"El tsunami digital: el nuevo poder de las audiencias en redes sociales" es un libro que acaba de publicar Eduardo Arriagada, profesor de la Universidad de Chile, en el que analiza cómo han irrumpido los usuarios en el proceso comunicativo gracias a las redes sociales desde las que comparten historias, vierten opiniones o comentan informaciones de actualidad. En esta obra, que el autor presentará en Madrid el próximo lunes, también aborda los cambios que ha experimentado el periodismo con la revolución digital, la crisis del actual modelo de negocio que sostiene a los medios y la relación de éstos y los periodistas con unos usuarios proactivos y que ya no consumen la información de un modo pasivo como ocurría antes, sino desde una posición participativa y enfocada a intervenir en el tratamiento de los temas que después aparecen en los medios.
Sobre las audiencias, Arriagada explica cómo se han transformado en la era digital de la siguiente manera: "hasta ahora recibían mensajes y reaccionaban a ellos en su casa o el trabajo, votando o sumándose a alguna movilización... ahora, sin embargo, reacciona en línea porque tiene en su mano el acceso a un espacio que digitaliza cualquier mensaje y lo pone en una red mediante la que llega a mucha gente". En este sentido, agrega que se ha pasado de la distribución de mensajes a la elaboración de temas de conversación atractivos.
Lógicamente el nuevo rol que asume la audiencia, irrumpiendo de manera prominente en el proceso comunicativo/informativo, afecta al papel que ha venido desempeñando el profesional de la información. "Se acabó el monopolio del acceso profesional a la información, todos podemos buscar y llegar a las masas", apuntilla para añadir "antes los ciudadanos de a pie podíamos llegar a ellas porque un periodista nos ponía un micrófono, como testigos de algo, ahora la audiencia valora, comparte, critica los contenidos..."
Aunque el término de "tsunami" se asocia a algo con mucha fuerza y potencia que barre a todo lo que tiene a su alrededor, el profesor chileno concibe la adaptación de los medios al contexto digital como un proceso "suave" y paulatino. "Los tsunamis no son una sola ola, es una marea enorme que va entrando paulatinamente hacia adentro...", añade.
Preguntado por si este tsunami digital se ha llevado por delante a los medios, Eduardo Arriagada asegura que el problema de los medios es que venían arrastrando una crisis publicitaria latente. La publicidad tradicional ya no es eficiente y "los grandes generadores de audiencias han apostado por una publicidad digital muy barata que tampoco ha dado espacio de rentabilidad para crear contenidos de calidad, de manera que para vivir en Internet debemos reunir audiencia de forma barata, con boots o arañas y un par de periodistas mal pagados, si no deja de ser negocio". En este sentido, apunta que lo que está en cuestión es un modelo de negocio, no el periodismo.
Arriagada afirma que "el tsunami se lleva por delante a todo el que se enfrenta o al que no quiere moverse". Por esta razón, considera que los medios deben "flotar y dejarse llevar por lo que todos hacen", es la única fórmula para que no los arrastre, entendiendo además que los hábitos de consumo de información han cambiado y los contenidos han de ofrecerse en el modo en que sean más atractivos para los lectores. Ahora mucha gente, como bien indica, accede a los contenidos de los medios a través del móvil o de una tableta y el lenguaje y la presentación de los mismos en estos dispositivos ha de ser diferente: contenidos que se lean muy bien, con una tipografía característica... en definitiva, aportando una experiencia de lectura completamente distinta.
Ante este tsunami digital, el periodista no debe quedar quieto. Y, aunque lo importante -como siempre- es contar buenas historias, debe comprender que ya no es suficiente con publicarlas, sino ser capaces de que esas historias sean un tema de conversación que capta la atención de los usuarios, que les invita a moverse, a opinar... "El periodista debe ser un nodo, un conector de las redes sociales".