Willy Meyer *
Yo intenté el domingo llegar al Campamento de la Dignidad de los saharauis en El Aaiún. Iba como observador de la Unión Europea, para la que el Sahara Occidental es uno de los dieciséis territorios en proceso de descolonización. Tomé un vuelo de Binter-Canarias con los periodistas Ángeles Reverón, Jesús Montes de Oca y Txema Santana. El avión iba lleno. Desde el aire vimos mucha tropa en el aeródromo. Nada más aterrizar, militares marroquíes se situaron junto a la escalera para controlar a los que desembarcaban y en un momento dado subieron al avión , empujándonos a todos. Yo me identifiqué. Los elementos marroquíes nos impidieron desembarcar. El comandante, Javier Guzmán, les hizo saber que estaban violando territorio español y les pidió que abandonasen el avión. Los uniformados obedecieron. Afuera, medio centenar de personas rodeaban el aparato gritando “¡Fuera, fuera!” Dos días antes de viajar al Aaiún envié una carta a la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, informándola de la misión de observación que me disponía a realizar como eurodiputado. Puesto que ni a los periodistas ni a mí nos dejaron desembarcar, esperamos a que el avión se llenara con los pasajeros y regresamos a Canarias.
Viendo lo que ha ocurrido después comprendo la coacción a la que fuimos sometidos. No querían testigos del ataque militar y policial lanzado contra el campamento de indefensos saharauis. Han utilizado helicópteros y elementos armados que han dejado varios muertos y un incontable número de heridos. El ataque a los civiles indefensos es una acción indignante y reprobable que debe ser condenada por España y por la Unión Europea. Fechas atrás mataron a un niño y no pasó nada. A partir de ahí han arremetido a tiros contra civiles indefensos sin que la UE haya realizado todavía un comunicado de condena.
Resulta indignante que la UE recompense además a Marruecos con un estatuto avanzado que le permite intercambios y ventajas económicas como si fuera miembro de la unión económica. Ese estatuto contiene dos artículos que obligan a Rabat a respetar los derechos humanos, algo que no cumple. Nosotros hemos pedido que se cumpla esa exigencia democrática y, visto lo visto, que se deje en suspenso. Lo volveremos a pedir, y exigimos también el cumplimiento del mandato de Naciones Unidas de realizar el referéndum de autodeterminación del Sahara y de devolver el territorio ocupado a sus habitantes.
Me ha llamado la atención que la ministra española de Exteriores no se haya atrevido a condenar el ataque contra los saharauis indefensos y se haya limitado a pedir contención. La ministra tiene una responsabilidad como representante de la potencia descolonizadora y debe condenar los hechos. El peligro serio e inmediato es que el Sáhara vuelva a convertirse en el escenario de un conflicto armado, con terrorismo y guerrilla. Para evitarlo merecería la pena que los países europeos pasasen de la sonrisa complaciente a Marruecos a la exigencia de que la misión de la ONU, la Minurso, tenga capacidad de intervención y se dote de la fuerza armada necesaria para ello.
Muy acertado el artículo. Es inadmisible lo que está pasando…
No puede ser que en nuestros tiempos tengamos que estar así, pidiendo a un gobierno que actue para defender los DDHH, porque prefiere tener un socio económico y estrategico antes que reconocer la libertad del pueblo saharaui.
En mi blog he escrito sobre esto http://goo.gl/fAxJZ
Amigo Meyer, la dignidad ha sido arrasada, por eso a usted, un eurodiputado digno, los usurpadores no le dejaron pasar. ¡Salud!
Ya tenemos las pruebas de los asesinados amontonados en camiones.
http://4.bp.blogspot.com/_HJop1mM7Uo0/TNonF3b8gxI/AAAAAAAAAH4/qWg0FNNsnqM/s1600/sahara.jpg
Pwesón por no facilitaros la fuente, ahí va…
http://saharathawra.com/2010/11/10/marruecos-oculta-la-verdad/
Felicito la valentía de escribir y describir una iniquidad y una afrenta a la Comunidad Europea. No dejar bajar a un eurodiputado en misión oficial de observador, es motivo suficiente para realizar una protesta formal y retirar a todos los embajadores de la U.E., incluida España. País de tibias «Trinidades» y presidentes feminoides. ¿Cuando se bajarán los «humos» marroquíes, a que más hemos de esperar?