Ana Oramas *
Las encuestas y todos los análisis coinciden en las predicciones: el día 20 el Partido Popular conseguirá la mayoría suficiente y sobrada para gobernar en solitario sin necesidad de pactar con nadie los próximos cuatro años.
Estamos en una campaña electoral tan extraña que por primera vez un partido se niega a decir lo que va a hacer y otro anuncia que va a hacer justo lo que no está haciendo ahora.
El excepcional escenario que plantea estas elecciones, con un PP que puede alcanzar la mayoría absoluta sin haber hecho nada para merecérselo, y un PSOE cuyas políticas fallidas le conducen directamente desde lo más alto del descrédito a lo más bajo del pozo, únicamente puede modificarse desde la periferia.
La ola del PP solo puede tener un dique de contención: los partidos nacionalistas que logren la presencia suficiente para detener la tradicional prepotencia del Partido Popular cuando está solo en el poder.
Así lo debe entender el electorado catalán, vasco, gallego, canario…, que tiene que apoyar las opciones nacionalistas para evitar el regreso a la España uniforme y única que el PP lleva por bandera.
Llevando la reflexión a la situación de Canarias, creemos que una mayoría absoluta nos devolvería a los tiempos en que los populares, bajo el liderazgo de Aznar, hacían y deshacían a su antojo, sin tener en cuenta realidades territoriales tan diferentes como la nuestra.
Nosotros, conviene recordarlo una vez más, somos la comunidad más distinta de España. La más alejada y fragmentada, y en muchas ocasiones las leyes que valen para la Península necesitan ser adaptadas a nuestra realidad. Porque la mayor de las injusticias es tratar igual a los que no lo son.
Nosotros tenemos pendiente el nuevo Estatuto de Autonomía y la reforma de nuestro fuero: el Régimen Económico y Fiscal. Y por supuesto, una reivindicación histórica y de sentido común: que la inversión del Estado en Canarias se iguale a la media nacional. Aspiramos a tener la fuerza suficiente para que el próximo Gobierno no pueda imponer a Canarias por sí solo las reglas de su futuro. Porque todo proceso unificador puede llevarse por delante algunas de nuestras singularidades.
En todo caso, si nuestra formación política siempre se ha caracterizado por ser responsable con España y exigente para Canarias, con esa doble actitud queremos contribuir a que haya un cambio para España. Y hoy, ese cambio consiste en trabajo en todo el país, y también en la España ultraperiférica.
(*) Ana Oramas es candidata por Tenerife de Coalición Canaria.
Programa electoral de Coalición Canaria.
No estoy para nada de acuerdo contigo. Por una vez, los nacionalismos lo unico que aportan en esta etapa de crisis es una falta d eficiencia monstruosa en las administraciones. Competencias duplicadas o manejadas por los intereses de unos pocos, no mirando por el interes general. Enterese señora. Dejesé de ensoñaciones. nadie quiere subyugar ninguna cultura periferica ni nada parecido. De esta saldremos todos unidos o si no, nos hundiremos como una piedra en un estanque.
NI PSOE NI PP POR ESTO,corruptos 730 y los librados,29 años de gobierno mitad salario de Francia,Alemania,Italia,Inglaterra etc,se regalan coches,trajes,VPOS,viajes y joyas,se perdonan sus deudas,colocan a hijos,primos,amigos,control medios y analistas de TODAS las tertulias debates,se niegan saldar piso por hipoteca, incumplen programa electoral,(manipulan ceoe,ccoo,ugt,iglesia,tv,periodicos,todos a sueldo)¿JUSTICIA?¿existe una justicia justa?NO..NI PSOE NI PP,PERO VOTA.GRACIAS.PASALO PORFAVOR.
Para frenar la mayoría absoluta mejor votar a UPyD.
Los nacionalismos nunca han servido para nada bueno en toda su historia. De hecho, son responsables de los mayores desastres de la reciente historia de la humanidad.
En España, el nacionalismo no es más que la expresión de un sentimiendo palurdo y provinciano con miras tan cortas que rayan el ridículo.
Nuestros competidores -otros países- se frotan las manos con la abundancia de cretinos que se empeñan en dividir para que venzan otros.
Ojalá que España se disuelva en una futura federación de Estados Unidos de Europa, o algo similar, y los nacionalismos cañís sean todavía más pequeños y más ridículos, por difícil que pueda parecer.
(Y, en efecto, a la mayoría absoluta de un congreso nacional se la combate con el voto a partidos minoritarios de ámbito nacional: UPyD e IU. Por desgracia, el voto paleto sigue teniendo una importancia vital en los territorios periféricos.)