Irak: los «campos de la muerte»

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Una mujer se lamenta entre miles de bolsas con restos de chiíes hallados en Mahawill. / Partido Comunista de Irak

El 1 de julio de 2003, en la sede central del Partido Comunista de Irak en Bagdad, Shaker y Burhan, dos representantes del comité pro derechos humanos impulsado por este partido, se aventuraron a dar la cifra de 65 fosas comunes en todo el país con víctimas del régimen de Sadam. En su opinión, en esos momentos, resultaba imposible hacer un cálculo definitivo de este tipo de enterramientos colectivos ya que, con toda seguridad, su  número iría creciendo de forma progresiva.

Siete años después, el número de “campos de la muerte” atribuidos al Gobierno del Baath (el partido de Sadam Husein) se acerca a los 300. La mayor parte de estas fosas comunes sirvieron para enterrar a decenas de miles de kurdos muertos o asesinados durante la llamada Operación Anfal, eufemismo para un genocidio semejante al de los judíos en la Alemania nazi, con el que también se intentó dar al problema kurdo una “solución final”.

Se calcula que en esta operación político-militar, desarrollada fundamentalmente en la segunda mitad de los años 80, perecieron cerca de 200.000 civiles. Otras muchas fosas se utilizaron para deshacerse de los muertos por la violenta represión del régimen de Sadam contra la revuelta de los chiíes en 1991. Según los cálculos realizados por el Ministerio de Mártires y Víctimas de la Campaña Anfal del Gobierno autónomo del Kurdistán, hasta finales del año 2009 se habían localizado un total de 276 fosas comunes, 21 de ellas en la propia región kurda.

Yasim Karim, el responsable del citado ministerio para estos temas, explicó en enero de este año que la mayor parte de los enterramientos no habían sido todavía analizados por los especialistas, por lo que exigía al Gobierno de Bagdad que acelerara los trabajos de investigación, ya que la inmensa mayoría de los lugares descubiertos quedaban fuera del territorio bajo jurisdicción del Gobierno kurdo.

La gran cantidad de fosas encontradas ha obligado al Ministerio iraquí de Derechos Humanos, dependiente del Gobierno de Bagdad, a crear un nuevo departamento específicamente dedicado a estos enterramientos, en el que trabajan conjuntamente, entre otros profesionales, arqueólogos, forenses y analistas químicos. De acuerdo con Ayam Sharif, uno de los responsables de este ministerio iraquí, solamente el pasado año se localizaron en la provincia de Bagdad 45 fosas comunes y otras 39 en la de Diyala. En la provincia de Najaf, más al sur, rondarían en estos momentos el medio centenar.

Por la vestimenta, se sabe de forma inmediata si los cuerpos encontrados pertenecen kurdos o árabes, ya que los primeros utilizan unas prendas tradicionales muy características –bombachos con faja los hombres y vestidos de colores las mujeres–. Esto es lo que ha ocurrido en la mayor parte de las excavadas hasta ahora, como las de Diwaniya, donde tuvieron su base las tropas españolas, Qadisiya, Besip, Du Besh, Nugra Salman, Jabal Sanam, Tobzawa o Jalid.

Fuerzas kurdas desfilan ante los ataúdes de los Barzani en Arbil. / Gobierno kurdo de Irak

Sin embargo, se tiene la seguridad de que los miles de cuerpos ya desenterrados y clasificados en las de Mahawill o Hilla pertenecen a árabes chiíes muertos al ser reprimida a sangre y fuego en 1991 la sublevación popular de la mayor comunidad religiosa de Irak.

En algunos casos, debido al especial significado de la fosa común, se han realizado solemnes homenajes a las víctimas, como cuando se trasladaron 512 ataúdes desde Jabal Sanam, en el desierto saudí hasta Arbil, capital del Kurdistán iraquí. Todos los cuerpos pertenecían a la tribu Barzani, líderes históricos de la resistencia kurda. En 1983, fueron detenidos, junto a varios miles de personas más, en su valle natal de Barzán, colindante a Turquía, hasta una zona del desierto limítrofe con Arabia Saudí; es decir, fueron deportados del extremo norte al extremo sur del país. Para el traslado de los ataúdes al nuevo aeropuerto de Arbil tuvo que ponerse en marcha en octubre de 2007 una especie de puente aéreo alquilando aviones de transporte privados.

Vecinos de Du Bes desentierran los restos de uno de los 200 niños encontrados en una fosa común. / Manuel Martorell

Otro traslado colectivo de restos realizado recientemente –el pasado mes de enero- ha sido el de 200 niños localizados en una fosa cerca de Du Besh (Dos Peces, en kurdo), al norte de Kirkuk y a orillas de un afluente del río Tigris. Aquí, en las proximidades de una base militar, fueron depositados los cuerpos de estos 200 niños con edades menores a los cinco años. Gracias a la intervención de las autoridades locales, los vecinos de Du Besh consiguieron sacarlos de la fosa común para enterrarlos de forma individual y provisionalmente en un solar del pueblo. Ahí han permanecido hasta que el Gobierno kurdo ha decidido su exhumación. En este caso el problema no estaba en el transporte ya que la fosa distaba apenas un centenar de kilómetros de Kader Karam, su comarca originaria, sino en la identificación de los restos.

Se cree que todos sus familiares desaparecieron después de que en esa base militar todos los trasladados –unos 8.000- fueran divididos en dos grandes grupos –hombres por un lado y mujeres por otro- antes de continuar su trayecto hacia su último destino. Dado que se supone que todos fueron asesinados y enterrados en lugares aún no descubiertos, ni siquiera se puede conocer su identidad ya que, por el momento, es inútil incluso hacer pruebas de ADN.

1 Comment
  1. mabu says

    Y donde y como se enterraron los centenares de miles de civiles -hombres, mujeres y niños- muertos de hambre y miseria durante el bloqueo y luego la invasión occidental? Se sabrá algún día cifras que no sean conjeturas? Un holocausto, sí, aunque esta palabra la tengan monopolizada los judíos. Y no soy antisemita!

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