No fue el volcán submarino de El Hierro sino el de Islandia el que inspiró a a la periodista aragonesa Rosa María Artal la metáfora de los tiempos que nos ha tocado vivir, repletos de tensiones en el subsuelo y erupciones en la superficie. Artal recorre una vez más el camino del ensayo tras coordinar y escribir Reacciona junto con otras diez firmas de la filosofía, la justicia, la política, la cultura y el periodismo españoles. Aquel libro descansaba sobre los ejes de una crisis que ya había mostrado sus garras a la sociedad pero apenas había provocado una respuesta de la ciudadania. La casualidad quiso que sólo un mes después de su publicación, en abril de este año, se produjera la acampada de los primeros indignados en la Puerta del Sol de Madrid.
La energía liberada (Aguilar) es un análisis de esos movimientos sociales que han surgido como respuesta a la crisis de los poderes financieros y que aún mantienen un pulso con ella. La periodista se sirve de símiles y metáforas de la geología volcánica para explicar un proceso complejo tras el que se adivinan profundos cambios sociales y económicos.
La autora presentó el libro el pasado miércoles en Madrid acompañada de Lourdes Lucía, abogada y fundadora de ATTAC España, y de los periodistas Ignacio Escolar (Público) y Ramón Lobo (El País). El comentario de estos profesionales partió de un diagnóstico de la situación actual, marcada a su juicio por un profundo déficit democrático.
Para Lucía, las "tensiones en el subsuelo" provocadas por los poderes financieros y la decepción por la desaparición de la democracia -"incluso la formal"- sólo pueden compensarse con la ilusión y la esperanza que ha traido el movimiento 15M y otros agentes de la insurreción como Wikileaks o Anonymous.
En esta misma línea, Escolar negó que pueda existir “una democracia que no es capaz de reducir las desigualdades" y situó el origen de esta crisis a finales de los ochenta, cuando la caída del Muro de Berlín hizo innecesario para el capitalismo seguir manteniendo un rostro humano. Un suceso que abrió la puerta a los sucesivos choques con el poder financiero y las respectivas pérdidas de derechos sociales. "El capitalismo nos ha refundado", aseguró, "y no al revés".
Otro tanto añadió Lobo, quien se refirió a la situación actual como una "dictadura de la mediocridad" cuya cúspide la ocupan los políticos de la Unión Europea. "El sistema económico es un juego de trileros, en el que deberíamos detener a los trileros y no apostar con ellos", señaló el corresponsal de El País. ¿Por qué la sociedad no ha protestado antes? "Porque somos en parte culpables, al aceptar nuestro papel de consumidores y renunciar al de ciudadanos". Pero más allá de un 15M heterogéneo y a veces confuso en sus mensajes, Lobo apuntó un foco de esperanza: que los ciudadanos vuelvan a hablar de política.
Por último, Artal se refirió a las revueltas ciudadanas en oriente próximo y medio, a Wikileaks y a Anonymous como las placas tectónicas de un descontento social que colisionan con los poderes financieros. Estos movimientos, como las fumarolas -grietas en la tierra de las que surgen vapores y que “a veces preceden las erupciones y a veces no”- sirven para liberar una tensión subyacente y a veces se manifiestan en protestas ciudadanas. “Cuando se soporta una presión enorme por algún lado tiene que salir”, explica Artal.
Asimismo, cargó parte de la culpa en unos medios de comunicación que “no cumplen con la labor que deberían cumplir” y en unos ciudadanos “atados a la realidad de las hipotecas, distraídos, infantilizados, controlados...” pero que para la autora son la base de la esperanza “El 15-M no son ellos, somos nosotros; incluso, los que no lo sepan”.
La fuerza de la indignación moverá el mundo
El caso es que a la gente le mola apuntarse a los trileros por si se hacen ricos con ellos. Los que juegan a la bolsa son también -sobre todo- gente normal y corriente con sus ahorros. El reto es conquistar esos corazones.