Cuando Pedro Sánchez dice que su pacto con Ciudadanos incluye la derogación de la reforma laboral del Partido Popular, e inmediatamente después Albert Rivera dice que su pacto con el PSOE no incluye la derogación de la reforma laboral del Partido Popular, está dicho todo. Más claro, imposible. Pretenden que parezca que todo cambia para que todo siga igual. Ofrecen un cambio, pero de vestuario, un maquillaje superficial, una modificación estética. La democracia a veces necesita este tipo de pantomimas: corruptos, ineptos, burgueses… Dejen paso a las nuevas generaciones.
Para comprender esta realidad no hay nada como ver la televisión. No me refiero a lo que llaman realities, ese género que pretende documentar, sin guión, de manera chusca y melodramática, la vida de la gente. La telerealidad es otra cosa. La telerealidad está escondida en los ingresos, los márgenes operativos y los beneficios netos de las televisiones. Un laberinto de números que si sabemos descifrar nos enseña que la realidad es un fraude, que los acontecimientos políticos y sociales nos llegan editados, y que los protagonistas de la actualidad son peleles en manos de fuerzas superiores.
Para entender la actualidad hay que ver los informativos de televisión, y recordar que las noticias no las redactan periodistas sino consejos de administración. La verdad no está en un telediario, está en el margen sobre ingresos brutos totales de unas cadenas que reparten doctrina y beneficios a partes iguales. Ahí tiene a Atresmedia, una de las dos patas del duopolio televisivo español, con una cadena carca (Antena 3) y otra progre (La Sexta) haciendo caja de manera frenética: 99,2 millones de euros de beneficio en 2015, el doble que el año anterior. ¿Y qué me dice de Mediaset? La otra pata del duopolio televisivo español, con una cadena casposa (Telecinco) y otra reformista (Cuatro) forrándose de manera espectacular: 166,2 millones de beneficio en 2015, triplicando sus beneficios del año anterior.
Si su cuenta corriente creciese a este ritmo… ¿Usted estaría por el cambio, por las reformas sociales, por un nuevo gobierno de progreso, por una candidatura de ruptura, por revertir las políticas de austeridad, por retomar la lucha y defender el pan, el trabajo y el techo?
El bipartidismo televisivo y el bipartidismo político son hermanos de sangre y de beneficios. Y están ahí para que nada cambie.
Pura pantomima.
fíjense como cambian de tercio ciertos escribidores de la prensa guay, libre y tal, de internet, en el momento que dicen algo que valora a sanchez o el psoe ante la formación de gobierno; el mundo guay, libre, nuevo….de internet en general podemita hasta el delirio, impide que esos escribidores, losada, Arturo, que a veces apelan al apoyo a sanchez, los comentarios de los pobladores de net hacen que cambien el tercio; quizá tenga que ver que los que financian esos medios, Ibex puro y duro no ven con buenos ojos que se desinflen los 40-60 diputados de podemos. esos son ingresos también.
Paolo Vasile tuvo unas retribuciones en 2015 de 2.554.000 de euros, un 47% más que el ejercicio anterior, cuando se embolsó 1.737.000 euros.
Silvio González (Atresmedia) tuvo unas retribuciones en 2015 de 2.031.000 de euros, un 34% más que en 2014 cuando recibió 1.515.000 euros.