‘Spanish’

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La casilla de "raza", en un un formulario oficial de EEUU.

En un país donde las clasificaciones raciales y étnicas, políticas y religiosas marcan –y dividen- la dinámica social, ¿dónde se ubica uno cuando viene de fuera? ¿Es “español” equivalente a “hispano”?

“Nunca sé qué casilla elegir”, se lamentaba una española ante el panel que integrábamos tres periodistas y un escritor en el Instituto Cervantes de Nueva York el día 24 de septiembre. Formábamos parte de una charla sobre “Españoles en Estados Unidos” -organizada por la Fundación IDEAS- en la que nos dedicamos a aclarar algunas dudas y a eliminar más de un estereotipo.

Después de más de una década viviendo en Nueva York yo ya tengo la respuesta: este año tuve la madurez de declarar, marcando la casilla correspondiente en un documento oficial, que soy un “hispano” en Nueva York. El formulario del Censo 2010 me dio finalmente la oportunidad de entrar en esta curiosa –pero ya familiar- dinámica identitaria.

Ya pude haberlo hecho en el 2000, fecha de mi primer censo, pero no contaba yo, recién llegado por aquel entonces, con las coordenadas precisas para manejarme hábilmente por los vericuetos político-socio-culturales de esta nación.

Los españoles llegamos a esta orilla del Atlántico creyéndonos “blancos”. Y eso en este país significa formar parte del estamento privilegiado que maneja los hilos del poder, grupo normalmente inalcanzable para el recién llegado. El anglosajón mantiene en sus manos el timón de mando, y es a través de sus ojos que se establecen las clasificaciones.

De ahí que el presidente Barack Obama, de origen bi-racial, sea identificado simplemente como afroamericano. Históricamente en Estados Unidos sólo bastaba con una gota de sangre negra para ser clasificado como negro.

En el caso hispano el color de la voz tiene tanto peso como el acento de la piel, hasta el punto que todo aquello de origen español/hispano/latino es, en ciudades como Nueva York, concentrado y resumido en una sola palabra: “Spanish”.

Uno termina aceptándolo como una declaración de principios, una reacción al sistema.

La buena noticia es que ese subgrupo étnico lleva más de dos décadas creciendo a un ritmo inusitado, hasta convertirse en la primera minoría del país, un gigante dormido que despertará del todo –política y socialmente- si algún día el Congreso de Washington DC se decide a realizar una regularización masiva de inmigrantes indocumentados.

La mala noticia es que el inglés sigue siendo sinónimo de éxito, de avance social; el español, por el contrario, denota normalmente retraso cultural, lengua relegada al ámbito familiar que se pierde progresivamente.

Si bien un sinnúmero de políticos se esfuerza últimamente por aprender español para impresionar a una nueva masa de votantes reales y potenciales, el hispano tiende a despojarse de su marca identitaria más fuerte, la lengua, a medida que va subiendo los escalones del prestigio social.

Y es que por mucho que nos choque a los españoles -acostumbrados a absurdas batallas nacionalistas y lingüísticas que acentúan la diferencia- en este país, a la hora de la verdad, todo el mundo es empujado a escoger una identidad a la vez que sueña con el día en que nadie le vea como “distinto”.

8 Comments
  1. celine says

    En un trabajo a tiempo parcial que tomé en el laboratorio de idiomas de una universidad americana, mientras estudiaba allá, un estudiante de alemán (¡!) me preguntó de dónde era yo. Le contesté que de España y él, con genuino entusiasmo me dijo: «Ah. sí: esa región de México que queda al suroeste, ¿no?» No comments. Imagino que usted se habrá dadao cuenta de que al desinterés de los habitantes de EEUU hacia el resto del mundo se suma la consecuente ignorancia de ellos. Bienvenido a cuartopoder; creo que los lectores estamos de enhorabuena.

  2. El zurdo says

    He leído tu primer blog y tienes más razón que un santo. Aquí ya pasa lo mismo, quizá no con el idioma (excepto en alguna comunidad autoproclamada nación), pero sí a otro nivel: el no es normal, es decir, el que se sale de las normas, el que no sigue la corriente es marginado y expulsado del sistema operativo. Un abrazo, crack

  3. juanmagecolinas says

    Excelente y curioso post.

    Algo similiar me pasó a mi en Reino Unido. No obstante, aunque es parecida su manía de clasificar, allí no son tan extremistas.

    Mi duda principal era si marcar latin o white. Lo mismo le pasaba a italianos y otros ciudadanos latinos/mediterráneos. En nuestro caso, en UK nos dejan clasificarnos como blancos, xD.

    ¡Un saludo!

  4. reu says

    Y un francés qué pone?
    Es más o menos ventaja para un francés no saber Español?(entendiendo que sólo habla Francés)
    Creo que los Estadounidenses distinguen muy bien un europeo de un iberoamericano, al menos por el tema cultural, que es nuestro único mérito si es uqe tenemos alguno, distinto del resto de hispanohablantes.

  5. Mara9 says

    Muy instructivo, muy interesante. Que no nos dé vergüenza ser hispanos, pues. ¿Qué tal si pensamos que somos hispanoeuropeos, en contraposición o en complemento con los hispanoamericanos?

  6. Jrojas says

    Buena reflexión, pero no estoy del todo de acuerdo con….»el español, por el contrario, denota normalmente retraso cultural, lengua relegada al ámbito familiar que se pierde progresivamente». Tengo amigos que viven de dictar calses privadas de español a ejecutivos, maestros, empresarios y hasta funcionarios públicos.. Quizá el afán de los alumnos sea económico más que cultural claro, pero ese afán de aprender español para llegar a más mercados y reconocer su necesidad elimina de plano la idea de que sea un idioma de ámbito familiar, menos si hay gente pagando su subsistencia en una ciudad como NY enseñando español de manera privada.ahhhh y los ‘teachers’ no son españoles!!!

  7. Loly says

    Llevo en los EEUU 14 años y se exactamente la confusión que este país causa a las personas de habla Española. Yo desde un principio estuve en total desacuerdo con su sistema clarificativo y a la vez fue en este país la primera vez en mi vida que sentí racismo en contra de mi persona.

    Soy funcionaria del gobierno Estadounidense y siempre he puesto en sus formularios que soy caucasiana/blanca. Si alguien me pregunta de donde soy, digo rápidamente y orgullosamente que soy de España. Dejo muy bien claro que soy “Spaniard (A native or inhabitant of Spain.)” no “Hispano”. No quiero deciros la cara de algunos al escucharme, me encanta ver la cara de confusión que ponen, y es obvia la falta de cultura que se observa en su mirada. Este país presume de mucho pero en realidad no tiene ni más ni menos que cualquier otro país en Europa. Los EEUU no terminan de concienciarse de que ellos los “estadounidenses” no son ni blancos, ni negros, ni nada de na. Los estadounidenses son un gazpacho de razas que ha llegado al punto en la cual no hay distinción.
    Aquí una española que habla castellano y no Spanish y que esta en este país para ayudarlos a civilizarse un poco mas. Con suerte algún día llegaran al nivel culturas de los Europeos.

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