El pedal de hombre muerto

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Locomotora eléctrica serie 252 de Renfe / Wikipedia

Para los que desarrollen, o lo hayan hecho, su vida laboral en el sector ferroviario, el título de esta columna les será familiar. Se denomina pedal de hombre muerto a un sistema de seguridad instalado en las locomotoras de los trenes, por medio del cual se detecta si el maquinista sigue en su puesto o ha sufrido algún tipo de percance que le impide guiar el convoy con seguridad. A intervalos predeterminados de tiempo, el operario debe activar el mecanismo empujando el pedal; si no lo hace, comenzarán a sonar avisos acústicos y luminosos para avisar de que no se están cumpliendo los tiempos, y si transcurridos unos segundos el pedal sigue sin ser presionado, entrará en acción el frenado de emergencia, que detendrá el tren para poder determinar que es lo que ha ocurrido.

En el Partido Popular de Mariano Rajoy, las señales acústicas y luminosas hace tiempo que suenan en la cabina de la locomotora que gobierna el tren del partido. El ruido es estridente, y las luces no dejan ver otra cosa. Lo hacen en forma de luchas intestinas en Asturias, investigaciones por corrupción en Madrid, Valencia y Castilla y León, derivas hacia la extrema derecha en Cataluña, un José María Aznar sin control en su particular guerra contra el mundo, la gestapillo madrileña, un presidente autonómico con demasiado fondo de armario, y otro de diputación con una sorprendente suerte en los sorteos de la Lotería Nacional, que califica de “hijo de puta” al que le hace oposición política... Y la lista sigue. Los avisos no dejan lugar a la duda, pero en los mandos nadie pisa el pedal, sinónimo de actividad vital que debería llevar a la acción política para restaurar el orden, tan añorado de épocas pasadas.

¿Hay alguien ahí? Deben preguntarse en el Partido Popular de muchas comunidades autónomas y miles de militantes que ven como, al igual que un conejo cuando le atrapan las luces largas del coche, el movimiento desaparece y es sustituido por una mirada perdida, fija en el infinito, esperando el desenlace. Mientras tanto, en la locomotora nadie pisa el pedal y el tren sigue su rumbo con el piloto automático, a pesar de las peleas en algunos vagones y del exceso de carga que se lleva en los de cola. Como no se suelten los lastres, y algún revisor circule de vez en cuando para apaciguar los ánimos con la autoridad que, como el valor en la mili, se le supone, el riesgo de que se active el freno de emergencia y el tren se detenga comienza a ser una opción probable. El pedal de hombre muerto sigue huérfano de mando, y la inquietud entre el pasaje se parece al pánico, conforme pasan estaciones y se acerca el destino final de las elecciones generales.

3 Comments
  1. Wahi says

    Hey, I might froth a bit, but I’ll comply…don’t want the TIME SWAT shnoiwg up at my door wielding «the threat of naked force».Imagine the possibilities:»POLICE!OPEN UP!POLICE!FLASHBANG!DOG!BANG!YELP!DOWN ON THE FLOOR MOTHERF’ERF!YOU THINK YOU CAN JUST KEEP THOSE CLOCK HANDS WHERE YOU WANT ‘EM? CHECK THAT GRANDFATHER CLOCK IN THE HALL! GET THAT MICROWAVE! LOOKOUT,HE’S TRYING TO GO FOR HIS DAMN POCKETWATCH! DIDN’T ANYBODY CHECK HIS POCKETS? OKAY, CLEAR!All right, boy, you let this be a lesson to you; you keep those little hands where we TELL you to keep ‘em got it? Next time it won’t go so easy for you…and get that dead dog outta here before I call the health department!»AT

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