La gasolinera

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De izquierda a derecha, José Bono, Pedro J. Ramírez, José Luis Rodríguez Zapatero, Agatha Ruiz de la Prada, Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y Miguel Sebastián, durante la presentación del úlitmo libro del director de 'El Mundo'. / Efe

“Cómo le encanta la gasolina, dame más gasolina”. Daddy Yankee

En la vida hay situaciones casuales que marcan el carácter de las personas, y pueden llegar a condicionar el resto de sus vidas y sus actos. Una broma pesada en el colegio mayor, ese manoseo furtivo del cura a la bragueta del monaguillo, el amigo que te invita a vestirte con ropa de su madre... Detalles que pueden permanecer aletargados en un rincón de nuestro inconsciente durante años para, a la mínima oportunidad, hacer acto de presencia y ponernos patas arriba la cabeza. ¿Obsesiones? ¿Traumas? ¿Complejos? Puede definirlas así, pero yo prefiero utilizar el término castellanomanchego “tontás”.

Cuentan en El Mundo que hace años, muchos años, Pedro J Ramírez viajaba hacia Burgos en una fría noche de invierno. Nevaba en el exterior, pero el periodista, cómodamente sentado en la parte posterior del vehículo, dormitaba en mangas de camisa. El coche disponía de una excelente calefacción. De pronto, el indicador de la gasolina descendió hasta rozar la línea roja: se acababa el caldo. El chófer entró en la primera gasolinera que encontró y se dispuso a llenar el depósito. Pedro J sobaba en el asiento trasero…

La mala fortuna hizo que el momento en que el chófer estaba pagando el combustible Pedro J, súbitamente despierto, decidiese cambiar el agua al canario. Los caminos de uno y otro se cruzaron. Mientras Pedro J orinaba el chófer, para no despertar a su jefe, cerraba la puerta del coche de manera silenciosa, arrancaba y continuaba camino a Burgos. Cuando el periodista salió del tigre se encontró con la tragedia: en mangas de camisa (los tirantes no abrigan nada), nevando, abandonado a su suerte en una gasolinera de mala muerte…

Han pasado muchos años de esta anécdota, que tuvo final feliz cuando Pedro J consiguió ponerse en contacto con las secretarias de redacción de El Mundo (aún no existían los teléfonos móviles) y éstas contactaron con el chofer. “¿Dónde está Pedro J?”, preguntaron con evidente sorna al conductor. “Atrás, durmiendo”, dijo éste segundos antes de girar el cuello y desear no haber nacido. Regresó a la gasolinera y recogió a un Pedro J aterido y desorientado que, desde entonces, relaciona los surtidores de combustible con el desamparo, el destierro y la soledad. Cuentan que la melancolía se apodera del aguerrido periodista con solo ver un cartel de REPSOL. Todo es languidez y pesadumbre cuando tiene que llenar el depósito, inflar una rueda o comprar unos caramelillos para la tos.

“Solo citar a un empresario en una gasolinera... es una conducta imprudente y atolondrada que merece una exigencia de dimisión”, asegura un Pedro J que parece no haber superado el trauma. El director de El Mundo se refiere a su última gran exclusiva, aquella en la que el empresario Jorge Dorribo (imputado en la trama IGAPE y acusado por fraude en la obtención de subvenciones, falsedad de documentos, alzamiento de bienes, blanqueo de capitales y fraude fiscal) acusa al ministro de Fomento de haber recibido comisiones. ¿Estamos ante una de esas noticias que pasan a la historia del periodismo de investigación o ante un nuevo pufo informativo? Con El Mundo nunca se sabe: corre el rumor de que  fue en una gasolinera donde se vendió la casete de la Orquesta Mondragón que estaba en la famosa Kangoo…

P.D.1

Enternecedora la conducta del director de una sucursal bancaria de la capital alavesa: ¡intentó atracar su propio banco! El pardillo en cuestión desconoce que actualmente los bancos se roban desde dentro. Indemnizaciones millonarias, pensiones vitalicias, sueldos desproporcionados…

P.D.2

La última columna de Salvador Sostres en El Mundo es un ejemplo de las miserias que algunos tienen que escribir, y otros que publicar, para ganarse la vida… “Por cada libro de Educación para la Ciudadanía, que el Estado le pague también una porra, unas esposas o un escudo a la Policía. Por cada maestro, un guardia. Por cada escuela pública de música, un camión antidisturbios. Por cada ordenador en un aula, una nueva dependencia de arresto en comisaría. Los principal es que el orden prevalezca, y si con la educación no es suficiente hay que usar otros métodos más visibles”.

8 Comments
  1. qq says

    Aunque el amigo Pepiño es un buen ejemplo del peor político español: casposo, faltón, prepotente, chulesto y bastante incompetente, todo este montaje de la gasolinera tiene una pinta de conspiranoia de castillo de naipes apestosa. Algo que sólo los muy talibanes, a quiene no hace falta convencer de nada porque están ya muy convencidos, pueden llegar a creerse. Una vez más la torpeza de Pedro J. y El Mundo puede perjudicarles más que beneficiarles. Más preocupante me parece el recibimiento que le dispensó Núñez Feijóo a este empresario de bajos fondos en su despacho oficial, cuando el único que deberían haberle recibido debería haber sido el fiscal anticorrupción. Saludos.

  2. maria says

    Pues hoy en El Mundo insisten en el asunto y le dedican mucho espacio a Sospechas sobre la casa de Blanco. En su línea, El Mundo habla de sospechas sin confirmaciones…

  3. Gasolina y lluvia amarilla says

    El pepiño en un imbécil y un presunto pero sin imputar, Pedro Jeta lluvia amarilla exuperante desvía el objetivo en el del PSOE para que no hablar del imputado del PP alto cargo del gobierno de la Xunta actual. Los ladrones van a la oficina, a la gasolinera, al banco y a reunirse con Feijoo, y según los contratos que haya conseguido de la Xunta o el ministerio podremos seguir la pista del robo y las comisiones. Pedro Jeta manchado aún de orín de la Rapú, hay olores que no se van en la vida, sigue con su periodismo de partido, al servicio de los suyos, no de la información veraz. Ya lo hizo con el GAl ocultando lo que sabía del Batallón Vasco Español cuyos delitos no habían prescrito tampoco, y podían afectar a cargos del PP en su día responsables de UCD, porque lo suyo era atacar al gobierno de Felipón-misterX, no esclarecer el terrorismo de estado que desde 1969 hasta 1986 con continuidad manifiesta, financió el estado español bajo el régimen franquista y su sucesor juancarlos. !Para cuando las memorias del general Saenz de santamaría, sin censura sobre el asunto del que tanto sabía!!???

  4. chapulin says

    Si, si, lo que tu digas pero es completamente cierto e incluso admitido por el mismo que Pepiño y el empresario se entrevistaron en una gasolinera.

  5. more says

    Grande, muy grande la P.D.1

  6. Carlos G. says

    Pepinho Blanco, Pedro J, el tal Dorribo, S. Sostres…, fauna ibérica. No, con estos lastres no sé si vamos a salir de ésta.

  7. favitinlena says

    Mejor no juzgar antes de tiempo. Lo cierto es que, tanto Pepiño como P.J. dan gana de vomitar.

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