¿Qué ocurre tras la compra de Jazztel por parte de Orange?

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El consejero delegado adjunto de Orange y responsable de operaciones para Europa, Gervais Pellisier, hace un expresivo gesto durante la rueda de prensa de ayer, flanqueado por el director financiero de Orange España, Federico Colom (a su dcha.), y el consejero delegado de Orange España, Jean Marc Vignolles (a su izda.). / Fernando Villar (Efe)

Orange anunció ayer que comprará la operadora de telefonía móvil española Jazztel por 3.334 millones de euros. Este movimiento estratégico, comunicado mediante un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que se produce sólo seis meses después de que Vodafone adquiriese ONO, demuestra que el mercado de las telecomunicaciones en España está cambiando a pasos agigantados, caminando –o más bien, corriendo- hacia una concentración empresarial que puede dejar en en el sector únicamente tres grandes jugadores: Telefónica, Vodafone y Orange.

Por detrás y a mucha distancia quedarían el resto: pequeños Operadores Móviles Virtuales que dependen de los gigantes, a quienes tienen que alquilarle sus redes para dar servicio y, por otra parte, Yoigo, prácticamente abandonada a su suerte después de haberse quedado sin pretendientes. La filial española del conglomerado sueco Telia Sonera se queda compuesta y sin novio. Jazztel, que había realizado algún amago de interés, ha sido comprada, mientras que Orange asegura que ya no tiene liquidez para invertir en otra operadora más.

Ante esto, la realidad para el consumidor español de telefonía móvil e Internet pasa por un mercado muy concentrado en el que, inevitablemente, habrá menos ofertas y, por tanto, menor competencia y menos opciones de precio para elegir.

Aun así, el Gobierno español ha recibido la noticia de la nueva adquisición en el sector de las telecomunicaciones con buenos ojos. El Ministro de Industria, José Manuel Soria, ha señalado que el mercado nacional se está comportando como el europeo, en el que también se están produciendo grandes concentraciones de grupos de telecomunicaciones. Este contexto, para el ministro, es muy positivo, ya que permitirá que grandes grupos empresariales realicen las inversiones necesarias para la evolución del sector.

Cierto es que las grandes compañías de telecomunicaciones son las que soportan la inversión en infraestructura. Es algo que ha ocurrido con el desarrollo de la tecnología 4G o con el cableado de fibra óptica para llevar Internet de alta velocidad a los hogares españoles: han sido las operadoras principales las que han soportado todo el coste de las operaciones, pero al consumidor español se le reducen las opciones a la hora de elegir.

Esto es algo que ya apuntó la Comisión Europea cuando hace unos meses dio su aprobación a la absorción de ONO por parte de Vodafone. Según el organismo comunitario, aunque existiesen “solapamientos” en algunas partes del negocio de las dos operadoras, consentía la compra sin ninguna condición. Aún existía competencia suficiente en el mercado español, señalaba la CE.

Esta aprobación sienta un precedente que hará difícil poder negar ahora la compra de Jazztel por parte de Orange, aunque la operación todavía tiene que ser validada por las autoridades. Los solapamientos que esgrimía la Comisión Europea en el caso anterior serían los mismos que tendrían lugar entre Jazztel y Orange: ambas empresas competían en telefonía móvil, Internet e incluso telefonía fija.

Los usuarios de ambas compañías no notarán, de momento, las consecuencias de la adquisición. Según ha señalado el consejero delegado adjunto de Orange y responsable de operaciones en Europa, Gervais Pellisier, el proceso de compra se demorará unos meses hasta ser completado en su totalidad. La integración de las dos compañías no se producirá hasta dentro de unos 24 meses, según sus estimaciones.

Mientras tanto, los clientes de ambas operadoras verán previsiblemente cómo se les ofrecen servicios de los que hasta ahora no disponían. Por ejemplo, los usuarios de Orange no tenían acceso a Yomvi de Canal+, como sí lo tenían los de Jazztel. Es más que lógico pensar que puedan llegar nuevas ofertas para ellos y que una compañía se aproveche de la infraestructura de la otra mientras se completa el reajuste.

De hecho, uno de los motivos principales que ha llevado a Orange a hacerse con Jazztel es el poder utilizar toda la red de fibra óptica que la operadora ha desplegado ya en nuestro país. Con ella, podrá dar servicio de Internet de alta velocidad a más de 3 millones de familias antes de que finalice el año.

Para finales de 2017, Orange tenía previsto ofrecer el servicio a 7 millones de hogares, pero tras la compra de Jazztel, considera que serán 10 millones los que tendrán acceso a Internet de banda ancha. Esto sí que supondrá una mejora para sus usuarios... y para la compañía, que pasará a ser el segundo operador de Internet más importante de España, detrás de Telefónica.

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