Tuenti espera a Sebastián Muriel, tras la marcha de Ícaro Moyano
Desde la compra de la mayoría de las acciones de Tuenti por parte de Telefónica, los movimientos en la red social española no han dejado de producirse, y no han sido pequeños. Comenzaron con la inmediata salida de Koro Castellano, llegada a la empresa sólo un año antes, y han continuado con la inesperada marcha del que ha sido su imagen ante los medios de comunicación y sociedad conectada: Ícaro Moyano. A estos dos nombres se une el de Sebastián Muriel, que hace poco dejó de ser Director General de Red.es (dependiente del Ministerio de Industria) y los rumores publicados en El País sitúan como el fichaje para ser punta de lanza de Tuenti en Latinoamerica. Muriel no ha hecho ninguna declaración al respecto, y todo el mundo se encuentra pendiente de su cuenta de Twitter, ya que a través de ella anunció su marcha del organigrama del ministerio.
La entrada de Telefónica en Tuenti tenía un importante componente de expansión internacional. El fracaso de Keteké había dejado a la operadora sin presencia en un área estratégica vital, puerta de entrada del público más joven a la amplia gama de servicios móviles que ofrece Movistar, a través de una marca propia al más puro estilo Tuenti. La nueva operadora de telefonía móvil se llamará “Tu”, un hecho que fue confirmado el propio Zaryn Dentzel, fundador de la red social, durante la presentación de la moto que lucirá la publicidad de la marca en el mundial de 125cc.
La infraestructura de la gran empresa española en América Latina será la plataforma perfecta para crecer con un modelo que ya ha probado su éxito en España, aunque la primera intención, que era contar con la mayor parte del equipo que gestionaba Tuenti en nuestro país, va perdiendo efectivos por el camino. Sebastián Muriel puede ser la persona perfecta para el puesto, y un golpe de efecto tras las salidas de Castellano y Moyano, aunque de momento no hay nada firmado y todo lo que se conoce sobre la operación son filtraciones que podrían, incluso, ir destinadas a dinamitar un acuerdo entre las partes.
