Carlos Martínez Gorriarán *
El de este noviembre será el segundo congreso que celebra UPyD. Todo indica que será más tranquilo y deliberativo que el primero, celebrado el 20 de noviembre de 2009, por la ausencia de “corrientes internas” (o no tan internas, pues estaban infladas con fuelles foráneos) empeñadas en convertir un partido nuevo en algo que no quería ser cuando lo fundamos en 2007, según previó nuestro muy claro Manifiesto fundacional. Lo de confundir un partido nuevo con una pizarra en blanco donde se puede escribir lo que a uno le pete, o un recipiente sin contenido donde meter lo que apetezca, cuando no una mera marca para vender imagen y marketing de gente guapa, es una enfermedad infantil de la política que ha liquidado muchos proyectos de partido antes de que echen a andar. Por fortuna supimos preverlo y ese no ha sido nuestro caso.
En 2009 UPyD todavía era un proyecto de futuro incierto, muy ligado al solitario y gran trabajo de Rosa Díez en el Congreso, y a su impagable popularidad. Pero contaba con el extenso y sólido equipo que UPyD ha sido desde el principio, aunque a muchos analistas políticos, empeñados en no querer conocernos a nadie, eso les haya dado igual y se hayan decantado por el mantra de un falaz “personalismo” promovido por ellos mismos sin mayor éxito.
Ahora somos un partido no sólo en ascenso en las encuestas, sino con una presencia institucional que se puede considerar excepcional para tener solamente seis años de vida y no haber contado con apoyos incondicionales financieros ni mediáticos, sino más bien lo contrario. Lo que, por otra parte, nos ha ganado una libertad de acción muy de agradecer en un partido: no debemos nada inconfesable a nadie, nuestras cuentas son públicas, y pagamos religiosamente los créditos imprescindibles a los bancos que quieran prestarnos.
Aunque pueda molestar al establishment -y eso espero, porque para eso creamos UPyD- somos un caso sin precedentes ni parangón en la política española actual: entre 2009 y 2011 conseguimos grupo parlamentario en el Congreso y en la Asamblea de Madrid, diputados en el Parlamento Europeo, Vasco y de Asturias (solitarios pero influyentes e incluso decisivo en el Principado), y más de 150 concejales en casi 70 municipios.
Hemos pasado de ser un experimento por el que pocos apostaban, salvo unos miles de ciudadanos y nadie en los poderes financieros y mediáticos, a constituir una alternativa real a medias respetada y a medias temida, y por eso mismo vigilada y poco elogiada. Mejor así: padecer abrazos de oso y adulación son de lo peor que podría pasarnos. En el nuevo Congreso, el segundo de nuestra breve historia, buscamos seguir dando los pasos necesarios para ser un partido de gobierno verdaderamente alternativo a la alternancia PP-PSOE, y en primer lugar un partido con el que habrá que contar para formar una mayoría parlamentaria que pueda apoyar a un gobierno tras las generales de 2015, acabando con treinta años de bipartidismo imperfecto.
Como siempre, sólo apoyaremos un programa público de obligado cumplimiento en sus reformas fundamentales, como la de la Ley Electoral, la Constitución y la regeneración de las instituciones, es decir, un programa de gobierno que avance de verdad en cosas como la separación de poderes, la racionalización de las administraciones -abriendo el debate constitucional sobre el modelo de Estado federal-, y las políticas de transparencia y gobierno abierto. Sin olvidar un verdadero cambio de modelo productivo que nos saque no sólo de la recesión, sino del peligro de convertirnos en un país de low cost económico que ha renunciado a invertir de verdad en educación, servicios sociales y ciencia.
Y para eso nos reunimos en este II Congreso, para decidir cuáles deben ser las líneas estratégicas básicas de regeneración de una democracia que no da más de sí, consagrada a proteger a élites irresponsables e ineptas, tolerantes con la corrupción y responsables de esta crisis gravísima y del avance de la pobreza. Naturalmente, sabemos que muchos no quieren creernos y que seguirán, por una parte, asegurando que somos como todos e indignos de cualquier confianza, y por otra, cultivando sueños de redención en brazos de nuevos azules príncipes o princesas mágicamente nacidos de partidos viejos, o de diseños de laboratorio publicitario que tienen logo pero no programa. No hagan caso. De verdad, hay razones para creer que lo que salga de este II Congreso de UPyD acabará dando mucho que hablar y más que hacer.
Difícil creerse un supuesto proyecto «regenerador» que lo primero que hace es oponerse a una sentencia del TEDH, como si en lugar de un nuevo partido fueran los portavoces de una vulgar dictadura bananera.
Claro que no: Demuestra donde se ha dicho eso por UPyD. A que no puedes por una sencilla razon: porque no es verdad.
Tanto a «avivandolacueca» como a «claro que no», las infamias, calumnias y demás palabros que se esconden bajo un seudónimo, no son más que palabras que se las lleva el viento, sin fundamento y con cierto afán de personas cobardes por no dar la cara. Aquí me tenéis, a mi, a Carlos y a todos los que cuando decimos algo, lo decimos con Nombre y Apellidos, y no bajo el parapeto del seudónimo.
Hay momentos en nuestra vida en los que debemos saber elegir ..
hay muchos desafios por delante pero unidos los podemos vencer ..
hay que dar la oportunidad a nuevos partidos como ..
UPYD ..
Partido Ciudadanos ..
Sociedad Civil y Democracia ..
.. y rechazar el bipartidismo PP & PSOE , que ceden ante los independentistas PNV & CIU , y terroristas ETA . .
Se tendrian que llamar progreso-reformista . . UPyD Unión Progresoreformista y Democracia . .
Progreso suena a partido progresista de izquierda . . Progreso-reformista suena a partido transversal ni de izquierdas, ni de derechas
Pues en la manifestación del otro día llena de banderas franquistas estaban muchos miembros de UPyD, y los gritos que se escucharon no eran muy respetuosos con el TEDH. Claro que cuando los que critican el TEDH son los tiranos de Cuba o Siria «nos rasgamos las vestiduras», pero si se hace desde aquí, entonces calladitos, no vaya a perderse un solo voto. Bueno, excepto si el TEDH mantiene la ilegalización de HB, entonces aplaudimos con fuerza y no llamamos a la insumisión y el incumplimiento de una sentencia no recurrible. !Como cualquier otro , ni más ni menos!!
¿Y qué os hace pensar que vosotros sois diferentes? En vuestra cortísima andadura y representación lleváis ya más escándalos internos que el Psoe en más de cien años de historia. ¡Demagogos!
Apoyé con entusiasmo los primeros y siguientes pasos del partido hasta conseguir meter a Rosa Diez en el Congreso y luego ir haciendo cada vez más brecha en este impresentable espectáculo polìtico de los de siempre. Con un par. Enhorabuena amigos. Esto promete y mucho.
Tal vez sea mejor que Upyd y Ciutadans se presenten por separado a las elecciones europeas, generales, autonómicas, locales. En algunos puntos coinciden, pero, en otros aspectos no tienen nada que ver. Estas uniones de partidos políticos para conseguir entrar en los parlamentos suelen acabar muy mal. Entre Ciutadans y Upyd, prefiero a Ciutadans. Tiene mucho mérito lo que ha conseguido UPYD, pero, Rosa Díez, lleva muchos años en política. Y es como Rubalcaba, no se marcha de las Cortes Generales, aunque pierda 30 escaños. Claro, que lo mismo hace Artur Mas en Cataluña.
Sigo echando en falta en UPyD y Ciutadans un discurso económico claro y realmente regenerador, si lo que queréis es ser una alternativa.
Podéis cuestionar el «stablishment» político, pero no he visto cuestionamiento del «stablishment» económico. Ambos van bien cogiditos de la mano.
En el texto de Martínez Gorriarán sólo encuentro una referencia al cambio de modelo productivo. Totalmente de acuerdo. Pero esto por sí mismo no es suficiente. ¿Qué tal si también hacemos un sistema fiscal realmente progresivo, con mecanismos efectivos de control del fraude?
¿Y en el tema ambiental? Tampoco veo propuestas, con la crisis energética, de recursos, de residuos… que tenemos a las puertas, aunque se nos oculte.
Estas son mis críticas a estos partidos «regeneracionistas». Me da la sensación de que son mucho ruido y pocas nueces.
Lo que esta dando ya mucho que hablar es lo que esta sucediendo en UPyD por todo el país. Expulsados, expedientados, los que abandonan el partido al darse cuenta de su gran mentira. Un partido donde saltarse los estatutos esta a la orden del día, si es para favorecer a los que mandan, donde no hay democracia interna, solo obediencia ciega a los que manejan el partido, donde no se puede debatir lo que ustedes la cúpula «ordena». Donde se pasa una lista de a quienes hay que elegir y votar como delegados. Así podría seguir muchas líneas en este comentario.