Gaspar Llamazares *
Izquierda Abierta surge como una necesidad para agrupar, fortalecer y construir ese espacio común que comparten la izquierda tradicional y las nuevas referencias de cambio que hoy se expresan con una gran pluralidad. Esa diversidad es un patrimonio abierto de encuentro pero también lo ha sido de debilidad e incluso confrontación. La conjunción y primacía identitaria de factores ideológicos, territoriales, medioambientales, de igualdad de derechos en materia social o de género han dibujado un panorama tan plural como a veces débil en la suma de voluntades para transformar el sistema.
La fragmentación de este escenario ha estado motivada tanto por cuestiones ideológicas como por la estéril confrontación sobre la causa y la casa común de la izquierda.
Iniciamos este camino partiendo de lugares diversos pero en una misma dirección. Tampoco queremos llegar, necesariamente, al mismo sitio pero sí sumar para construir un horizonte común de cambio y transformación. Precisamente ahora que la derecha de los mercados y los mercados de las derechas coinciden en la economía, en la política y en las instituciones democráticas desplegando el más brutal recorte de derechos que ha conocido nuestra democracia. Por eso ahora es más necesario que nunca replantearnos una estrategia de futuro para aglutinar en un frente común todos los esfuerzos progresistas para devolver a las personas su valor como ciudadanía con derechos.
Esta crisis es sobre todo política. Y lo es la política frente al poder económico y su golpe de mercado. Pero también hay una crisis de la democracia y de los partidos como representantes de y ante la ciudadanía. De ahí que el movimiento que proponemos implique a la vez una reivindicación y una reinvención de la política.
Somos parte de Izquierda Unida. La impulsamos en su fundación y en su renovación. Una buena parte de nosotros trabaja desde la organización y las instituciones en su seno. Pero sabemos que los proyectos políticos no son un fin en sí mismos. Son un instrumento de cambio y transformación. Y eso nos implica a muchas y muchos desde dentro y desde fuera de IU para construir un frente amplio que dé respuesta a las necesidades y carencias de una sociedad civil que quiere nuevas respuestas, nuevas políticas y nuevas formas de organización y comunicación entre la ciudadanía, sus representantes y sus representados. Algo que estaba y está en la base de la indignación con un sistema que ya no es suficiente para llenar de contenido la palabra democracia.
Necesitamos articular mecanismos unitarios de lo que existe. Pero eso siendo necesario, no es suficiente. Debemos abrirnos hacia lo organizado, no para organizarlo ni mucho menos integrarlo sino para construir coincidencias desde la identidad plural. Desde el mestizaje político. Desde la amabilidad. Compartiendo metas y no marcas. Compartiendo objetivos y no compitiendo entre nosotras y nosotros por conseguir esos objetivos.
Izquierda Abierta se abre a la política para que la política se abra a las personas y no sólo a los partidos. Esta apertura “extramuros” de la izquierda existente es imprescindible para reformular conjuntamente con la ciudadanía progresista una nueva respuesta a los problemas que hoy nos pretende imponer la derecha política, económica e institucional. Intentan derrotarnos en esos tres frentes. Pero la izquierda puede y debe ganar la batalla social para recuperar en las urnas un modelo de sociedad que no puede permitirse un atraso como el que nos están diseñando los gobiernos de la derecha. Se trata de defender el estado social ante el ataque conservador que lo quiere desmantelar. Pero sobre todo se trata de reconstruir la democracia y regenerar la política y las propias organizaciones políticas como son los partidos. Hay que transformar el partido/organización con un modelo y funcionamiento muchas veces corporativo en otra cosa. En una relación de iguales organizados que se comunican y codeciden responsablemente. Y tanto valor y capacidad de decisión pueden tener los votantes como quienes colaboran en esas organizaciones desde un papel más activo. Al final todas y todos deciden en un modelo transversal en el que las nuevas tecnologías y la capacidad de la Red pueden y deben facilitar una comunicación y codecisión imprescindibles para esta nueva etapa.
Izquierda Abierta es una propuesta para cambiar, para arriesgar, para no tener miedo de equivocarse, para repensar la política, la democracia y nuestra convivencia. Y para hacer todo esto con quienes hoy están en una organización política, social, sindical, en la calle o en su casa dispuestos a construir un futuro mejor.
De acuerdo con su tesis: asociaciones, colectivos y movimientos sociales han de coordinarse. Lo que pasa es que los candidatos al final los ponen ustedes y el círculo de poder encapsulado se aleja y separa cada día más de la gente, como le ha ocurrido al PSOE.
Me parece bien el contenido del artículo, pero demasiado genérico. Podrían suscribirlo de pe a pa muchas personas de trayectoria incoherente, conformista o incluso turbia.
Tópicos para encubrir una descarada ambición personalista… eso sí, de izquierdas, dice.