Un defensor de la ortodoxia

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Margarita Pintos de Cea-Naharro *

El Papa Francisco I inaugura su mandato con la sorpresa de vaticanistas y neófitos en materia eclesial. Su condición de jesuita le aleja, de momento, de los movimientos neoconservadores que han sustentado a  los últimos pontificados.

Su procedencia latinoamericana es el símbolo que recuerda a Europa dónde se sitúan la mitad de los católicos del mundo. Por otra parte, el florecimiento de las comunidades eclesiales de base, tan abundantes en el continente, es el fruto de la Teología de la Liberación que acerca el mensaje de Jesús a los excluidos de cualquier condición. Si hacemos caso al dicho evangélico “por sus frutos los conoceréis”, es hora de levantar las condenas a  teólogos y teólogas que han transitado en sus reflexiones por ese camino. Ya  no basta con tolerar la pluralidad teológica.

La tarea de limpieza intraeclesial en dos campos principalmente, el económico y el sexual, no es fácil después de 2000 años de historia, pero será la prueba de su interés por hacer cumplir lo que proclamó el Vaticano II en la Lumen Gentium: una iglesia que ilumine a las gentes, porque la suciedad con la que se encuentra Francisco desvirtúa el mensaje de la Bienaventuranzas, y ensucia todo lo que toca.

Recordemos que Juan XXIII, al convocar el Concilio Vaticano II, puso en marcha un proceso que dio sus frutos gracias a la participación de todos los estamentos de la iglesia católica, con mayor o menor representación y muchos de ellos sin voto, pero fueron escuchados por los padres conciliares. Una persona no puede cambiar la vieja institución. Tiene que contar con todos los miembros que la componen, incluidas las mujeres y los marginados por su condición poco ortodoxa.

La vida sencilla y cercana que parece haber llevado hasta ahora Francisco es una buena escuela que no debería dejar de practicar. Sus acciones cotidianas pueden ser un lenguaje de transmisión muy importante que sirva para reconciliar a los creyentes con su representante jerárquico. Digo esto por su manera de presentarse en el balcón con un lenguaje corporal al que no estamos habituados en un Papa: apareció como una persona cercana, capaz de gastar una broma en un momento tan solemne, a la vez que consciente de la responsabilidad asumida; dubitativo, pidiendo la bendición del pueblo, utilizando un lenguaje inclusivo y con un pectoral no de oro; también vimos a los que le rodeaban y espero que no se deje contagiar  por ellos.

No podemos olvidar que es una persona de la jerarquía católica que defiende la ortodoxia en cada uno de sus puntos, sobre todo en lo relacionado con la moral. En esto deberá cambiar. También sabemos que no supo enfrentarse a la dictadura que sufrió Argentina y no fue voz de los desaparecidos, torturados y asesinados. Por esto deberá pedir perdón. Conocemos su postura radical frente a los gays que le ha llevado a enfrentarse con el gobierno de su país, pero de esto sabemos los españoles bastante. No es de extrañar que lo eligiera la Conferencia Episcopal Española para sus ejercicios espirituales debido a su afinidad ideológica. En esto esperamos mayor flexibilidad.

Este perfil me hace sospechar que cuestiones de costumbres, que no son dogmas, como el celibato y la ordenación de las mujeres, tendrán que esperar. Son puntos importantes para muchas personas, pero los movimientos de base son imparables y los sacerdotes procelibato opcional se extienden por todo el mundo y son aceptados por sus comunidades como “curas casados”. Hay mujeres ordenadas que presiden los sacramentos, y el pueblo participa en ellos sin provocar ningún escándalo, al contrario, atrayendo a personas que se sentían excluidas del ámbito eclesial.

Ojalá este Francisco se quede desnudo como el de Asís y escuche al Espíritu de Jesús que “sopla cuando y donde quiere” para comunicar el evangelio como Buena Noticia de liberación.

(*) Margarita Pintos de Cea-Naharro (Madrid, 1947) es teóloga feminista y presidenta de la Asociación para el Diálogo Interreligioso de la Comunidad de Madrid (ADIM). Su última obra publicada es La educación religiosa en una sociedad pluralista (ADG-N libros, 2011).
1 Comment
  1. Jonatan says

    Prudente articulo de una teóloga feminista que concede el beneficio de la duda al nuevo Papa. Pues, eso: a esperar a ver.

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