Brutal paliza por hablar kurdo cuando llevaba a su mujer embarazada al hospital

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Llevaba a su mujer embarazada al hospital y terminó siendo atendido por los médicos tras recibir una brutal paliza a manos de la policía turca (ver vídeo) por el mero hecho de hablar en kurdo, su lengua materna. Ahmet Koca se dirigía el 19 de junio con su esposa y dos niños a un centro hospitalario cuando, hacia las 2,30 de la tarde, los policías de un coche patrulla le hicieron señas para que detuviera el vehículo a la altura del populoso barrio de Fatih, en pleno centro histórico de Istanbul, al parecer debido a una infracción de tráfico.

Según ha relatado Ahmet a los principales medios de comunicación turcos y también han recogido las agencias de prensa internacional, les explicó que llevaba a su mujer embarazada y que era urgente llegar al hospital. “Eso no me importa”, oyó como respuesta. Para intentar que le dejaran continuar, se excusó diciéndoles que no era de Istanbul, que solamente estaba de paso y que, además, estaba en el Ejército, pero no sirvió de nada... le obligaron a detenerse cruzándole delante el coche patrulla.

Los policías comenzaron a hacer los trámites para imponerle una sanción de tráfico. A Ahmet, en ese momento, no se le ocurrió otra cosa que llamar por el móvil a su hermano para explicarle la situación. Como pertenece a una familia kurda, utilizó con él la lengua que hablan en casa: el kurdo. “Tú eres un terrorista, de esos que quieren matarnos”, fue el comentario de uno de los policías, mientras le ordenaba salir del vehículo y comenzaban a propinarle golpes.

Por lo general, en Turquía este tipo de hechos pasan desapercibidos. Sin embargo, una persona, que los agentes no podían ver, comenzó a grabar lo que ocurría probablemente con su teléfono móvil. La grabación es de mala calidad pero, pese a ello, consigue mostrar la desproporcionada y violenta reacción de los uniformados, que, para entonces, ya habían sido reforzados por varias patrullas más. Se aprecia cómo, en medio de los gritos de su mujer intentando ayudarle,  es zarandeado a empujones y puñetazos, de un lado a otro; uno de los agentes le golpea con su cinturón y, al parecer, un comerciante intenta interceder por el joven. Ahmat, desfallecido, termina tendido en el asfalto, donde aún recibe varias patadas.

Según explicaría a la prensa, le siguieron golpeando cuando se lo llevaron detenido en el coche patrulla hasta un lugar solitario en la zona de Yenikapi. Después le dejaron en el hospital de Haseki. Allí le atendieron de numerosas contusiones en brazos, piernas y pecho. También se sabría después  que los policías amenazaron a un comerciante que intentó ayudarle.

La diputada Aysel Tugluk, durante una estancia en España. / Manuel Martorell

La persona que grabó la paliza, obviamente de identidad desconocida, colgó al día siguiente las imágenes por internet, imágenes que, a su vez, fueron difundidas por las versiones digitales de varios diarios turcos, YouTube y por las cadenas de televisión Habertuk y CNN Turk, alcanzando así gran audiencia en todo el país. Dada la repercusión mediática, el jueves, Avni Mutlu, gobernador de la ciudad de Istanbul se vio obligado a abrir una investigación y el Ministerio del Interior anunció que siete policías habían sido apartados del servicio.

Estos hechos coinciden con un recrudecimiento de los combates entre el Ejército y las guerrillas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización alzada en armas el año 1984 y que es considerada por el Gobierno turco un grupo terrorista. Ese mismo día 19 de junio llegaban desde la zona fronteriza con Irak informaciones sobre el ataque a una base avanzada de las unidades especiales del Ejército próxima a Daglica. De acuerdo con las valoraciones oficiales, habrían muerto una decena de soldados; según las cifras suministrada por el PKK, las bajas serían varias decenas.

Debido a la posible relación entre la brutal paliza recibida por Ahmet Koca y la llegada de estas noticias y ante el temor a que se desencadene una nueva oleada de xenofobia por todo el país, el presidente de Turquía, Abdulah Gul, ha pedido que no se confunda el problema kurdo con el PKK. Separación difícil de entender cuando el propio Gobierno islamista de Tayip Erdogán se ha dedicado a perseguir y encarcelar sistemáticamente a cargos municipales y parlamentarios acusándoles de formar parte de una organización armada.

Los últimos cargos electos detenidos o condenados a prisión son la diputada Leyla Zana, Premio Sajarov de Derechos Humanos por el Parlamento Europeo, que ha sido sentenciada de nuevo a 10 años de cárcel y la diputada Aysel Tugluk, condenada a 14 años, mientras que al también parlamentario Ibrahim Ayhan se le pide otra década de prisión y se solicita a la Asamblea Nacional Turca levantar la inmunidad parlamentaria a Kemal Aktas, igualmente elegido en las candidaturas apoyadas por el Partido de la Paz y la Democracia (BDP).

A nivel municipal, en este mes de junio han sido detenidos bajo la misma acusación los alcaldes de Baskale (Hacer Sarihan), Ozalp (Murat Durmaz), Bostanici (Nezahat Gunes) y Muradiye (Izzet Celik), todos ellos del BDP, igual que Bekir Kaya, alcalde de la importante ciudad de Van, situada a orillas del lago del mismo nombre. Se da la circunstancia de que el Gobierno de Ankara contó con su colaboración para atender a los miles de damnificados y paliar los efectos del destructor terremoto que esta región de la zona más oriental de Turquía sufrió el 23 de octubre del pasado año.

4 Comments
  1. Roberto says

    Caramba, parece que hasta Turquía está más avanzada que España porque gracias a un vídeo han apartado a policías ilegales del servicio, mientras que aquí solo por grabar te redoblan la acusación de terrorista.

  2. Jordi says

    Espero que no haya nunca otro golpe de estado en españa porque esto es lo que nos esperaria a catalanes y vascos.

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