El político ejemplar

Oscar Collado, gerente de la funeraria municipal de Palma de Mallorca, podría ser considerado un político ejemplar. A nivel currículo, me refiero. Y es que Collado es un hombre capaz de tocar todos los palos, de meter la cuchara en todos los pucheros, de navegar en cien mares y atracar en cien riberas. Político versátil capaz de mimetizarse con la habilidad del camaleón, Collado ha sabido adaptarse a lo largo de los años a todos los principios y doctrinas políticas que han liderado este país: ha sido socialista del PSOE entre 1983 y 1991, popular del PP entre 1991 y 2007, e incluso centrista de UCD, donde sintió la llamada de la política allá por los 80. Y siempre supo sacar algo en limpio de tan acojonante batiburrillo. ¿Recuerda aquello de atracar en cien riberas? Pues eso mismo...

Quizá como premio a tan livianos ideales, a tan amplio y colorido historial político, Collado es un tipo con suerte. Con mucha suerte. No lo digo yo, lo dicen los periódicos, que aseguran que el fiscal anticorrupción Juan Carrau ha pactado con el protagonista de nuestra historia, y le ha rebajado sustancialmente una condena de 12 años de cárcel y 1,2 millones de multa. Perdone, había olvidado comentarle un detalle importante: Collado ha sido declarado culpable de delitos continuados de malversación de caudales públicos, falsedad de documento mercantil, fraude a la Administración y cohecho.

Al bueno de Collado, político mudable próximo a la perfección, los 12 años de cárcel y el millón de euros de multa se le han quedado en apenas tres años y tres meses de chirona y 250.000 euros de sanción. ¿El motivo de semejante recorte en la pena? La extensión de la causa, que se remonta desde 2009 hasta ahora.

Y es que Collado es un tipo con suerte, insisto, pero también con mucha clase. El gerente funerario no se ha limitado a organizar los tradicionales entierros e incineraciones, sino que ha llevado su profesión mucho más lejos, consiguiendo incluso hermanarla con su papel como gestor de lo público. La iniciativa de este político multibandera es enorme, puesto que “efectuó negocios sucios con obras en el camposanto, en la venta y asignación de tumbas, y tramó un monopolio de servicios e importación de ataúdes que hundió a varias empresas del sector”. Un mago de lo mortuorio que condujo sus habilidades empresariales más acá de ultratumba: “Presentó facturas falsas en cuentas municipales, disfrutó de viajes privados cargados a las cuentas públicas y logró que concesionarios y empresas privadas efectuaran obras en sus propiedades”.

Un caso tan ejemplar como el de Collado necesita una guinda. La cumbre a esa carrera modélica. Un heredero. Pau Collado Serra, hijo de su primer matrimonio y ex cargo político del Gobierno de Jaume Matas, imputado por administrar sociedades de la trama Gürtel.