El resentimiento, según Aguirre

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Germán Gómez Orfanel

El escritor británico y norteamericano desde 1940,  Christopher Isherwood, en su novela Adiós a Berlín, que inspiró el guión de la película Cabaret, refiriéndose a la situación en los primeros días tras el nombramiento de  Hitler como Canciller, nos cuenta lo que sigue:

A un conocido mío, un chico comunista, le detuvieron los  SA, le llevaron a su cuartel y le dieron una paliza: Después de tres o cuatro días le soltaron y volvió a casa. A la mañana siguiente llamaron a la puerta. Mi amigo con un brazo en cabestrillo y cojeando, fue a abrir; en el descansillo estaba un nazi con una hucha. No pudo contenerse al verle. ‘No tenéis bastante con pegarme?’, chilló. ‘Encima venís a pedirme dinero’.

 El nazi sonrió, ‘ Vamos, vamos, camarada, basta de politiquerías. Recuerda que vivimos en el Tercer Reich. Hay que ser todos hermanos y sobreponerse a esos estúpidos rencores políticos’.”

 Me he acordado de esta cita al leer las manifestaciones de Esperanza Aguirre calificando a los asistentes al conocido acto de la Complutense en apoyo de Garzón y las víctimas del franquismo, de “aquelarre de carcamales  resentidos”.

Respecto al  segundo de los términos, en su acepción de “personas decrépitas y achacosas”, según el DRAE, creo que aunque doña Esperanza (1952), es  una mujer relativamente madura, debería ser más respetuosa con situaciones personales que a lo mejor el incierto  futuro nos puede deparar a cada uno de nosotros, yo, al menos, que soy varios  años mayor que ella, así lo haría.. Además, gran parte de los asistentes llevan décadas esperando un reconocimiento que no acaba de llegar, y son ya bastante mayores.

Por otra parte, dado que un aquelarre suele requerir la presencia de un macho cabrío, me gustaría saber en quién estaba pensando concretamente la señora Presidenta, aunque confieso que tengo alguna pista.

Pero lo que más me preocupa  es lo del resentimiento y el rencor

Desde luego si en los últimos años alguien hubiese calificado a cualquier víctima del terrorismo como persona resentida o rencorosa, habría sido, con razón, fuertemente criticado y rechazado. Sin embargo creo que una persona que haya sufrido en persona  o respecto a un familiar o amigo los efectos del terrorismo, tiene perfecto derecho a sentirse resentido. Esto último me parece aplicable también, a las victimas del franquismo.

Pero el resentimiento, tiene mala imagen. Sentirse maltratado por la sociedad o por la vida en general, que según la Academia de la Lengua es una de sus acepciones, no inspira  sensaciones positivas. En el franquismo se  calificaba de resentidos, a quienes no comulgaban con la predominante aceptación del Régimen y sus logros, y expresaban una actitud de crítica o desafección. Poco importaba si tales personas tenían o no razones justificadas para ello o simplemente no les gustaba la mediocridad  y banalidad imperantes.

Siguiendo con las declaraciones de la señora Aguirre en la Asamblea de Madrid, no tengo problema en coincidir con ella en que la República no fue idílica. Es cierto que  canalizó la esperanza de la mayoría de los españoles en un futuro mejor, y que la Constitución de 1931 ha tenido una notable influencia en nuestra Constitución vigente, y continúa siendo para bastantes un símbolo querido, pero coincidió con una época muy problemática, con grandes conflictos y una lucha política abierta y dramática.

Por el contrario el franquismo, victorioso en la guerra civil y tras una etapa de imitación del totalitarismo nacional socialista y el fascismo italiano, derrotados en la guerra mundial, pensemos en que prácticas como el brazo en alto o categorías como Caudillo ( Führer, Duce), o Movimiento Nacional ( Nationale Bewegung), eran copias simples de los modelos citados,  fue estableciendo sobre todo a partir de la mitad de los años cincuenta un  marco de ”normalización”, compatible con la eliminación o neutralización de la disidencia política, y que coincidió con el desarrollo económico al que bastantes sentían como idílico.

Los españoles, muchos de ellos encantados, otros obligados, habían entregado sus libertades a un Franco-Leviatán, que frente a los horrores de la guerra civil, se presentaba como creador y garante de la paz,  una paz que no era tal cosa.

Pero, y la República, ¿ fue un fracaso?. En mi opinión  hubo diferentes modelos de República, no es lo mismo la de 1931-32, la del 34, o la del Frente Popular. Incluso entre sus defensores, coexistían opiniones distintas sobre sus objetivos.

En síntesis, la República o los republicanos cometieron importantes errores, pero más que fracasar, considero que fue destruida, destruida por un golpe militar que generó una  guerra civil.

En la organización de dicho golpe participaron significativos militares como Sanjurjo y Mola, que habían fracasado en el golpe de agosto de 1932, lo que supuso entre otras cosas, su expulsión del Ejército, aunque temporalmente respecto a Mola. Es muy probable que el resentimiento les llevara a intentarlo de nuevo en 1936. Sobrevivieron muy poco tiempo. Sendos accidentes de aviación, pusieron fin a sus vidas. 

2 Comments
  1. maria jesus diaz veiga says

    Muy interesante tu artículo. Sobre todo porque no es bueno que se instale en la sociedad esa costumbre de descalificar al contrario con insultos personales. Creo que hay que denunciarlo.

  2. Teo says

    La resentida es Aguirre, además de individua sin conciencia e ignorante intencionada.

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