Cádiz, paraíso de la casta hippi-pija

La Razón, el periódico milagroso que sobrevive pese a no haber obtenido en sus 17 años de vida beneficios económicos, ha "pillado" a la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena de vacaciones. Periodismo de investigación, como tiene que ser. ¿Estaba la podemita en un yate como el de Rodrigo Rato? No. ¿En una pista de esquí veraniega como las que le gustan a Luis Bárcenas? Tampoco. ¿Quizá en Punta Cana, como José Manuel Soria y José Ignacio Wert, ministro y ex ministro, con todos los gastos pagados por un empresario hotelero? De ninguna manera. ¿En un spa portugués, como su antecesora Ana Botella durante el velatorio de las jóvenes muertas en el Madrid Arena? Frío, frío. La han pillado en un hotel de Zahara de los Atunes, Cádiz, con su familia. Viviendo a todo tren del 7 al 17 de agosto. Levantándose a las mil, tocándose la barriga y venga de playa. Tortillita de camarones va y botella de Barbadillo viene. Será sinvergüenza...

El concejal del Grupo Municipal del PP en Madrid Fernando Martínez Vidal ha estallado en cólera al ver el notición, y en un alarde de coherencia ha dicho que "la alcaldesa puede gastarse su dinero como quiera pero en una situación de crisis en la que muchos madrileños no han podido irse de vacaciones, un cargo público tiene que ser ejemplar en su conducta". Eso es. Ejemplaridad. La Razón desglosa el lujo en que ha vivido sus vacaciones la alcaldesa: "Una villa de 4.000 euros a la semana en la zona más cara de la costa gaditana". Carmena, que fue a Cádiz en el coche de su hija y volvió en tren, nada de recursos públicos, se ha defendido de mala manera: eran ocho personas, seis adultos, que asumieron de forma compartida el coste del alquiler, 3.800 euros. Un escote: la alcaldesa tuvo que pagar poco más de 600 euros. ¡Que barbaridad!

"La casa de descanso de Rajoy cuesta tres veces menos que la de la alcaldesa", sentencia La Razón en un titular de esos irrebatibles. Sé fuerte, Manuela. Te han pillado. O casi. ¿Tres veces menos que los 600 euros? No, no, la casa rural de Rajoy cuesta 1.800 euros a la semana, tres veces menos que 3.800 euros. ¿Perdón? Me temo que la operación matemática es incorrecta, señor Marhuenda. ¿Está usted ahí, señor Marhuenda? No, seguramente estará dando el visto bueno al reportaje en el que su periódico habla de Zahara de los Atunes como el paraíso de la "casta", de la "gauche divine de atmósfera hippy-pija", con urbanizaciones "de alto poder adquisitivo": "los suizos, por ejemplo, llegan en avión privado a Jerez, allí cogen un helicóptero y aterrizan directamente sobre sus propiedades".

No es información, es propaganda. No es periodismo, es manipulación. Al día siguiente de publicar semejante bazofia en portada, Marhuenda, director del panfleto que se sigue editando desde 1998 pese a solo conocer pérdidas, era la estrella de la tertulia matinal de La Sexta. Lejos de repudiarle, las televisiones se lo rifan. Es el estado del periodismo, una profesión en descomposición ante la indiferencia de buena parte de los profesionales y las asociaciones de la prensa.