Resucitar a Aguirre
- "Ni rastro del tan anunciado milagro madrileño: el “efecto Ayuso” es demoledor tanto para la salud como para la economía"
- "La verdadera amenaza a la que se enfrentan los fondos europeos en Madrid es Ayuso y su Gobierno"
- "Su plan maestro consiste en resucitar a Esperanza Aguirre y sus proyectos megalómanos cargados de malas artes políticas"
Mónica García, diputada por Más Madrid
Madrid ha pasado uno de los peores años en su historia reciente. El cóctel explosivo de la pandemia y las políticas llevadas a cabo por el Gobierno de Ayuso ha tenido dramáticas consecuencias. Somos la región con mayor pérdida de esperanza de vida y con mayor tasa de mortalidad evitable al tiempo que tenemos peores datos que Cataluña o Valencia tanto en crecimiento del PIB, empleo o quiebra de empresas. Ni rastro del tan anunciado milagro madrileño: el “efecto Ayuso” es demoledor tanto para la salud como para la economía.
Por si no fuera suficiente, el inicio de 2021 trajo una histórica nevada. Un temporal que, por la falta de previsión de Almeida y Ayuso y el desmantelamiento de los servicios de emergencia públicos durante los últimos años, puso en jaque a Madrid y paralizó la vida en la ciudad durante dos semanas.
Ante este panorama desolador parece haber dos luces al final del túnel: la vacuna y los fondos europeos. La vacuna supone un alivio, un dique de contención ante la expansión del virus y una rayo de esperanza. Un rayo que iluminaría más si el Gobierno de la Comunidad de Madrid hubiera dedicado la mitad de tiempo a buscar crispación y el doble a coordinar y planificar el proceso de vacunación. Para el ámbito económico, la luz ante la oscuridad viene en forma de fondos europeos, que suponen el plan de estímulo más ambicioso que vive el continente desde el Plan Marshall. Una bocanada de aire fresco con capacidad de ser la palanca de cambio para modernizar, transformar y dar el impulso que necesita la Comunidad de Madrid para ponerse al nivel de las regiones europeas más punteras. Su canalización, ejecución y control requerirá grandes esfuerzos del sector público y del sector privado pero no será un problema insalvable, la verdadera amenaza a la que se enfrentan los fondos europeos en Madrid es Ayuso y su Gobierno.
No se trata de una afirmación a la ligera basada en los antecedentes del Partido Popular, en que su relación con el dinero público que roza lo delictivo o su capacidad para tirar por tierra cualquier proyecto que no consista en llenar su caja B o repartir contratos a empresas amigas. Tampoco del hecho de que el PP se alineara con Holanda en Europa para intentar obstaculizar la puesta en marcha de los fondos Next Generation. El problema es que en los últimos doce meses hemos asistido a una irresponsable y obscena utilización de fondos extraordinarios que ha recibido la Comunidad de Madrid y que, por lo que sabemos hasta el momento, el plan de Ayuso para declinar en madrileño el “Plan de recuperación, transformación y resiliencia” del Gobierno de España consiste en más de lo de siempre: ladrillo, ladrillo y más ladrillo. Y no pocos contratos millonarios a dedo.
Poco después del inicio de la pandemia, se activaron los fondos covid de los cuales correspondieron a la Comunidad de Madrid algo más de 3.400 millones. El Gobierno de Ayuso, con el promotor de la privatización de la sanidad en tiempos de Aguirre y hoy consejero de Hacienda a la cabeza, el señor Lasquetty, ha sido incapaz de dar detalle sobre la utilización de esos fondos. Mucho nos tememos que esa negativa se debe a que lejos de emplearlos en hacer frente a las consecuencias del covid, los hayan destinado a pagar gasto corriente, hacer frente a los problemas de tesorería o a hacer frente a la creciente deuda de la Comunidad de Madrid. Desmantelan nuestra sanidad, desvían tanto dinero a la privada que lo tienen que ocultar del presupuesto en forma de deuda y usan los fondos de una pandemia para pagar el desvío indecente de recursos a empresas privadas con sede en Alemania.
Lo ocurrido con la factura de los daños causados por Filomena tampoco es muy tranquilizador. Una nueva triquiñuela del Partido Popular. Esta vez a cargo del alcalde Almeida. Aficionado a los sobrecostes, como buen alto cargo del PP, intentó engordar la factura del temporal pero le salió el tiro por la culata. Inicialmente reclamó 1.400 millones donde incluyó desde los ingresos no percibidos por el desuso de los parquímetros hasta el alquiler de las pistas de pádel. Se pasó de frenada, era una mentira demasiado grande como para pasar inadvertida. Tuvo que dar marcha atrás y redimensionar la cantidad reclamada, ajustándose a la realidad y fijándola en 279 millones. Un 80% de sobrecostes que confiaba en colar por la puerta de atrás aprovechando el shock del temporal.
Quizá, a la derecha de otras regiones la vergüenza o, incluso, la mala conciencia les haría recapacitar y enmendar estos despropósitos para la inyección presupuestaria europea pero en el caso de Ayuso ocurre todo lo contrario, redobla su apuesta. Su plan maestro con el que, de nuevo, pretende deslumbrar al mundo, como ya hiciera con el Zendal, consiste en activar una ouija para resucitar a Esperanza Aguirre y sus proyectos megalómanos cargados de malas artes políticas. Esperemos que en su afán por traer de vuelta a su maestra no acabe también con sobres abultados, entregados en mano y pagados por constructoras para llegar enchufada a las elecciones a cambio de contratos públicos. Será casualidad que esas mismas constructoras acaben siendo las adjudicatarias de la construcción de los hospitales hipoteca de Aguirre para los que, después de venderlos a fondos buitre y también por casualidad, Ayuso ha anunciado una nueva inyección de dinero, en este caso, de los fondos europeos.
Por el momento, Ayuso ya ha apuntado a la joya de la corona: reeditar el éxito de la Ciudad de la Justicia. No fueron suficientes varias causas judiciales e imputados, maquetas por valor de millón y medio de euros; diez millones en planos; doscientos mil euros en camisetas, paraguas y gorras; ciento diez millones para juntar sedes judiciales que siguen dispersas y un sinfín de despropósitos hasta llegar a trescientos cincuenta millones. Quieren más. Su voracidad es insaciable. Tras parasitar el dinero de los madrileños y madrileñas ahora quieren darse un festín con los fondos europeos y gastarse la friolera de 442 millones en la Ciudad de la Justicia. Y por si fuera poco también proyecta 270 millones de la Unión Europea para hacer el trabajo que deberían hacer las concesionarias aguirristas y reformar el Hospital Infanta Leonor, el Hospital Sureste y el Infanta Sofía.
Ante cada posibilidad de mirar al futuro a los ojos, de hacer que Madrid despegue, que compita con otras urbes y que se desarrolle todo su potencial, el Partido Popular pone todo su empeño en evitarlo. No falla. Esta incompatibilidad con el progreso, el desarrollo y la innovación solo se explica porque Ayuso no tiene nada que ofrecer a Madrid, ni una idea nueva, ni un nuevo proyecto. El Gobierno de la Comunidad de Madrid está tan atrapado en el pasado como las ideas de sus socios preferentes que añoran un Madrid en blanco y negro, con menos libertades y menos diversidad. Ese es el verdadero peligro, que consigan hacernos pensar que no hay más posibilidades que la resignación ante su plan de retroceso y estancamiento, que nos hagan perder este tren con matrícula europea. Solo hay dos opciones: dejar el futuro de nuestra región en manos de Ayuso y que sus políticas y sus socios hagan descarrilar esta oportunidad o que seamos capaces de dirigirnos al horizonte verde, transformador y equitativo que Madrid merece desde hace lustros.
Me alegra constatar que alguien muestra preocupación por lo que pueda pasar con los fondos europeos si quedan en manos de Ayuso sin ningún control. Bien visto por Mónica García.
Siempre das argumentos y razones de peso para demostrar que en la comunidad de Madrid las cosas se están haciendo fatal.Es increíble e intolerable.Mucho ánimo y fuerza Mónica.