TECNOLOGÍA / La web se vuelve menos democrática

Fin de la neutralidad en Internet: la red dejará de ser igual para todos

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Estados Unidos votará el próximo 14 de diciembre la supresión de la llamada "Neutralidad en Internet". / Foto: Pixabay

 Internet, tal y como lo hemos conocido hasta ahora, dejará de existir en las próximas semanas, al menos para los usuarios en Estados Unidos. El presidente Donald Trump se ha propuesto “restaurar el orden de la libertad en Internet”, según palabras textuales, pero la medida que está a punto de aprobarse en el país lo que verdaderamente significa es la creación de un Internet para ricos y otro para pobres. ¿Podría llegar esto a suceder también en la Unión Europea? En principio, no, pero en el futuro podría pasar, veamos por qué.

Lo que Trump y su equipo, encabezado por el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, Ajit Pai, desean acabar con la neutralidad de la red (Net Neutrality, en inglés). Se trata de una ley que establece que tanto las operadoras de Internet como los reguladores estatales deben garantizar que todos los usuarios tendrán el mismo acceso a Internet y éste no se verá penalizado por el contenido que visiten o por la tarifa que abonen.

Es decir, la Net Neutrality lo que asegura es que una compañía proveedora de acceso a Internet pudiera lanzar un “paquete básico” con acceso sólo a algunas páginas web y, por ejemplo, decidiera añadir un plus a la tarifa si se quisiera poder tener acceso a las redes sociales. Esta posibilidad, que parece remota, es algo que ya tiene lugar cuando se comercializa el acceso a la televisión de pago, pues existe una tarifa básica y distintos paquetes dependiendo del gusto del usuario: fútbol, series, cine, toros… cada uno con un precio diferente.

Lo que quiere Trump es dar esta posibilidad a las operadoras de Internet: ofrecer distintos paquetes dependiendo de las web y los servicios que se quieran consumir online. Esta forma de “desregularizar” el mercado de Internet será votado por la Comisión Federal de Comunicaciones en el país el próximo 14 de diciembre y, con toda seguridad, la norma será aprobada.

Esto beneficiará sobremanera a operadoras como Verizon, Comcast y AT&T, mayoritarias en Estados Unidos, que podrán ofrecer a los usuarios distintos tipos de acceso a Internet en función de lo que paguen, o penalizarles si visitan sitios que requieren el consumo de datos excesivos (por ejemplo, portales de vídeos como YouTube) y exigirles una cuota mensual mayor.

Mientras que los operadores de Internet se frotan las manos, las grandes compañías online como Facebook, Spotify, Amazon, Netflix… se muestran contrarias a la medida, puesto que podría suponer una reducción del número de usuarios que las visitan. Si un internauta debe pagar una suscripción mensual por Spotify y además un plus a su operadora por tener acceso a ella, estaría soportando un sobrecoste con respecto a lo que abona en la actualidad que quizá no esté dispuesto a asumir.

Al final, quien sufrirá las consecuencias de esta desregularización será el consumidor. Más aún aquellos que vivan en zonas rurales o despobladas –más del 50% del territorio de Estados Unidos- y que sólo cuenten con cobertura de una compañía de Internet. Ante la falta de diversidad en las ofertas, sin competencia, tendrán que contratar obligatoriamente aquello que les ofrezca el proveedor de red si quieren poder conectarse.

¿Podría ocurrir una situación similar en España? En principio, no, pero tampoco habría que descartarlo. La Unión Europea aprobó el año pasado una normativa que impide a las operadoras de Internet bloquear, ralentizar, alterar o restringir el acceso de los internautas a determinados contenidos.

Sin embargo, las grandes operadoras tienen sus ojos puestos en el “modelo americano” y, cuando éste se apruebe, es posible que soliciten su aplicación también en Europa. Parece difícil que una medida así se pudiese aprobar, pero ya existen algunas compañías en el Viejo Continente que están aprovechando “vacíos legales” para ofrecer variantes en Internet a los consumidores.

Por ejemplo, en Portugal existen determinados packs de acceso a Internet que priorizan el uso de las redes sociales y, sin ir más lejos, en España Vodafone tiene una tarifa que permite acceder a distintos servicios de Internet como Instagram o WhatsApp sin que se contabilicen los datos que supone utilizarlas.

Esto podría ser perjudicial para aquellas aplicaciones en las que los usuarios sí que consumen datos, puesto que si se agotaran los contratados en su tarifa, no podrían seguir utilizándolas (y el resto, si). Vodafone señala que su plan está abierto “a todas las compañías que quieran ser colaboradores” y, por tanto, no se considera anti-neutral, pero está ciertamente muy al límite…

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