Hugo Martínez Abarca *
Hace unos días tuve la suerte de poder ver “Política: Manual de instrucciones”, el documental de Fernando León de Aranoa que vive desde dentro muchas de las grandes reflexiones que han vertebrado a Podemos. En la película vemos debates internos, momentos de euforia y de decepción, gestión de la decepción, caminos no siempre exquisitos para resolver cuestiones internas… vemos política.
Decía León de Aranoa que ojalá fuera posible hacer un documental como éste de más partidos. No lo será. Podemos tiene desde su fundación una peculiaridad: buena parte de sus fundadores son profesores universitarios. Por ello han hecho una cosa absolutamente insólita en nuestra política: contar por qué hacen lo que hacen. Hay una disociación entre la gran política comunicativa de un partido de masas (especialmente uno que se sabe transitando en el populismo, sea éste lo que sea) y la frecuente reflexión de puertas abiertas (en artículos, entrevistas largas, debates abiertos, conferencias…) en las que se explica la estrategia y la táctica de Podemos.
Nadie imagina algo parecido en PP, PSOE ni Ciudadanos, por supuesto: uno no suele mostrar sus cartas al adversario y, sin embargo, Podemos las detalla continuamente, entre otras cosas porque seguramente necesita que su gente también comparta el juego. Porque, aunque no suela aparecer en los focos, junto a las caras más conocidas de Podemos hay muchísimos miles de personas que participan en barrios y pueblos dejándose muchísimas horas y que tienen que estar al tanto, discutir y hacer suya la receta que se está cocinando.
Podemos es un partido que nace, sí, de un alto nivel de reflexión y conocimiento político. Y además surge en un momento en el que la política española sale al ágora, a la plaza y las paredes de cristal lejos de ser una dificultad son un combustible. El adversario no ha sabido atacar a Podemos eficazmente ni mostrándole Podemos su manual de instrucciones con tanta naturalidad.
Sin embargo, creo que ese alto nivel de reflexión y de acierto en la reflexión política que parecería diferenciar a Podemos de los otros partidos no es la gran materia prima de Podemos. Podemos es lo que es gracias sobre todo a que ha combinado esa poderosa capacidad de reflexión laica con el coraje de poner en práctica sus conclusiones por exigentes, duras o incluso dolorosas que fueran.
El propio nacimiento de Podemos es eso: la puesta en marcha de una amplísima reflexión que compartíamos mucha gente pero que en un principio sólo el núcleo fundador de Podemos tuvo el coraje de lanzar con todas las consecuencias. Y desde entonces hasta hoy eso mismo ha sido lo que ha llevado a no aceptar la rendición que el PSOE exigía a Podemos tras su acuerdo con Ciudadanos. Las cosas pasan tan deprisa que ya casi no recordamos lo cerca que están las grandes presiones, el miedo a que fuera difícil explicar la respuesta de dignidad al PSOE… y, sin embargo, ahora son el PSOE y Ciudadanos quienes aparecen con serias dificultades para explicar su función en el futuro político español tras los juegos florales del abrazo.
Ya casi no recordamos que hasta la aparición de Podemos la exigencia más repetida era la audacia. Exige mucha audacia la puesta en marcha de un proyecto político que no sólo ha roto con el sistema del bipartidismo turnista sino, sobre todo, con las reglas de la confrontación partidaria: no es fácil tratar de romper esquemas, no es fácil negarse a ser una muleta de los de siempre… Uno de los rasgos más curiosos y aparentemente paradójico de la actuación de Podemos es esa mezcla de firmeza y flexibilidad imprescindible en un momento histórico que también conjuga la gran confrontación propia de una crisis política tan importante como la que vive España con el extraordinario ritmo al que varía el campo de juego.
Podemos es esa mezcla de reflexión laica, gran intuición política e inmensa audacia. Rebajar cualquiera de esos ingredientes nos dejaría sin Podemos.
¿Podrían otros partidos vivir una experiencia como la que ha llevado al documental de Fernando León de Aranoa? La respuesta inequívoca es “No”: sólo podrían hacerlo como aquellas entrevistas que hacía Canal Plus con la promesa de que sólo se emitiría tras la muerte del entrevistado, como Epílogo. Del documental de Fernando León de Aranoa el dato más revelador sobre Podemos es el propio hecho de que haya documental. Así debe ser.
Por la hoz y el martillo, que maravilloso es PSOE-2.
Porque, en el 82, hasta el PSOE estaba en contra de la OTAN, y llevaba las nacionalizaciones en el programa, aunque no la república. Sois un PSOE-2 más moderado, más del 86.
Resulta curioso como la gente de IU que se pasa a Podemos, que eran críticos con IU, lo que está bien, se vuelven acriticos al pasarse a Podemos. Para mi, eso es evidentemente una degeneración aristotélica.
A pesar de los constantes conflictos internos, las olas de dimisiones, los vaivenes programáticos, el histrionismo y el hiperliderazgo, el entreguismo carrillista, el enchufe de novias y exnovias, amigos y allegados, la jerarquización, las meteduras de pata en campañas electorales, como las de Andalucia y Cataluña, el 26j, el circo en el Congreso y la Moncloa después del 20D, la coalición conformada chapuceramente, y un largo etcetera…jamás se ve en vosotros ni el más minimo atisbo de crítica, solo genuflexión, idolatria y adoración ciega.
Es patético.