El Mobile World Congress de 2014 pasará a la historia por ser la feria en la que triunfó el “término medio”. En el mayor evento del mundo sobre telefonía móvil, que se celebró en Barcelona durante esta semana, este año no ha habido grandes novedades, pero sí que se han presentado muchos teléfonos “de gama media” e incluso algunos de bajo coste.
La tendencia en el mercado de la telefonía no es ya de grandes superproducciones, teléfonos muy caros que requieren un desembolso de 700 euros para llevarlos en el bolsillo, sino que en tiempos de crisis los fabricantes de móviles han decidido apostar por terminales más asequibles. No sólo se trata de ahorrar unos euros sino también de lograr la popularización del uso de Internet en el teléfono, entre públicos de todas las edades y de distinto poder adquisitivo, incluso en mercados emergentes.
Esa ha sido la principal apuesta de fabricantes como Nokia, que mostró al fin sus tan esperados teléfonos con sistema operativo Android. Es la primera vez que la finlandesa utiliza este software (propiedad de Google) y lo hace después de haber sido recientemente comprada por Microsoft, compañía rival, que apuesta sobre todo por el sistema operativo Windows Phone. Eso le daba cierto “morbo” al lanzamiento de Nokia, que mostró en Barcelona la nueva familia de teléfonos denominada “X”.
Los Nokia X, Nokia X+ y Nokia XL funcionan con un Android “modificado” que les hace tener la misma apariencia que los Lumia, pero al final, no deja de ser un sistema operativo de Google. Aún así, no utilizan su sistema de almacenamiento de archivos en la nube, sino que usarán el de Microsoft. Lo más interesante es que su precio parte desde los 89 euros que cuesta, en el mercado libre, el terminal más económico, que no por ello deja de ofrecer la mayor parte de las funcionalidades de cualquier smartphone, y posibilita el acceso a Internet de manera rápida e intuitiva.
Junto a estos teléfonos, Nokia mostró el modelo 220, que cuesta sólo 20 euros y permite conectarse a la red. El Asha 230 tiene un precio de 45 euros. Es decir, que tener Internet en el móvil se convierte en un “lujo” ya al alcance de todos.
La finlandesa no ha sido la única compañía que ha apostado por las gamas más bajas. Orange ha mostrado su modelo Gova, un smartphone de marca blanca que llegará a España en abril, de bajo coste y que está preparado para utilizar redes 4G.
Telefónica, por su parte, continúa apostando por los teléfonos que funcionan con Firefox OS, uno de los grandes protagonistas del año pasado. La compañía lanzará terminales de bajo coste con este sistema operativo en ocho países, entre ellos, el modelo SC6821, que costará solo 25 dólares.
Auge de los phablets
Otra de las principales tendencias que nos ha dejado el Mobile World Congress de 2014 es el desembarco de los phablets en el mercado. Son dispositivos que combinan las funcionalidades de un teléfono móvil con el tamaño de una tableta, una especie de híbrido que cada vez se vende más.
HP ha mostrado en el MWC 2014 los HP Slate6 y HP Slate7, dos phablets con conexión 3G y WiFi, pantallas de 6 y 7 pulgadas, cámara de 5 megapíxeles y precios de 229 y 249 euros, respectivamente.
LG ha mostrado el G Pro 2, con pantalla de 5,9 pulgadas y cámara de 13 megapíxeles. Como sistema operativo, posee Android 4.4. Por su parte, Asus ha mostrado los Fonepad 7, en versión 3G y 4G. Junto a ellos, destacó el MediaPad X1 de Huawei, que a pesar de contar con pantalla de 5,8 pulgadas tiene un peso de sólo 200 gramos y una batería que presenta hasta cinco jornadas completas de duración.
Por su parte, ZTE lanzó el Grand Memo II, considerado un smartphone pero con una pantalla de 6 pulgadas que ocupa el 80% del dispositivo y que funciona con Android Kit Kat.
Además de phablets, en el Mobile World Congress también se han visto terminales de alta gama. HTC ha mostrado los Desire 816 y Desire 610. Este último llegará en los próximos meses y tendrá una pantalla de 4,7 pulgadas. El 816, por su parte, tendrá cámara trasera de 13 megapíxeles, frontal de 5 megapíxeles, procesador 1.6 GHz y se conectará a 4G. Empezará a comercializarse en España en abril.
Pero quizá la estrella del Mobile World Congress, por ser el dispositivo más esperado, sea el Samsung Galaxy S5. Se sabía prácticamente todo de este teléfono antes de que tuviese lugar su presentación, pero no por ello la compañía coreana ha dejado de sorprender en el evento barcelonés.
El terminal ha sido “diseñado para lo que importa a la mayoría de los consumidores”. Eso se traduce en que cuenta con una cámara de última generación, de 16 megapíxeles, y se conecta más rápido a la red. Utiliza Android 4.4.2 KitKat como sistema operativo y tiene una pantalla de 5,1 pulgadas y una batería mucho mejor que sus antecesores. Además, ofrece protección contra el agua y el polvo.