TRANSFOBIA
Señor agente: sea, por favor, un policía excepcional
- "Un funcionario del Estado y de su nivel debería de conocer al dedillo y de sobra los derechos de cada uno de los españoles"
- "¿Esto lo hace solo con mujeres trans o también contra otros colectivos y minorías?"
Martina Gual, activista LGTBI y militante de Actúa.
Circula por las redes un vídeo de un policía insultando a una mujer trans en la calle. Él, dentro de su coche patrulla, con la uniformidad y de servicio. Y su compañero no le hace ningún flaco favor, siendo el autor de la grabación y, al final de la conversación, tratando también en masculino a la ciudadana.
Debo de dar gracias porque no siento ningún renovado sentimiento negativo hacia los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ya que su labor y trabajo es un pilar base en la sociedad en la que vivimos, y más en la situación actual que estamos. Este vídeo, lejos de despertar odio en mí, me hace replantear muchas dudas y que me surjan algunas nuevas:
1) Este agente, ¿quería denunciarla por verla deambulando en repetidas ocasiones? ¿eran necesarios los insultos y la intimidación? 2) ¿Esto lo hace solo con mujeres trans o también contra otros colectivos y minorías? 3) ¿Por qué hace referencia a una supuesta ¨vida sexual activa¨ como algo malo y vejatorio? 4) En caso de que sea trabajadora sexual y algún día pueda tener cualquier problema con un cliente, ¿esta persona la ayudará y defenderá? Y 5), y más importante, ¿Cuánta gente del de la Policía Local de Benidorm y del resto de España piensa como él?
Un funcionario del Estado y de su nivel debería de conocer al dedillo y de sobra los derechos de cada uno de los españoles, aunque deduzco que tampoco es un abogado. En caso contrario, debería tratar a cualquier ciudadano con todo el respeto y educación, para no meter la pata. Estoy de acuerdo con que, si una persona viola de forma reiterada el estado de alarma, sea tratada sin ningún tipo de privilegio (obviamente), y avisada multada o informada en consecuencia.
La desinformación es perdonable si uno está dispuesto a aprender, a rectificar y a hacer suyos los nuevos conocimientos en favor del bien. El ultraje gratuito que se presenta en el vídeo es vergonzoso, insultante y deja en mala posición no solo a la persona que emite tales actos, sino a todo el cuerpo que representa portando el uniforme.
Ruego a este señor policía que deje de lado y en la taquilla sus ideas políticas, sean cuales sean. Que al ponerse el uniforme, no solo sea un ciudadano modelo, sino un policía excepcional, que se mantenga neutro y defienda los derechos que ampara nuestra Constitución y defienden las leyes. Precisamente, el artículo 14 de la Carta Magna dice aquello de que todos los españoles somos iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Y la Ley 8/2017, de 7 de abril (la llamada Ley de Identidad de Género de nuestra comunidad, en la cual estuve presente en su votación), que en resumidas cuentas alude a la no discriminación por identidad de género.
Habría que recordarle al agente, aunque estoy segura de que él lo sabrá bien, que el incumplimiento de una ley se sanciona. Y voy a recitarle algunos puntos, por ver si se siente identificado con ese incumplimiento: la intencionalidad del autor (es decir, si ha sido con premeditación o no), la trascendencia social de los hechos o su relevancia (viendo cómo se ha movido el vídeo por las redes sociales, sobran las palabras) y, lo mejor para el final, la pertenencia de la persona infractora a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Non Parole
El desacato al honor de este agente es tan obvio que solo puedo invitarle a pedir públicamente perdón por los hechos cometidos. Pero el trasfondo de este asunto es, una vez más, saber si los agentes que nos encontramos por las calles y nos tratan están preparados para afrontar situaciones con personas trans. Vídeos como este nos hacen pensar que no del todo, y por ello insto a altos cargos y comandancias de estos cuerpos a algo tan básico y simple como la formación. La formación en esta materia, como en otras muchas ya se ha demostrado útil, hará que cada vez haya menos policías en el punto de mira y, lo más importante, saldremos ganando todos.