La agonia del papel (periódico)

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Pila de periódicos
Imagen: flickrcc.net.

Una y media de la madrugada del pasado sábado. Gasolinera en el kilómetro 49 de la carretera de Extremadura, dirección Cáceres. Una docena de furgonetas se agolpa en la sección de lavado de coches, cerrada a esas horas y alejada unos 40 metros de los surtidores. Alrededor de las furgonetas, en el suelo, grandes fajos de papel anudado con cuerdas. Periódicos. En penumbra, los conductores manejan listas, van de un lado para otro, intercambian los fajos, cortan cuerdas y las vuelven a atar tras cambiar de sitio algunos ejemplares, se suben a sus vehículos y salen escopetados en dirección Extremadura. Llegan otras furgonetas que repiten el proceso: descargar unos fajos de papel, cargar otros, intercambiar pequeñas informaciones: “Te dejo cinco As encima de los países…”. Y salen  pitando para que, mañana por la mañana, El País, El Mundo, el ABC y compañía se amontonen en los kioscos de Talavera, Almendralejo, Trujillo, Cáceres

El espectáculo tiene algo de dantesco, mucho de surrealista y todo de viejuno. ¿Y si se pusiese a llover? Imaginar esos bloques de papel empapados de agua es una pesadilla. Estamos en el tiempo de las redes sociales, de la información viajando a la velocidad de la luz, de las tabletas y los teléfonos de última generación. ¿Tiene sentido el papel? "Son muchos los nostálgicos del periódico de papel", dice la información del Telediario (TVE). Una información que reniega de su propia información: acaba de cerrar El Adelantado, diario decano de la prensa de Salamanca. Según el Informe Anual de la Profesión Periodística, editado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), en los últimos cuatro años han cerrado 200 medios, 22 de los cuales eran diarios en papel.

El papel tiene sentido. Y si no me cree, le recomiendo algunos pequeños placeres de pulpa de celulosa y pasta de fibras vegetales: leer el último número de la revista satírica Mongolia, sumergirse en la nueva versión de El Gran Gatsby editada por Nórdica, manosear un mapa del Himalaya, con sus dobleces, sus curvas de nivel y sus marcas de lápiz. Tiene sentido el papel, insisto, pero no para la información urgente, diaria. No para unos periódicos que nacen viejos, que se consumen como kleenex, y que se arrastran a medianoche por los parkings de gasolineras como fardos en pleno trapicheo de bandas de contrabandistas.

5 Comments
  1. Mecacholo says

    … o para editar una revista como la de Jotdown. Aunque, claro, es una medio no muy ajeno a la web. Que dure poco esta agonía, por favor: hoy es urgente todo cambio.

  2. Albert says

    Al producto bien editado y con contenido le queda mucha vida en papel. Por lo menos mientras otros soportes no lo igualen en tacto, durabilidad, resistencia y obsolescencia.
    Ahora que el producto que en el mejor de los casos es publicidad aliñada con partes copipegados de agencias ya caducados la noche anterior, adornados con artículos mercenarios o de publicidad emplazada bajo firma… sobrevivirán en tanto en cuanto sean relevantes para el grupo de interés correspondiente, incluido PPSOE. Aunque en estos tiempos en que hasta el todopoderoso Elcorteinglés se tambalea puede ser que estemos asistiendo al último par de años en que los periódicos diarios fueron de papel.

  3. enante says

    Pero es que el periódico es algo más que información urgente. Lo que yo pido al diario es información y contextualización de la misma. Y hasta ahora, lo asimilo mejor en un formato de papel que, empezando por la sección de internacional pasas a nacional, lees las editoriales y descansas un momento en «sociedad». En cambio, en el ordenador siempre te acabas perdiendo alguna sección.

  4. juan gaviota says

    El placer de tener entre las mano un periódico ,revista ó libro es insustituible.
    Recuerdo con nostalgia la lectura de los panfletos en contra de la anterior dictadura, se cogía el papel con emoción, se leía con ilusión, porque había un nexo entre quien escribía y quien leía.
    Hoy da la misma emoción leer la información social ó política que la sección del corazón ó la futbolista; Todo esta degradado por la trituradora de la desinformación organizada, el objetivo es que tengamos tanta información tendenciosa y engañosa que el lector pierda el interés por los temas que le afectan a su vida, y viva una vida paralela, con una empanada mental que le inhabilite para tener un juicio propio de la realidad .
    La teleadiccion es el referente mas notorio; Mientras el país se desangra, si pones la tele ,te puedes creer que vives en otra realidad alternativa ,con la ventaja que no tienes que esforzarte ni en leer.
    La letra impresa ,tiene vida pero escasa, tengamos en cuenta que en coeficiente intelectual ,en los últimos cien años ,ha retrocedido 14 puntos.

  5. Lorenzo Discreto says

    El papel de los periódicos tiene una fuerte subvención del Estado. Aunque no suele decirse, la cantidad de papel que emplea cada ejemplar no es rentable para el precio que cuesta. Así que lo pagamos todas: las lectoras y las que no los son. Si a un periódico le quitamos la subvención al papel y la publicidad institucional, ¿qué nos queda? Tal vez periódicos tipo tabloide como los ingleses, en lugar de nuestros queridos mamotretos repletos de anuncios por palabras y carteleras de cine tipo sábana. Bonito artículo. Buen día!

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