Leo el periódico en el metro, por encima del hombro de un sacerdote que tiene la sotana cubierta de caspa. “El Gobierno disuelve el ayuntamiento… (frenazo en Bilbao) tras destaparse… (se suben 30 personas en Cuatro Caminos) la conexión municipal con el… (cantautor sudamericano me golpea con el mástil del charango en la segunda estrofa de Te recuerdo Amanda) crimen organizado”. Reorganizo la frase, y creo entenderla, justo a tiempo para bajarme en Tetuán. Estoy en estado de shock. El recuerdo de uno de mis titulares favoritos de la democracia me hace soñar: “La Guardia Civil cree que el Partido Popular actuó en la Comunidad Valenciana como una organización criminal”.
¿Imagina un ayuntamiento de Valencia disuelto, con sus actividades administrativas paradas mientras se investigan los tratos del Consistorio con la Mafia? Fantaseemos con ese banquillo de lujo, de Louis Vuitton para arriba, una foto panorámica para la historia de la justicia verdadera.
A la mañana siguiente, mismo metro, mismo recorrido, leo el diario utilizando el mismo sistema. Estiro el pescuezo por encima del hombro de un funcionario de prisiones, un esfuerzo que se ve recompensado con un titular a la italiana: “El equipo de Rita Barberá se enriqueció con la financiación irregular del PP”. En Ríos Rosas, aprovechando la entrada en el vagón de la tuna de la Escuela de Minas, me arrimo al funcionario hasta el acoso y sigo leyendo: “Los financiadores del PP –en su mayoría empresarios relacionados con el sector de la construcción que habrían realizado durante años donaciones ilegales al partido a cambio de contratos– no sólo habrían echado una mano a la actual senadora 'popular' en sus campañas electorales, sino que también 'enriquecieron' a los recaudadores que la 'organización criminal' del PP valenciano tenía repartidos por varias administraciones”.
La alcaldesa niega estar relacionada con las infiltraciones del hampa. No le hablo de Rita Barberá, cuidado, sino de Leoluchina Savona, corregidora de la localidad italiana de Corleone. Y es que el titular que leí sobre el hombro del cura no se refería a Valencia, sino a la pequeña ciudad de Palermo de Sicilia que vió nacer a Vito Corleone. ¡No perdamos la esperanza! Han sido necesarios 30 años de gobierno de la Mafia para disolver el ayuntamiento de Corleone. Y Rita Barberá solo ha sido alcaldesa de Valencia entre 1991 y 2015, apenas 24 años. La Cosa Nostra.