Nieve en polvo

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Bárcenas hace una 'peineta' a los periodistas en el aeropuerto de Barajas, el domingo, día 17, a su llegada del viaje que hizo a una estación de esquí de Canadá. / Captura de vídeo de La Sexta

Tengo que confesarle que no soy de mucho esquiar. De hecho, solo me he calzado una vez las llamadas tablas. Fue hace mucho años, con unos amigos, en la sierra madrileña. Recuerdo la jornada como una pesadilla: música infecta sonando a todo trapo en el comienzo de las pistas, los diabólicos remontes, la ropa circense, la puta cuña, las constantes caídas… Cuando llegué a casa, y me desnudé para ducharme, no parecía que viniese de Navacerrada. El cuerpo repleto de moratones que veía en el espejo era el de un inquilino de Guantánamo tras ser interrogado sin piedad durante horas.

Quizá por esto me sorprende la pasión irrefrenable de nuestras élites políticas y económicas por los deportes de invierno. Cuando escribo estas líneas, Luis Bárcenas me enseña el dedo corazón desde varias portadas de periódicos. Es la continuación del discurso del Partido Popular que inició Andreita Fabra, el ya clásico “¡Que se jodan!”. Bárcenas viene de pasar unos días esquiando en Canadá, y se siente molesto por el acoso de la prensa en el aeropuerto. Peineta para ellos, y para todos los españoles que contemplamos el espectáculo de la corrupción entre atónitos y cabreados. Bárcenas nos enseña el dedo porque somos unos mierdas, unos perdedores, y nos merecemos nuestra mala suerte. Él viene de pasar unos días en un hotel de lujo de la estación de, vamos a poner un ejemplo, Banff, en plenas montañas rocosas. Son tres estaciones unidas por el mismo forfait, conocido como Ski Big3 y conectadas por Ski-bus. Cuentan que las condiciones de nieve son excepcionales y la oferta turística parece no terminar nunca, puesto que combina los deportes de nieve con el turismo y las compras.  La estación de Whistler, la más grande de toda Norteamérica, ofrece más de 3.300 hectáreas esquiables por las que pueden moverse 59.000 esquiadores a la hora.

¿Un lujo obsceno? No, el justo premio a un trabajo bien hecho, a una crisis bien gestionada, a una forma de entender la política.

Imaginen al ex tesorero del Partido Popular, el presunto enemigo público número uno. Con 22 millones en Suiza, esquiando varias horas al día en esas pistas de ensueño, comiendo copiosamente y bebiendo buenos vinos en restaurantes carísimos, sentado en la chimenea de la habitación con un whisky de Malta en la mano… ¿Cómo no va a estar de mala leche al llegar a España? A esta España aburrida, sórdida y desangelada, en la que no solo falta el trabajo, sino la nieve de calidad, esa nieve en polvo esponjosa y fresca por la que unos esquíes bien encerados se deslizan como la seda.

Nieve en polvo es lo que buscan los locos del esquí. Yo creo que debe relajarles, ayudarles a olvidar los problemas de los comunes mortales, alejarles de la realidad que corrompe unas ciudades llenas de trabajadores que, desempleados, deambulan como zombis. Seguramente siguiendo esa misma terapia, mientras Bárcenas bajaba pistas en Canadá en Candanchú era el príncipe Felipe quien disfrutaba de los 19 remontes, 45 pistas y 43 kilómetros esquiables con espesores de entre 190 y 400 centímetros de nieve en polvo ligeramente dura que presentaba el fin de semana la estación oscense.

El Príncipe de Asturias ha tenido la delicadeza de no enseñarnos el dedo a su vuelta. Un detalle, porque muy bien podía haberlo hecho. ¿Acaso va a ser menos un príncipe que Bárcenas, un simple tesorero? Yo, como ya le dije antes, soy poco de remontes, esquís y zarandajas similares. Me va mucho más el ciclismo, como a Iñaki Urdangarín...

6 Comments
  1. Selito says

    UNa de cosnpiranoias: Barcenas ¿ha ido sóo a esquiar o buscaba algo más… útil para su situación actual?
    Por cierto, que dice la Cospe que ya le han puesto la denuncia de marras (http://www.abc.es/local-toledo/20130218/abci-cospedal-presenta-demanda-civil-201302181919.html)… justo después de venir de Canadá… Como si no hubieran tenido tiempo…
    NO se si es que conspiranoiar es adictivo o es que de verdad resulta algo raruno todo esto…

    Lo de la peineta no tiene tanta importancia. Por algún motivo, tal vez el tinte de los billetes de 500 en exposición permanente, estos tipos tan manejosos en lo pecunario suelen sufrir con frecuencia de la Enfermedad de Dupuytren, en una variante en la que sólo el dedo corazón queda indemene….

  2. qq says

    Por resumir: cuánto hijo de puta y qué pocas balas.

  3. Kiko says

    Curioso. Con las hostias que le suele dar a La Sexta utiliza un vídeo de su informativo para ilustrar su blog. A eso lo llamo coherencia.

  4. Albéniz says

    Kiko, La Sexta tiene algunos de los mejores programas de la actual parrilla, como El Intermedio o Salvados. Y otros muy malos. ¿Coherencia?

  5. Ciro says

    Muy buen artículo, Albéniz. Un balazo en el dátil le pegaba yo a ese chorizaco. Y otro en el culo, claro. Y al tontolaba del Urmangarín a follar con la elefanta cuñá.

  6. barritos says

    Y no será que Barcenas nos ha hecho la peineta precisamente para que sólo miremos el dedo?

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