Berlusconi de mi vida

El Partido Popular ha cerrado la legislatura votando en solitario los presupuestos de 2016 y con una última sesión de control al Gobierno, el último cara a cara parlamentario entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Un final bronco, en el que el líder de la oposición acusó al presidente de acabar la legislatura como la comenzó: “Mintiendo”. Inmune a las críticas, el presidente del Gobierno abandonó el Congreso de los Diputados y ejerció de anfitrión en el Congreso del PP Europeo, que se celebra en Madrid los días 21 y 22 de octubre. Un congreso en el que Rajoy se está viendo arropado por la crème del neoliberalismo del viejo continente: la canciller alemana Angela Merkel, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, el expresidente de Francia y líder de Los Republicanos (Les Républicains), Nicolás Sarkozy… Y el presidente de Forza Italia, Silvio Berlusconi.

De entre todos los grandes políticos europeos que han venido a apoyar a Rajoy quizá sea este último el más necesario, el único imprescindible, el que menos chirría en el actual entorno de los 'populares' y el que más puede ayudar a diseñar un proyecto de futuro. Cuando incluso las encuestas de los medios gubernamentales dan por perdida la mayoría absoluta del PP el próximo 20D, la presencia del rey de las fiestas Bunga Bunga supone una fuerte inyección de moral para la bailonga Sáenz de Santamaría y sus compañeros de travesía. Y es que la actual presencia de Berlusconi en la oposición italiana, y en los congresos del PP europeo, confirma que hay vida más allá de la corrupción, por burda y esperpéntica que ésta sea. Lejos de estar confinado en una remota isla del Mediterráneo, purgando su populismo desenfrenado y su deshonestidad galopante, Berlusconi sigue codeándose con la flor y nata de la derecha europea, una raza política con piel de rinoceronte.

Rajoy ha tenido en Il Cavaliere mucho más que un amigo, un maestro. No en el plano personal: Berlusconi es un cascabel que ha soltado una lagrimita cuando se ha enterado que PlayBoy dejará de publicar fotografías de mujeres desnudas mientras que Rajoy es un sieso que lee el Marca, el deportivo que no tiene chica en traje de baño en la contra. Rajoy admira a Berlusconi: es un superviviente. Por eso son uña y carne en el plano profesional: ambos han acumulado el poder y la podredumbre, han desactivado a la oposición y manipulado la justicia, y han controlado los medios de comunicación. Excepto La Sexta y algunos medios digitales comprometidos, los 'populares' tienen el periodismo a su servicio. Comenzando por ABC, La Razón y TVE, sus boletines oficiales, y terminando por Telecinco, Antena 3, El País, El Mundo…

Rajoy y Berlusconi, vaya par de políticos, son grandes estadistas a su manera. Buenos para los suyos, nefastos para el resto del país.