“¡Buenos días, hijos de puta!”. Panadero Díaz, defensa de Atlético de Madrid, saludando cada mañana a sus compañeros al entrar en el vestuario.
Este blog lleva más de siete años hablando mal de la televisión. De cómo nos embrutece, de cómo nos desinforma, de cómo nos convierte en consumidores compulsivos, de cómo nos idiotiza, de cómo nos incita a la violencia… ¿Cómo? ¿A la violencia? Por ahí sí que no paso: “Con la tele se pega menos”, titula el diario El País un reportaje absolutamente magnífico, por enternecedor, sobre la violencia en el fútbol.
“Por favor, señor Benito, no me pegue más”, llegó a suplicar Biri Biri, educadísimo delantero del Sevilla de mediados de los años 70. En contra de lo que pueda parecer, el jugador gambiano no rogaba piedad a Benito Mussolini, sino a Gregorio Benito, defensa leñero del Real Madrid yé-yé. Esta anécdota, incluida en el delicioso reportaje de El País, recuerda los viejos tiempos, cuando las patadas no quedaban registradas por la televisión y los moretones se engrandecían o difuminaban en las tertulias de los bares.
“Sin cámaras, la vida del delantero era mucho más dura”, reconoce el veterano Luis Suárez, interior izquierdo con mucha clase del Barça de los sesenta. Quixano recuerda en el texto que, sólo para retransmitir el último Barcelona-Real Madrid, Canal + utilizó 21 cámaras. Nada, ni la más inocente colleja, queda impune en el fútbol actual. Es decir, que la televisión no es intrínsecamente mala: a los niños les convierte en zombies iletrados, de acuerdo, pero colabora con los futbolistas que quieren mantener a salvo meniscos y ligamentos cruzados.
Y hablando de golpes retransmitidos por televisión…¿Recuerda usted el 23 de febrero de 1981? Sí hombre, el día de la sublevación militar frenada por un Juan Carlos en estado de gracia democrática. Pues ahora resulta que puede que la jugada no fuese tal y como nos la contaron: según el semanario alemán Der Spiegel, que recoge unas palabras del entonces embajador de Alemania en Madrid, el Rey expresó “compasión, si es que no incluso simpatía”, por Tejero y sus secuaces. Y la cosa no acaba ahí. Según el señor Lothar Lahn, embajador en cuestión, el Rey pensaba que los militare golpistas “solo querían lo mismo a lo que todos aspiramos: el restablecimiento del orden, la disciplina, la seguridad y la calma”. Resulta que su majestad quería para los españoles lo mismo que el bueno de Biri Biri para sus espinillas: el restablecimiento del orden, la disciplina, la seguridad y la calma. La televisión de entonces apenas pudo grabar media hora del asalto al hemiciclo, un documento tan importante como breve: se nos queda corto. ¡Lástima de cámaras ultra-motion en el Congreso y en Zarzuela, recogiendo a más de 25.000 imágenes por segundo los hachazos y regates de Tejero y del suegro de Urdangarín!
Gracioso sí que es.
Je, je, qué campechano.
Parece que en este país es pecado tratar de elucubrar e ir un poco más allá de la versión oficial de lo que pasó el 23-F. Así que, para nuestra vergüenza, tiene que llegar alguien de fuera a sembrar la semilla de la duda, una duda que muchos hemos tenido siempre, pero que sólo ha valido para que nos tacharan de confabuladores, conspiranoicos y otras lindezas cuando la hemos expresado. A diferencia de otros hechos donde una investigación sido profunda ha hecho correr ríos de tinta, y ha acabado por desenmascarar al mentiroso, fuera este el conspiranoico o el defensor de la versión oficial, un extraño silencio ha tapado siempre ese asunto del intento de golpe de estado. Habría que preguntarse por qué. Ahora, una de las publicaciones más prestigiosas de Europa lo hace. Es una lástima que la publicación en cuestión no sea española. De nuevo, por lo tanto, la misma conclusión: nos queda mucha democracia por aprender. Saludos.
LO que se puede colegir de este post es que cualquier tiempo pasado no es necesariamente mejor, ni mucho menos y que hay cambios que se van producir en la evolución del bicho humano que, valga la redundancia, lo cambian todo.
¿Se pueden dejar de dar de patadas espinilleras ahora a los furgolistas, alguna ley humana o divina que lo impida? ¿Pueden dejar los hombres, especialmente los poderosos, de joder a otros hombres, especialmente al pueblo?
No, en ambos casos. En todo caso, puede o no haber leyes nuevas que castiguen más duramente ue antes esas acciones, pero nada impide hacerlas como antaño.
Lo que sí hay ahora es unas posibilidades de pillar al pateador o al porculeador muy superiores a las que había antes y son esas posibilidades las que pueden actuar bien de manera coercitiva (si el infractor piensa que le pueden pillar) o como prueba de su falta y/o crimen (si algún juez no decide ignorarlas)
Y estos cambios están para quedarse y eso lo cambia todo.
La vida ha cambiado mucho en los último 30 años y esos cambios marcarán una diferencia como la marcan las 21 cámaras del puto Madrid-Barsa de turno. Solo que, a menudo, el patador o el poderoso tarda tiempo en darse cuenta del cambio (para contenerse no sea que…) y el pateado y el pueblo también (para utilizarlo a su favor y defensa)
Los tiempos si que cambian, pero la mente humana es lenta en reconocerlo. Es más inmediato quejarse y discutir con el de al lado, ytumasismo en mano.
Y el embajador no dice que el REy era «el elefante blanco» porque le da pudor, pero eso lo repitieron en el juicio todos los condenados, a muy poco por cierto y pronto en la calle como quería el rey al parecer, y no sonaba nada raro dada la especial relación de Armada con el rey desde años antes. Como siempre tendrán que venir de fuera contarnos la «verdadera historia de España» y no los cuentitos para idiotas franquistas y postfranquistas con los que insisten los gobiernos en enmierdar libros de texto. El rey es al 23 F lo que Felipe Gonzalez al GAL, y ya son muchos libros de aquí y de allá los que señalan claramente la altísima responsabilidad de estas dos figuras en las respectivas tramas señaladas. Del libro de Martinez Inglés, al de Cacho, pasando por otros tantos, el informe desclasificado del embajador alemán, viene a dar la razón a estos libros y quitársela a las Pregos y resto de manipuladores de la transición. Fraga también tuvo su Montejurra y su masacre de Vitoria en el 76, por el que nunca tuvo que rendir cuentas ante la justicia. !España sigue siendo un pais dónde determinados celitos nunca se juzgan ni condenan, llámese golpe franquista, 40 años de dictadura asesina, 23F al completo, o GAL con Mister X identificado!!
La Transición española no resultó tan modélica como quieren hacernos creer, es evidente.
Hombre señor Albéniz, me parece que con algunas palabras está usted incurriendo en lo que denuncia en muchos post: los periodistas deben contrastar las noticias. Es muy fácil hablar de alienígenas tomando como referencia que en un semanario de Wisconsin el señor Smith habla de la abducción de su gato y de su abuela, convirtiéndolos en una señora mayor que maulla. Sin ánimo de tomar postura a favor o en contra también debemos recordar que 6 años antes del 23-F el Rey estaba nombrado por Franco como su sucesor, y eligió la democracia en su lugar aunque podía haber escogido otro camino. Estoy de acuerdo en que era su obligación, pero nadie me negará que hay que tener un par… para hacerlo.