En el mercado global de Ali Baba y en su versión internacional AliExpress, el gran zoco online de Jack Ma que ha seducido a la Bolsa de Nueva York, es posible comprar en cualquier lugar del mundo desde grifos hasta maquillaje, desde una valla eléctrica hasta lencería, desde piezas de recambio para su automóvil hasta un par de zapatos. Todo cabe en Ali Baba, pero eso parece incluir productos que, empleados con fines oscuros, pueden ser instrumentos de represiones o torturas.
Una reciente investigación del Global Post ponía todas las miradas en la web china que se comporta como un gran mercadillo a nivel mundial–cualquier empresa, dedicada a cualquier tipo de producción, puede poner a disposición de los clientes su material sirviéndose del portal siempre que reúna una serie de garantías- tras revelar que algunos de los clientes de compañías que distribuyen productos tan sospechosos como escudos de protección, porras Taser (que emiten descargas eléctricas), esposas o linternas paralizadoras, son dictaduras que emplean sus fuerzas represivas para anular todo atisbo de disidencia.
“Los mercados primarios de destino citados en las páginas web de las compañías exportadoras incluyen Africa, el sureste asiático y América del Sur”, escribía el rotativo online. La venta de productos catalogados como ‘antidisturbios’ o de ‘defensa personal’ y descritos a menudo por sus fabricantes como “intrínsecamente abusivos” es, a simple vista, legítima pero, como denuncia Amnistía Internacional en su informe Comercio Chino de Instrumentos de Tortura y Represión, las opacas leyes de mercado chinas impide distinguir entre una exportación inocente y otra dedicada a fines potencialmente criminales.
Se trata de objetos que pueden ser usados en tratos degradantes, inhumanos o crueles, como puede apreciarse en las imágenes que acompañan este reportaje extraídas de la web AliExpress.com. Eso no implica que el gigante chino sea consciente de que pone a disposición de sus clientes este tipo de productos: de hecho, todos los destacados en la información del Global Post han sido retirados de la venta. Desde la empresa china se recuerda que tiene prohibido “el comercio de armas, municiones, artefactos explosivos o cualquier accesorio o parte relacionada” con los anteriores.
En un comunicado emitido por una representante de la compañía se resalta que “Alibaba.com es una plataforma abierta de contenido generado por usuarios que apoya firmemente y acata todas las leyes y normas internacionales relativas a la no proliferación", además de anunciar su disposición a “cooperar con las autoridades policiales de todo el mundo para eliminar las listas productos problemáticos tan pronto como se reciba notificación”.
Es virtualmente imposible que Ali Baba controle todo el material que los fabricantes con los que trabaja pone a la venta: una búsqueda con las palabras clave ‘antidisturbios policía’ arroja 2.408 resultados; ‘escudos antidisturbios’ arroja 249, en el caso de buscar por ‘esposas’ existen 6.852 entradas, hay unas 5.681 tipos de hachas disponibles, 246 tipos distintos de cadenas para el cuello, 709 referencias relacionadas con ‘equipo policial’....
Las cantidades distribuidas –no es lo mismo comprar centenares que un par de esposas y hay algunos artículos que se venden precisamente en lotes de cien- y el lugar de destino de la mercancía puede ser un interesante índice para sopesar el verdadero objetivo de un pedido comercial. Hay que recordar que, hace una semana, las autoridades israelíes paralizaban un contenedor proveniente de China con unas 5.000 pistolas de descargas eléctricas, 5.500 cuchillos de comando, 4.300 linteras paralizadoras y un millar de espadas.
En el citado informe, donde se denunciaba que al menos 130 compañías chinas están implicadas en importación de instrumentos de tortura, Amnistía denunciaba que los mecanismos de control de exportaciones que pesan sobre productos relacionados con la aplicación de la ley “son débiles, carecen de transparencia y no parecen evaluar el historial de derechos humanos del país receptor".
Según AI, el equipamiento represor made in China ha sido usado “para aplastar revueltas en Uganda y reprimir la disidencia en el República Democrática del Congo durante las elecciones de 2011”. Además, porras eléctricas de procedencia china han sido detectadas en manos de la Policía de Ghana, Senegal, Egipto y Madagascar “donde el respeto a los Derechos Humanos es mínimo”, sostiene Amnistía. La ONG ha pedido a Ali Baba que implante mecanismos que le permitan detectar dichos productos potencialmente abusivos antes de que sean promocionados ante el consumidor.