El núcleo del poder iraní entra en ebullición

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El líder de la revolución, Alí Jameneí (centro); el presidente de Irán, Ahmadineyad (segundo por la derecha), el ex jefe del Poder Judicial Mahmud Hashemi Shahroudi (derecha); el presidente del Parlamento, Ali Lanrijani (izquierda) y el secretario del Consejo de los Guardianes, Ahmad Yanati (segundo por la izquierda), reunidos en Teherán, el sábado. / Efe

Algunos analistas consideran que nos encontramos ante la muerte política de Ahmadineyad, otros creen que podría ser procesado por “apostasía”; para otros, el actual presidente iraní mantiene un pulso con el Guía de la Revolución –Alí Jamenei- con el objeto de ampliar sus poderes frente a la máxima autoridad de la República Islámica. Pero en lo que todos están de acuerdo es que el núcleo del régimen ha entrado en ebullición y puede estallar en cualquier momento haciendo añicos lo que queda del Estado islámico.

En el fondo, la grave crisis que, desde mediados de abril, afecta al gobierno de Irán está motivada por el enfrentamiento de dos formas de interpretar el sistema político creado por el ayatolá Jomeini en 1979. Para los sectores más ultraconservadores, asentados actualmente en el Parlamento (Majlis), de acuerdo con el principio del “velayat-e-faqih” (gobierno del jurisconsulto), el Ejecutivo, como el resto de los poderes (judicial, legislativo, militar…) está supeditado al Guía de la Revolución, tal y como establece la Constitución, en concreto según el artículo 110. Para Ahmadineyad y quienes le apoyan, la Presidencia tiene autonomía suficiente para decidir la política de sus ministerios, de forma semejante a los Gobiernos de otros países.

Estas dos posturas chocaron frontalmente el 17 de abril. Ese día, Ahmadineyad forzó la dimisión de Heidar Moslehi, ministro de Inteligencia, encargado de supervisar la corrección religiosa de las políticas aplicadas por el Gobierno. Moslehi, a su vez, ya estaba enfrentado con Esfandiar Mashei, jefe del Gabinete de Ahmadineyad, “cerebro” de su política, promotor del Consejo de Cultura y candidato suyo a la Presidencia en el 2013, ya que Ahmadineyad no se puede presentar a un tercer mandato consecutivo.

El enfrentamiento entre Moslehi y Mashei se debía a que la mano derecha de Ahmadineyad apoya la denominada “escuela iraní del islam”, una corriente que intenta combinar el tradicional nacionalismo de los iraníes con los principios religiosos del chiísmo.  Para Mashei y quienes le siguen, esta especie de “nacionalislamismo” estaría avalada por el Mahdi, el duodécimo imam desaparecido, del que Ahmadineyad sería su “profeta”. Tal respaldo de la figura central del chiísmo, encargada a su regreso de impartir justicia y poner paz en la Tierra, haría innecesaria la participación de la jerarquía religiosa en el poder, poniendo así en cuestión incluso la figura central del Guía de la Revolución.

En consecuencia, Alí Jamenei, haciendo uso del poder que le da el principio del “velayat-e-faqih”, ordenó la reposición del ministro de Inteligencia, decisión que fue contestada por Ahmadineyad con un “plante gubernamental”. Durante casi dos semanas, el presidente iraní no acudió a su despacho, no mantuvo reuniones con sus ministros ni acudió a las reuniones del Ejecutivo. Según un portavoz, su ausencia se debía a motivos médicos, aunque era público que estaba en “huelga” contra el Guía de la Revolución.

A raíz del enfrentamiento, desde los sectores ultraconservadores se ha lanzado una verdadera campaña contra Ahmadineyad y contra Mashei, el ideólogo de la “escuela iraní del islam”, quien, de acuerdo con estas acusaciones, sería el “presidente” en la sombra, debido a la gran influencia ideológica que tiene sobre Ahmadineyad.

Foto del DVD 'La aparición está cerca', distribuido gratuitamente.
Foto del DVD 'La aparición está cerca'.

Las teorías de esta corriente están siendo divulgadas en un dvd que, bajo el título “La aparición está cerca”, se distribuye gratuitamente. La carátula resume su contenido; en la parte baja se puede ver el caos en que, por culpa de EEUU e Israel, se encuentra el planeta, caos que ha dado pie al “despertar islámico” y a una liberación de los pueblos personificada por las figuras de Jomeini, Jamenei y Ahmadineyad. Finalmente, el Mahdi, simbolizado por el sol naciente, anuncia la paz que devolverá la calma a las turbulentas aguas en que vive la humanidad.

Tanto el dvd como sus productores, vinculados al Consejo de Cultura promovido por el “delfín” de Ahmadineyad, han quedado bajo sospecha y han comenzado a ser investigados por la justicia islámica, controlada por los sectores ultraconservadores de la jerarquía chií. Incluso, se habrían producido varias detenciones, todas ellas, como la de Amirifar Abas, personas de confianza de Ahmadineyad y Mashei.

En el Parlamento, los diputados más conservadores ya han conseguido más de 60 firmas para obligar al actual presidente a que explique ante el Majlis su actitud, no faltando quienes han lanzado veladas y graves acusaciones, como ha hecho el influyente ayatolá Yazdi, quien ha insinuado que Ahmadineyad, al cuestionar la figura del “velayat-e-faqih”, estaría rayando en la apostasía, un delito que, dentro del islam, puede ser castigado con la muerte.

3 Comments
  1. Antón says

    Desde luego, a mí nunca me ha parecido «trigo limpio» Ahmadineyad. Por otra parte, dadas las circunstancias, creo que a Irán no le vendría mal un cambio de su imagen política…ya. Símplemente, las declaraciones realizadas sobre el estado de Israel, no benefician en nada a su pueblo.

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