El calentamiento global habrá cedido el protagonismo a la crisis económica en las portadas de los diarios, pero no por eso se detiene. Los últimos datos confirman las proyecciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre el nivel de emisiones de CO2 y el consiguiente aumento de la temperatura por el efecto invernadero. Pero hay otro parámetro en el que los expertos del IPCC se quedaron cortos: el nivel del mar está subiendo a un ritmo mucho más rápido del previsto.
El informe Cambio Climático 2001 del IPCC proyectó para el año pasado unas emisiones medias de CO2 de 389 partes por millón (ppm). Las mediciones reales arrojan la cifra de 390,5 ppm. En cuanto al aumento de la temperatura para este siglo, el escenario central que dibujó es de un incremento de 0,2º por década. En los últimos 10 años, y teniendo en cuenta el relativo enfriamiento debido al ciclo solar y al fenómeno meteorológico conocido como El Niño, las temperaturas reales se elevaron en 0,16 grados. Sin embargo, el nivel del mar ha subido a un ritmo de 3,2 milímetros al año, un 60% más de las proyecciones medias dibujadas por el IPCC.
"Este estudio muestra una vez más que el IPCC está lejos de ser alarmista, de hecho, ha subestimado el problema del cambio climático", dice Stefan Rahmstorf, del Instituto Potsdam para el Estudio del Impacto Climático, de Alemania. Con la colaboración de Grant Foster, un reputado estadístico climático de Tempo Analytics (EEUU) y expertos del Laboratorio de Estudios en Geofísica y Oceanografía Espaciales (Francia), Rhamstof viene a demostrar que el ritmo de elevación del nivel del mar es mucho mayor del que se había previsto.
Su trabajo, publicado este miércoles en Environmental Research Letters, analiza datos de las temperaturas y nivel del mar a escala planetaria de las dos últimas décadas, comparándolos con las proyecciones hechas por el IPCC en sus tercer (2001) y cuarto (2007) Informes de Evaluación y que están siendo la base para la lucha contra el cambio climático desde que el mundo empezó a tomarse en serio este problema, a comienzos de la década pasada.
"La temperatura global es relativamente más fácil de predecir porque está gobernada por el balance de la radiación global, algo que conocemos bastante bien y entendemos desde hace décadas. Pero el nivel del mar es mucho más complejo, depende de una serie de mecanismos diferentes, como la expansión térmica de las aguas oceánicas, el derretimiento de los glaciares o la dinámica de la capa de hielo. Son aspectos mucho menos entendidos que la radiación global", asegura Rhamstof para explicar la desviación entre las proyecciones del IPCC y los datos realmente observados.
Otra posible razón para entender el error es tecnológica. Mientras que hay registros de temperaturas fiables al menos desde 1850 a escala planetaria. Con el nivel del mar no ocurre lo mismo. Hasta ahora, se usaban mareógrafos o boyas para medir mareas como único sensor de elevación de las aguas. Aunque su fiabilidad, en particular por su alta dispersión, era limitada, la ciencia usó sus registros para dibujar la evolución histórica. Si a comienzos del siglo XX, el mar subía a un ritmo de 1 mm. al año, a mediados ya eran 1,5 mm. Esa es la base que el IPCC usó para determinar una tendencia de 2 mm. anuales para este siglo, es decir 0,2 metros.
Pero este grupo de investigadores ha usado una red de satélites para medir la elevación real del mar. Gracias al rebote de las ondas de radar sobre la superficie marina y midiendo lo que tardan en regresar, los satélites pueden ofrecer unos datos mucho más exactos que los mareógrafos. Además, su cobertura es prácticamente planetaria. Aunque sus datos sólo están disponibles para los últimos 20 años, han servido a los autores de este análisis para alertar de la verdadera dimensión de la elevación del nivel del mar.
El objetivo de Rahmstorf y sus colegas no era explicar porqué está subiendo el mar, sino mostrar que lo hace más rápido de lo proyectado. Aún así, apuntan al deshielo de los casquetes polares como la principal causa. Aunque los distintos modelos climáticos sugieren que el calentamiento (mayor en el norte del planeta) podría derretir buena parte de las superficies heladas de Groenlandia, al mismo tiempo podría enfriar la Antártida, balanceando así la ecuación. Pero puede que no haya tal balance.
"Es muy probable que el nivel del mar siga acelerándose a medida que se va calentando", sostiene Rahmstorf. Su idea de que la ratio de elevación marina es proporcional a la temperatura dibuja un mojado panorama para las zonas costeras más bajas del planeta para el futuro si las proyecciones del IPCC sobre la subida de las temperaturas siguen cumpliéndose.
* Comparing climate projections to observations up to 2011, Stefan Rahmstorf et al 2012 Environ. Res. Lett. 7 044035 doi:10.1088/1748-9326/7/4/044035