El 14 de Marzo, la coalición suní detrás de las protestas, las califica de “manifestaciones pacíficas”, pero poco tienen de demostraciones cívicas las imágenes que llegan desde Trípoli, donde jóvenes enmascarados clavan una bandera de Al Mustaqbal, la formación de Saad Hariri, socio de Estados Unidos, en los restos calcinados del automovil del canal Al Jazeera, incendiado por los manifestantes. El Ejército ha logrado restacar a sus periodistas, que habían buscado refugio en un edificio cercano sin saber probablemente que albergaba las oficinas del ministro suní Mohamad Safadi: los manifestantes también le prendieron fuego.
Tampoco son optimistas las escenas que pueden verse en barrios suníes de Beirut como Tareq al Jdide o Cola, calles desiertas donde jóvenes encapuchados prenden neumáticos, cortan carreteras y agreden a los periodistas que consideran afines al bando contrario. O en la autopista que lleva al aeropuerto de Beirut, cortada por los suníes del 14 de Marzo que protestan por el resultado del juego democrático. Las columnas de humo se multiplican y tiroteos esporádicos pueden escucharse en la ciudad. El candidato a primer ministro propuesto por el 8 de Marzo, el bloque compuesto por chiíes y cristianos, ya tiene 68 votos, suficientes para crear Gobierno. Y la respuesta de los suníes es más parecida a una declaración de guerra que a una mera queja callejera.
El Líbano ha avanzado hoy un paso más hacia su particular abismo, que ya explicamos en Cuarto Poder hace unos días. El 14 de Marzo se empeña en calificar la nominación de Najib Miqati, un multimillonario independiente electo en las pasadas elecciones por el 14 de Marzo que, como tantos otros líderes libaneses, cambia de chaqueta política, como un “golpe de Estado”. Los irresponsables dirigentes han llegado a afirmar que un gobierno liderado por el multimillonario suní, uno de los escasos libaneses que figuran en la lista Forbes, ex primer ministro, ex ministro y empresario del sector de las Telecomunicaciones, supone “un golpe destinado a imponer a Hizbulá como líder supremo de la república libanesa y de su Gobierno...".
"Es un golpe destinado a instalar el Velayat-e Faqih”, llegó a afirmar el diputado Mustafa Allouch en referencia al sistema político religioso que rige Irán, socio de Hizbulá. Semejantes arengas explican la reacción de la calle suní a lo que ha sido, estrictamente, una jugada política legítima en democracia. Incide el líder druso, Walid Jumblatt, en que el propio Hariri debe ser considerado personalmente responsable de los disturbios. “Es consciente de lo que está haciendo. El tiene una gran responsabilidad, y debe proteger la paz y las instituciones”, afirmó en declaraciones al diario As Safir. “Fue él quien eligió el juego democrático”, recordó. Hariri, por su parte, se justifica y llama a la calma. "Es mi obligación anunciar mi total rechazo a cualquier forma de violencia, a cualquier ruptura de la ley que arruine los objetivos patrióticos de las movilizaciones populares".
Por el momento, los chiíes del 8 de Marzo no se han pronunciado ni han sacado a sus seguidores a las calles. De ocurrir, el enfrentamiento civil sería inevitable.
Las protestas comenzaron en la tarde de ayer, tras saberse que Miqati estaba sumando los votos necesarios para relegar a Hariri, considerado por los suníes el único representante legítimo de su confesión religiosa. Enfurecidos e indignados, los hombres tomaron las calles de Trípoli, principal feudo suní del país del Cedro y fiel a Hariri, para protestar por la nominación del independiente suní. De los eslóganes poco halagüeños -"La sangre de los suníes está hirviendo", o "Hizbulá, Partido del Diablo"- pasaron rápido a la quema de neumáticos y el corte de carreteras.
En media hora, el fenómeno se había extendido a todo el norte del Líbano -prominentemente suní- y a las localidades costeras suníes, y en apenas una hora las protestas llegaban a Beirut. No se trataba de grupos nutridos -en Cola, en el este de Beirut, quienes quemaban contenedores y ruedas no llegaban al centenar- pero sí de jóvenes envalentonados, conscientes de que el fuerte despliegue militar no tiene entre sus prioridades reprimir a los manifestantes para no instigar el conflicto sectario.
Desde la caída del Gobierno, el 12 de enero, motivada por la retirada de Hizbulá y sus socios del 8 de Marzo, muchos esperaban enfrentamientos en las calles, pero pocos imaginaban que las protestas partirían de los suníes, aliados de Estados Unidos, que desde que comenzara esta crisis se describen como víctimas de Hizbulá. La sustitución de Hariri al frente del Gobierno les ha llevado a convocar la actual jornada de ira en todo el país que podría demorarse durante los próximos días o semanas e incluir estrategias como sentadas populares o nuevos cortes de carreteras.
Será definitiva la actuación del Ejército a la hora de minimizar el riesgo de enfrentamientos internos, porque en el plano político la elección de Miqati es constitucional. En el plano externo, sin embargo, la decisión parlamentaria de nombrar a un candidato propuesto por el 8 de Marzo va a traer sin duda consecuencias. Fuera de las cámaras, responsables europeos hablan de sanciones internacionales. Estados Unidos advierte que cortará las ayudas a todo Gobierno "controlado por Hizbulá", aunque eso sea una simplificación interesada: el 8 de Marzo no sólo contiene al Partido de Dios, sino a todos los chiíes y a la mayoría de los cristianos libaneses. Israel aprovecha para exagerar el peligro del vecino libanés, obviando que el Partido de Dios ya tomaba parte en los pasados gabinetes con voz y voto. Y Hizbulá y sus socios ofrecen al 14 de Marzo una participación en un Ejecutivo de consenso que mantenga una precaria estabilidad y que asegure sus intereses políticos: acabar con la colaboración con el Tribunal Especial para el Líbano que pretende acusar a los chiíes del magnicidio. El 14 de Marzo rechaza participar en todo gobierno que no sea presidido por Hariri en persona. El enfrentamiento sólo acaba de empezar.
Dos cosas: en primer lugar no se poe que en tantas informaciones se hace incapié en que Makati es «multimillonario», ¿qué tiene esto que ver?, ¿acaso Hariri no lo es también?. Más parece un mantra extendido por las agencias internacionales al servicio de los intereses norteamericano-sionistas para intentar desacreditar a Makati que otra cosa.
Segundo, los sunnies están acostubrados a imponerse a todos, se creen con una especie de derecho divino para ello, y cuando la realidad los coloca en su lugar -lease Iraq o Líbano- se revuelven como culebras. A ellos les gusta lo que sucedía con Sadam o actualmente den Bahrein, donde una minoría sunni regenta el poder absoluto, relegando a la mayoría de la polación, que es shi’a, a la categoría de ciudadanos de tercera.
Y lo más lamentable de todo es que esta «ira sunni» no es más que más que para defender a unos individuos marionetas de los sionistas, que incluso fueron traidores a su propio país en la última guerra, trabajando a favor del enemigo atacante.
Did you hear they convicted those kids in New York City for paiitcipatrng in a FBI created plot to blow things up? The young dark men, born in the U.S.A. yes pure born each were each given 25 years for going along with the FBI scheme/plan. Homeplaned Terroisim by the world’s biggest, baddest Terroist THE USA.I remember this shit when it was revealed in the papers. Such shit. These guys couldn’t fight their way out of wet paper bag. No disrespect intended, but these youngsters were in the web of an agency with some heavy access to high tech weapons, big money, psychological warfare and more. And then, soon after this, the G-Men went a head and made enforcement, or restrictions, even stricter. Flying went down the shitter even further. I wonder what’s up now why did they finally bring this to court for final verdict.Homegrown Terrorism Sponsored & Produced by U.S.A.