Ha muerto Joan Colom, fotógrafo de leyenda que capturó la esencia de los barrios humildes de Barcelona en los años 50 y 60.
La vida en blanco y negro
Ha muerto Joan Colom. Quizá el nombre no le diga nada. Lástima, porque se trata de un fotógrafo de leyenda: con su cámara capturó la esencia de los barrios humildes de Barcelona en los años 50 y 60. Vividores, putas, vagabundos, vendedores ambulantes, borrachos, chulos, paseantes… Gente con heridas. La vida en blanco y negro.
Dicen que cuando los fotógrafos eligen para su obra el blanco y negro es porque quieren centrar la atención en el personaje, en su historia, y no perderse en los destellos que proporciona el color. Colom eligió el blanco y negro para mostrarnos a sus vecinos, no podía ser de otra manera. Repasando sus imágenes es fácil comprender que el fotógrafo de Barcelona centraba su mirada en las personas. Lo importante son ellos, parece decir en cada disparo el hombre que ilustró el libro de Cela “Izas, Rabizas y Colipoterras”.
Los datos del paro en agosto nos devuelven a los tiempos del blanco y negro. El pasado 31 de agosto se convirtió en el día de mayor destrucción de empleo en la historia de España. En esa jornada se dieron de alta 46.779 personas en la Seguridad Social, mientras que se dieron de baja 313.141. Es decir, la afiliación cayó en un solo día 266.362 personas. ¿Qué fue del optimismo del Gobierno? “¡Terminó la crisis, comenzó la recuperación!”, decían los responsables de la reforma laboral, del drama. “Solo nosotros sabemos crear empleo”, llegó a decir María Dolores de Cospedal. Fuegos artificiales. Es decir, flashes disparados con ánimo de deslumbrar, de distorsionar la realidad, de inundar los sentidos con colores falsos. La vida real, aquella que tiene lugar en las calles, sigue dibujándose en tonos grises.
La distancia entre los políticos y los ciudadanos es sideral. El color y el blanco y negro. Joam Colom se ha ido por la puerta pequeña de un país pequeño, que desprecia a sus artistas, adora a sus bocazas y vota a sus corruptos. Un país que se aferra a un viejo espejo que solo refleja grises, los de la sangre del toro y el sobre con dinero negro, los de la sotana del cura y el juego de tronos, los del fascismo y la desmemoria. Es decir, los de la mediocridad y la envidia, los del trabajo duro y el sueldo corto, los de la precariedad y el paro, los de una vida que se va quedando sin tonalidades.
Javier, con tu cronica te asemejas al personaje descrito sin matiz. ¡ La cronica de Joan Colom ! Estos sátrapas, nos retrotraen al NO – DO. Ni se ponen c0oloraos !.¡ Desprecia a sus artistas, adora a sus bocazas, y palmeros; y vota a sus corruptos ! El hedor generado por los bipartidistas filibusteros, nos marea un poco Javier… ¡ Pero otros lo vemos claro !. Necesitamos toneladas de colirio… para el resto. ¡ Gracias !.