La mala educación

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Pancarta exhibida en la marcha celebrada ayer, en Madrid, contra los recortes en la enseñanza. / Fernando Alvarado (Efe)

El Papa confiaba en que durante su visita a Madrid el pasado mes de agosto “se cosechasen abundantes frutos para la vida cristiana”. Sólo han pasado unas semanas desde la orgía católica que supuso la Jornada Mundial de la Juventud y los deseos del visionario Benedicto ya se han hecho realidad: en la clase de mi hija, en un colegio de Talavera de la Reina, de los 25 alumnos sólo cuatro van a clase de religión. ¡Este Papa mola, se merece una ola!

O una celda: Víctimas de abusos piden que la Corte Penal Internacional juzgue al Papa. A nivel cotidiano, ignorar la religión católica, dejar que prosiga su suicida proceso de fosilización hasta extinguirse definitivamente, puede ser una decisión tan sabia como poco civilizada y poco traumática. Muchas familias, muchos colegios y buena parte de la sociedad, ya la han tomado. Lamentablemente, esta política no funciona tan eficazmente con otros problemas. La mala educación.

Ángel Gabilondo, ministro de Educación, aparece en “Los desayunos…” (TVE) como un hombre tranquilo, tanto que en demasiados momentos más bien parece un hombre cansado. “No me siento defraudado por la política”, asegura, pero lo cierto es que parece profundamente defraudado por la política. Concretamente por la de unas Comunidades Autónomas que anuncian duros recortes en el sistema educativo. No saben que lo caro no es la educación, lo caro es la ignorancia. Y le recuerdo que este curso habrá 165.154 alumnos más que el anterior, y 15.000 profesores menos.

La ignorancia es la consecuencia de una mala educación. Y detrás de la ignorancia está todo lo malo. Todo. Desde la telebasura al toro de Tordesillas. Desde la corrupción a la nefasta  gestión política. Desde la guerra y el hambre al terrorismo. Desde los malos tratos a los abusos.

Si consentimos una peor educación, si aceptamos que nuestros hijos sean más ignorantes, peores, estaremos despreciando el futuro, sembrando hambre, guerra, corrupción, mala gestión política, telebasura, toros de Tordesillas, malos tratos, abusos…

11 Comments
  1. qq says

    Ángel Gabilondo es de los poquísimos que se salva de entre aquellos que acuden al Congreso de los Diputados. Entre los ministros, quizá es el único. Y creo que la razón es que no es un político, sino un auténtico hombre de letras, un erudito de los que van quedando pocos, a los que casi nadie escucha, y que para casi nadie es un referente.

    Hoy, los referentes son tipos como Cristiano Ronaldo. Al menos, así dijo sentirse el asesino del Toro de la Vega de este año. Un buen ejemplo de hasta dónde llega la mala educación, como bien apunta el Boss.

    Saludos.

  2. Selito says

    Mix de tollinas variadas 😉
    NO me se la trayectoria de Gabilondo, pero a juzgar por lo que comenta qq me parece un buen ejemplo de lo que repito con frecuencia: Un tipo con unas cualidades adecuadas para el cargo (probablemente no sirva igual para Sanidad, Interior o planificar autopistas) y que NO es político, lo que hace que al estar ENTRE políticos pues quede apartado. Esto es como si en una reunión de tipos hablando del CR7 vas tú y te pones a hablar de Edipo Rey: el friky eres tí, fijo. Pues en política es igual. El político piensa y actua en beneficio de SU partido (no del pueblo, creo que a estas alturas ya nadie se engaña con eso) y un tipo que se mete en esto para mejorar las cosas (para el pueblo) es el friky que habla del Edipo ese

  3. Selito says

    Albeñiz, ¿estas enfadao porque ayer te llevaste lo tuyo y lo de tu prima con lo de los marcianos esos de Cuatro?
    ¿No te juntas hoy con nosotros en el Desco?

  4. Runaway says

    Este país nunca se ha caracterizado por el civismo y la buena educación. Ya lo decía Fernando de los Rios: «en España, lo revolucionario es el respeto».

    Y visto lo visto no hemos avanzado gran cosa, al contrario, el las dos últimas décadas hemos ido a peor. Antes la ignoracia era por falta de medios, pero ahora, a pesar de los avances tecnológicos, sobre todo en la información, la gente es más ignorante. El periódico más leído es el MARCA, los referentes son los consursantes de gran hermano, paquirrínes, belenes estébanes y cristinos ronaldos como el niñàto garrulo que mató el toro en torrecillas.

  5. FRANCISCO PLAZA PIERI says

    No hace tanto he mantenido una agarrada con mi buena amiga Presen sobre el tema.
    Mantenía ella que, los profes reivindicaban un imposible. De mi parte yo, como conocedor del tema le argumentaba sobre el error -horripilante error- en que han caído la Esperanza y su intelectualísima consejera del ramo.
    Y es que, cuando la razón le asiste a alguien, por un…, unos… o muchísimos errores del otro, lo mejor es… pedir la dimisión del Ministro de Educación… es lo más acertado, sin duda.
    La Aznar-epse—espe-ranzA, es más lista que un antiguo vecino que años ha tuve en mi pueblo; este, véase si era listo que, sabía que iba a llover cuando el suelo estaba encharcado…
    Fuera de bromas, esta esperanza sabe bastante más que mi paisano, sin duda. Esta pagó a unos delincuentes que la auparon a la presidencia con nuestro dinero…
    ¡Eso es saber!

  6. Asterión says

    ¡Cuánta razón tienes, Javier!
    La Iglesia católica lleva décadas fosilizándose, degradándose y empequeñeciéndose a pasos agigantados, tanto que ya suena hasta ridículo cuando alguien esgrime (casi siempre a modo de reproche) como argumento sus riquezas y su poder. El catolicismo es una vela que se apaga a toda velocidad, y sus dirigentes, con su inmovilismo, parecen que son los que más soplan.

  7. CHATA says

    Para que nos entendamos. Para mí, Cristiano es un buen jugador de fútbol. Su vida privada es de él o de quién quiera, y su labor profesional a mí no me afecta, cobraría igual si gana como si pierde.
    Malditos sean los tiempos en los que se compara a un jugador de fútbol con un político. Pero…¿Quién te deja sin pensión?

  8. Ángel says

    Gracias Javier.

    Un abrazo.

  9. Mad21 says

    Un último párrafo perfecto, y lamentablemente cierto. Pero desgraciadamente no asimilado aún.

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