a muchos. Esta medida ponía en manos de las empresas el decidir si contraer una deuda pública para pagar a sus empleados, o despedirlos y cerrar sus establecimientos para evitar pagarles un salario.

Una semana dura, en el que se han sucedido los despidos y los cierres, y que ha mantenido en una auténtica incertidumbre a miles de personas que trabajaban en el sector.

Es el caso de Laura, que trabajaba de camarera. Sin embargo, su empresa cerró y ella se quedó sin trabajo. “A nosotros nos avisaron el martes (…) hicieron una reunión, nos explicaron la situación y que, por tanto, estábamos despedidos” explica Laura a cuartopoder. Como ella, otros tantos que trabajan en hostelería o sector servicios y que tienen un contrato cero horas, una modalidad de contrato en la que no hay un mínimo de horas -pudiendo trabajar 10 o 45 horas, según la demanda y lo que decida tu jefe-. La opción que le daba su empresa era despedirla y así ver si podía conseguir alguna ayuda del estado. “Esperemos que esto pase en dos meses, vuelvan los empleos y volver a recuperar nuestro trabajo” añadía.

Otro ejemplo es el de Nekane, mánager en un restaurante, que también cerró esta semana. Nekane explicaba que la política de la empresa daba a los empleados dos opciones: ser despedidos para poder conseguir alguno de los subsidios que ofrece el estado en caso de desempleo; o permanecer contratados a cero horas, pero sabiendo que cuando vuelvan a abrir, tendrán un trabajo al que volver.

Otros tantos establecimientos han permanecido abiertos, a la espera de que el Gobierno diera la orden formal de cerrar y, por tanto, recibir el seguro y poder así pagar a sus trabajadores. Dicha orden se producía el pasado 20 de marzo. Jonhson anunciaba el cierre inmediato de gimnasios, discotecas, bares, restaurantes y demás establecimientos de ocio desde ese mismo día, aunque si permitía permanecieran abiertos los establecimientos con comida para llevar.

Así, a pesar de la orden, grandes cadenas amanecían abiertas el pasado sábado. Es el caso de Sara, que trabaja en una cafetería en el centro de Londres. “No están asustados. Les da igual el tema. Tengo clientes que les molesta que hagamos solo comida para llevar” afirma Sara que no oculta su preocupación por la tranquilidad de la sociedad, ante lo que la OMS considera desde hace semanas, una pandemia. También denuncia la ausencia de medidas de protección en hostelería y la ausencia de información de empresas hacia sus trabajadores.

Pero, aunque la hostelería ha sido la primera en verse afectada, no es la única. Pronto los comercios empezarán a ver las consecuencias. Las escuelas permanecen cerradas desde el pasado viernes, dejando a profesores suplentes y asistentes sin trabajo. Algunas universidades han decidido realizar sus clases y sus exámenes online, y muchos son los estudiantes que han decidido volver a sus países de origen, sin saber si podrán volver al inicio del nuevo curso.

Otro de los sectores más afectados son los autónomos. El 20 de marzo, el gobierno informaba también del paquete de medidas para los autónomos. Los autónomos tendrán acceso a los mismos derechos de baja por enfermedad que si fueran empleados por cuenta ajena. También podrán aplazar el pago de impuestos. Sin embargo, las medidas resultan del todo insuficientes.

Yolanda, es autónoma y trabaja gestionando visas de inmigración. Con el cierre de fronteras y el virus propagándose alrededor del mundo, ha dejado de tener clientes. Ahora mismo ella no percibe ningún tipo de ingreso y por supuesto tiene que pagar su casa y sus dos oficinas, además de comer. En su caso, ella tiene tanto el pasaporte español como el británico y se pregunta si alguna de las dos naciones le va a ayudar de alguna manera.

“No sé si mi familia me va a tener que mandar dinero de España. No sé si el gobierno español va a tener en consideración a los que estamos en otros países” admite, y luego añade que “entiendo que tenemos que obedecer las leyes del territorio al que pertenecemos, en este caso Inglaterra. Pero nuestro consulado, nuestra embajada también debería tener el sentido de decir, si esto es tan grave, las personas que tengan que viajar de vuelta, que tengan un salvoconducto, algún tipo de servicio. Y con tiempo. No que ayer si se podía volar, y de repente, todos los vuelos cancelados”.  Se refiere, por supuesto, a la cancelación de muchos de los vuelos por parte de las aerolíneas, especialmente a partir del 24 de marzo, que Ryanair dejara de operar.

Con respecto a los subsidios para autónomos, desde The Federation of Small Businesses señalaban que “la pregunta ahora es porque los autónomos han sido excluidos del compromiso de pagarles el 80% de sus ganancias”.

La organización hace referencia al paquete de ayudas lanzados el pasado viernes 20 de marzo, en el que el ejecutivo de Johnson lanzaba un programa para ayudar a aquellos negocios que tuvieran que cerrar debido al virus, pero mantuviera en plantilla a sus empleados. La ayuda haría que se pagase un 80% de las ganancias a dichos empleados. La medida llega con una semana de retraso. En interrogante quedan todas aquellas personas que durante las dos últimas semanas han perdido su empleo, como Laura, que no tendrían acceso a dicha ayuda. Tampoco se dio más información durante la rueda de prensa, en cuanto al tiempo que tardaría en implementarse esa medida, puesto que la mayoría necesitarían ese dinero en el plazo de un mes para pagar sus gastos; o como se calcularía el 80% para aquellos con contratos cero horas.

A algunos, como Laura, solo les queda pedir los escasos subsidios por desempleo que ofrece el Gobierno como el Universal Credit Pay o el paro. El primero es una ayuda para aquellos que están desempleados o con un salario muy bajo y que necesitan ayuda para pagar su alquiler. Aunque el gobierno ha anunciado que se va a aumentar la prestación económica, todavía no se ha pronunciado al respecto. La otra opción es el paro. Debido a la basa tasa de paro en Reino Unido, la prestación derivada de este subsidio es escasa. Si no has trabajado más de dos años para la misma empresa, no tienes derecho a ninguna prestación. Por cada año trabajado a partir del segundo, tienes una semana de paro la cuantía que recibes depende de la edad que tengas.

Quedarse en Reino Unido o volverse a España

La aparición de más y más casos de infectados, la ausencia de medidas drásticas por parte del gobierno británico y la indecisión son los ingredientes para un resultado de consecuencias catastróficas. La población de Reino Unido se muestra dividida ante las medidas y anuncios del gobierno británico. Algunas empresas cierran, otras permanecen abiertas. Lo mismo con comercios, tiendas, restaurantes, gimnasios, centros de salud... Hay familias completamente concienciadas y personas que todavía no entienden la gravedad lo que está ocurriendo.

Las comunidades de residentes de otros países con una gran cantidad de afectados, como Italia o España, están más concienciadas. Sin embargo, son muchos los que trabajan en sectores donde las empresas les obligan a ir a trabajar porque mantienen el negocio abierto. Sara señala que muchas empresas, ante la impasividad de medidas drásticas desde el gobierno, han decidido permanecer abiertas, poniendo en riesgo a sus trabajadores.

Sara muestra su preocupación por los españoles residiendo en Reino Unido y la información que recibe sobre el avance del virus. “Los españoles, la mayoría, no sabemos inglés. Hay muchos que no están viendo noticias de aquí. Mucha gente no está viendo noticias porque comparten casa y no pagan el impuesto de televisión. O sea que, en realidad, información poca” señala.

Además, añade que “a la gente no les importa. Creo que les falta mucha información. Creo que no están siendo conscientes de la gravedad y que al gobierno le está dando igual. El Gobierno se está interesando más por la economía del país y por las empresas. Las empresas no están dando la información necesaria a sus empleados y el Gobierno tampoco”.

Dada la escala del virus, la semana pasada, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González, hacía un llamamiento a todos aquellos españoles que estuvieran en el extranjero como turistas y deseasen volver. A los residentes en el extranjero les pedía que se quedasen en sus países de residencia por el momento. Fuentes de la Embajada de Londres señalan que están intentando llegar a todos los españoles residiendo en Reino Unido para ayudarles en caso de que quieran volver a España, en un momento en que las fronteras áreas todavía están abiertas.

Muchos españoles han decidido marcharse a España, bien porque prefieren pasar este periodo con sus familias, bien porque la actitud del gobierno británico les parece insuficiente. Sin embargo, hay otros tantos españoles que han decidido permanecer aquí porque tienen trabajo o porque prefieren evitar ser un riesgo para sus familias. Sin embargo, el despido de cientos de ellos está poniéndolos ante una difícil tesitura: volver a España o quedarse en Reino Unido, a la espera de que el Gobierno tome medidas para asegurar que perciben ayudas económicas durante el tiempo que dure la situación.

Ante esta dicotomía, son muchos los españoles que esperan, llenos de incertidumbre y el temor de quedarse atrapados, sin recursos, en un país que no es el suyo, si se cerrasen las fronteras. Aunque la Ministra de Asuntos Exteriores señaló, al cierre de las fronteras terrestres, que sí se permitirá el paso a españoles y residentes en el territorio español. Queda saber si la estrategia tomada por el Reino Unido no afectaría a los españoles que residen allí y deseen volver en un futuro. Desde la embajada española se han abstenido de responder cuál sería la actuación en caso de que se llegase a dicha situación.

Brexit y el periodo de transición

Reino Unido, como nación, como gobierno, se enfrenta ahora a una guerra con dos frentes de batalla abiertos. Por un lado, la escalada en el número de casos de contagiados por el covid-19. Por el otro, nueve meses por delante como periodo de transición de salida del país anglosajón de la Unión Europea. Un periodo que tiene que ser suficiente para llegar a un acuerdo entre las dos partes.

Las negociaciones, que empezaron a principios del mes de marzo, tenían previsto continuar con una segunda ronda la semana pasada. Ante la aparición de nuevos casos de infectados por el virus, tanto diferentes países como en Reino Unido, dichas reuniones fueron canceladas, después de un intento de realizarlas por videollamada.

Se espera que el próximo día 30 de marzo, ambas potencias presenten, cada uno, un primer borrador del acuerdo ante la Comisión Conjunta designada para ello. Todavía se desconoce si dicha reunión se celebrará, como tiene previsto, en Reino Unido, o se realizará por otros medios, por ejemplo, por videoconferencia.

Lo que sí parece claro es que el primer ministro británico se va a mantener fiel a su palabra, y llevará a cabo la promesa que hizo a sus electores durante su carrera hacia las elecciones. Para ello, y preguntado de forma insistente, tanto el primer ministro británico como miembros de su partido han repetido de forma firme que el virus no será un impedimento para llevar a cabo el acuerdo.

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