Abrazo por Madrid
- Opinión sobre la iniciativa planteada por Íñigo Errejón y Manuela Carmena
Pocas cosas han generado más consenso en el último año que la necesidad de un revulsivo para el campo progresista. El aletargamiento de los últimos meses tocó fondo en las andaluzas y ni siquiera la buena campaña de Teresa Rodríguez, transversal y desde los postulados de una izquierda bien entendida, pudo evitar una derrota que se sintió como propia en todo el país.
Buena parte de las posibilidades de que el cambio político logre liderar una época en España dependen de mayo y más concretamente de la batalla de Madrid. El bloque reaccionario, consciente de esta circunstancia, adelantó ya hace días su intención de reeditar el acuerdo tripartito en la Comunidad de Madrid si los números le daban. La designación de Díaz Ayuso y Martínez-Almeida como candidatos del PP apuntan precisamente en esta dirección y elimina la posibilidad de un acuerdo “moderado” entre las derechas. Si el bloque reaccionario suma habrá un retroceso duro.
Romper con la parálisis y ofrecer motivos a la ciudadanía para acudir masivamente a las urnas es una necesidad en términos electorales para evitar que la abstención vuelva a remar en favor del bloque reaccionario. Pero no sólo. El tándem anunciado por Carmena y Errejón además de revelar una apuesta electoral ganadora, sintetiza una forma de construcción política que parte del abrazo de dos generaciones imprescindibles para articular mayorías. Una inyección de ilusión y entusiasmo en un momento en el que ya nadie duda que lo que está en juego, es algo más que un simple reparto de escaños, es la propia naturaleza y profundidad de nuestra democracia.
Manuela y Errejón aciertan ampliando el foco, tendiendo la mano a los partidos al mismo tiempo que hacen un llamamiento a la sociedad, sobre la tesis de que son las siglas las que deben estar al servicio de la gente y no al revés. Una forma valiente de asumir la inmensa tarea que tenemos por delante, abriendo el proceso a la ciudadanía y en un ejercicio de responsabilidad a la altura de lo que se espera de una alcaldesa y de un presidente de la Comunidad de Madrid. Así sí.
Pablo G. Perpinyà es consejero ciudadano de Podemos Comunidad de Madrid
Un punto de vista coincidente con el suso dicho Iñigo. La teoria, oculta una gran traición personal; no solo al amigo, si no al 70 % de la militancia de este Podemos. Funcionar, como un gañán en beneficio propio, no es ilusionánte; cuando hay un mandato asambleario ¿ nos lo pasamos como Bescansa ?. Ahora, se vé demasiado claro el Cainísmo, filibusterísmo y el egolatrísmo de Errejón; escudarse en Carmena haciendo ver que esto es lo que pidió ( o lo que piden los extremos capitalístas ). Cosecha propia, demasido temprana y demasiado verde. Aunque vender tal producto contaminado, será harto dificil. ¡¡ Los que te aplauden, son enemigos políticos, no lo dudes !!. ¡¡ Que Prisa, te coja confesado !!.
No conozco las interioridades de Podemos, por lo que no sé si Errejón y quienes les apoyan traicionan al 70, al 80 o al 25 % de una militancia que, por otro lado, no existe como tal y se limita a hacer unos pocos clics cuando se le pide. Sí conozco el supuesto asamblearismo de Podemos, cuyas asambleas se reducen a votar unos documentos cerrados, con escasa discusión y unas listas que se excluyen entre sí. Creo que Errejón ha hecho las cosas muy mal, pero dado el poco debate de ideas que cabe en el partido, tal vez era la única manera de hacerlas.
Dicho esto, el proyecto «Más Madrid» me parece un acierto cuando se trata de parar la reacción que se avecina, visto lo visto en Andalucía. Creo que Pablo Iglesias (porque Podemos es cada vez más Pablo Iglesias) debería reflexionar, tragarse el ego inflado que tiene y sumarse al proyecto.
Cuánta palabrería para decir «vamos a pillar como sea»