Monarquía 2.0

Tras las diversas noticias negativas sobre la Casa Real de las que lleva haciéndose eco la prensa en los últimos tiempos, los servicios de comunicación del monarca han decidido dar un golpe de timón - o de efecto - para mejorar la imagen de la primera familia ante sus súbditos. A partir de ahora, la agenda del Rey será pública y accesible a través de la web oficial de la Casa Real, aunque, obviamente, algunas de las reuniones y los participantes permanecerán en el anonimato por aquello del secreto de estado. No todo debe saberlo el pueblo, pues es conocida su volubilidad y tendencia a la crítica ácida. Es de tal calibre la iniciativa, que incluso el propio don Juan Carlos I - se comenta - ha solicitado que la información sea distribuida en las redes sociales. Vamos, que dentro de nada puede que recibamos una solicitud de amistad en nuestro Facebook y sea del mismísimo Jefe del Estado. Bien está que se hagan esfuerzos por aumentar la transparencia en todos los ámbitos de una democracia, pero deben saber los asesores del Rey que participar en la web 2.0 requiere una enorme disposición para escuchar y conversar. Así funciona esto, y utilizarlo de otro modo conducirá con toda probabilidad al fracaso, como bien sabe Rosa Díez, que contestaba en directo a una televisión mientras actualizaba su Twitter. La omnipresencia, o el negro digital. La intención real se acoge con expectación y reconociendo la valentía de la iniciativa. Ahora vamos a ver qué sale.