El desafío de la realidad

Vivimos pendientes del desafío independentista. Es decir, de los movimientos del Parlamento catalán y del comienzo de la “desconexión” de España, de los votos de la CUP, de la financiación de las farmacias de Reus, del bloqueo a la investidura de Mas, de las declaraciones unilaterales, de una nueva convocatoria de elecciones, de las razones de quienes defienden la integridad de Cataluña y la unidad de la patria, de la disolución de la autonomía... ¿Será capaz el Gobierno de Mariano Rajoy de cortar la liquidez a la autonomía rebelde y tomar el control de los Mossos?

Cuando fracasa la política, como sucede ahora, el desafío es la realidad. Superar la decepción, aceptar el descalabro y mirar al frente, más allá de la cortina de humo. Solo unas horas después de que decenas de miles de personas ocupasen las calles de Madrid en una Marcha Estatal contra las violencias de género, han sido asesinadas en España cuatro mujeres. Violencia en Vigo, Valencia y Córdoba. ¿El desafío machista?

En lo que va de año más de 600.000 personas que huyen de Siria, Irak o Afganistán han alcanzado la Unión Europea por mar. Solo a la isla griega de Lesbos han llegado en este periódo de tiempo 200.000. ¿El desafío de los refugiados? La noche del domingo aterrizó en Madrid un vuelo, procedente de Roma, con once eritreos y un sirio. Se trata del primer contingente de refugiados. La avanzadilla de un grupo inicial de 50 aprobado por el Gobierno en virtud del pacto entre los socios europeos. Y es que la UE ha distribuido sólo a 116 de los 160.000 que están previstos. Poca cosa parece si tenemos en cuenta la dimensión del drama, el calibre del problema, las cifras de demandantes de asilo, el grado de necesidad y desesperación de la gente. Una miseria si recordamos que más de 70 niños han muerto ahogados intentando llegar a Grecia desde la muerte, hace dos meses, del pequeño Aylan Kurdi.

Mientras que Europa ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero un 24% desde 1990, España las ha aumentado un 12%.  El Ministerio de Medio Ambiente tiene previsto que las emisiones aumenten en un 18% para 2020 y un 39% para 2030 con respecto a las emisiones de 2013. ¿Cumpliremos el protocolo de Kioto? ¿Dispararemos inmediatamente después las emisiones? ¿Pasaremos a formar parte del grupo de contaminadores crónicos? ¿Seremos capaces de ralentizar un posible crecimiento por razones medioambientales? Sabemos que el aumento global de las temperaturas superará el "techo" de un grado centígrado antes de que acabe el 2015, que pasará además a la historia como el año más caluroso. ¿El desafío medioambiental?

Vivimos en un país con 4,8 millones de parados, donde un 22,2% de la población se encuentra en riesgo de pobreza y casi cuatro millones de trabajadores (aproximadamente el 30% del total) perciben mensualmente menos de mil euros efectivos de salario. La declaración institucional del presidente del Gobierno Mariano Rajoy la mañana del pasado lunes no deja lugar a dudas sobre la realidad y la importancia del desafío: "Estamos decididos a utilizar todo el estado de derecho... Vamos juntos todos porque España es cosa de todos pensemos como pensemos".