FOTOCHOP (XVIII)
Informes
- "La señora con la mascarilla de la banderita rojigualda y el joven de melena alborotada seguían discutiendo"
El otro día una señora con una mascarilla con banderita de España y un muchacho joven con el pelo alborotado y una mascarilla normal empezaron a discutir en la cola de la pollería a cuenta de la calidad de los informes de la Guardia Civil. Inaudito. La cola de la pollería del mercado de mi barrio siempre está concurrida, pero con el confinamiento ha adquirido dimensiones épicas. Me senté en el banco que han colocado frente al mostrador para hacer más llevadera la espera porque estaba empezando a cansarme y todavía tenía cinco clientes por delante. A mi lado había un señor muy mayor que me abordó sin concesiones en cuanto le saludé. “Está usted un poco obeso. Se le ve como congestionado, como abotargado. Tendría que cuidarse más. Todavía es muy joven. Veo que lleva un paquete de tabaco en el bolsillo de la camisa. Yo —dijo alzando los abrazos hacia el cielo como si fuera el primo de Popeye— tengo 92 años. ¿Qué le parece?” —me descerrajó en tono cariñoso el nonagenario—. Todo lo que había dicho era cierto y su voz entrañable me cautivó, así que le contesté que me parecía muy bien y que le deseaba un montón de felices cumpleaños más junto a los suyos.
La señora con la mascarilla de la banderita rojigualda y el joven de melena alborotada seguían discutiendo y el pollero andaba más pendiente de la gresca que de deshuesar los contramuslos, así que la cola no avanzaba nada. “Esto ya lo he visto antes; hace muchos, muchos años”, dijo mi compañero de bancada. “Y lo que es peor”, añadió mientras me pasaba el papelito con su número antes de abandonar el lugar, “sé lo que ocurre después”. ¡Al abuelo le correspondía el turno y me lo había pasado a mí! ¡Solo tendría que esperar un par de minutos! Y luego, tan ricamente, a la frutería, donde me aguardaban otros seis o siete paisanos más. Era tentador, lo reconozco; dudé durante unos segundos, pero no pude hacerlo. No tuve más remedio que pasar del pollo e ir tras él. Ya fuera del mercado le pregunté: ¿Y qué es lo que ocurre después? ¿Qué es lo que pasa? “Que la gente se mata”, me contestó. “El que mata más es el que acaba ganando… Y vuelta a empezar”.
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Yo no he tenido experiencias directas con informes de la Guardia Civil —o eso creo—, así que no sé si puedo aportar mucho al respecto, pero les garantizo que no miento si les digo que un amigo periodista que trabajó 32 años de auxiliar de vuelo de Iberia decidió en 2015 asumir la responsabilidad de encabezar la candidatura de Aldaketa (confluencia de la izquierda navarra y el PNV para el Senado) y que poco después se desayunó con un informe de la Guardia Civil que le prohibía seguir ejerciendo su profesión. Patxi Zamora fue despedido de Iberia cuando le faltaban dos años para jubilarse porque para trabajar en los aeropuertos es necesario el preceptivo informe del Instituto Armado y, esta vez, después de 32 años volando de aquí para allá con Aznar, con el rey, y hasta con Pablo Motos, se lo denegaron alegando que se trataba de una persona “potencialmente peligrosa”. Le echaron a la puta calle y, tras el oportuno procedimiento judicial, la compañía asumió que se trataba de un despido improcedente. El litigio, que ha llegado a Bruselas y merecido varias preguntas parlamentarias, sigue abierto por la vía contencioso-administrativa. Y parece que no estamos hablando de un asunto aislado, sino que se pueden documentar otros casos similares, como el de Victoria Taibo, que trabajaba como recepcionista en la zona Vip del aeropuerto de Madrid-Barajas y que de un día para otro se convirtió también en “potencialmente peligrosa”.
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Cuando tienes conocimiento directo —de carne y hueso— de que este tipo de cosas siguen pasando y te dicen que un informe de la Guardia Civil cita como fuente a Okdiario y que se han tergiversado testimonios para relacionar la propagación de la pandemia con las manifestaciones del 8M te pones en lo peor, como con lo de Alsasua. Supongo que habrá un montón de guardia civiles que redactarán cada día informes estupendos, pero parece que estos a los que nos referimos y cuyo trabajo tan repugnantemente ha utilizado la caverna política y mediática no son lo que se dice un modelo de rigor. No sé si era de eso de lo que discutían la señora de la mascarilla nacional y ‘el pelos’ en la cola de la pollería, pero barrunto que como sigamos así el abuelo va a tener razón y la próxima fase no va a ser la tercera, sino la de los garrotazos… Los pollos van a salir volando.
Un país que no conoce su propia historia ( hablamos de la verdadera historia…) ; está condenado irremisiblemente a repetirla.Y aquí ya se han encargado bien de eliminar nuestra verdadera y reciente historia ; por lo que y según se palpa y se siente………..
Salud y que dios coja confesados ( » incluso a los que somos más que ateos) .
PD.
Solamente falta ya que se pongan las » camisas pardas» ( o «azul añil» que es el atuendo oficial ) ; pues los tenemos ya hasta en el Congreso ( aunque nunca se fueron ; ni los erradicamos).
…Las generalizaciones nunca se pueden tomar por «un todo». Pero es tan sintomático que los informes de pequeñas cosas sean esplendidos, casi inocuos; sin embargo desde su fundación aparecen en todas las sombras alargadas. Su «Fundación» por un Duque (Ahumada), se puso a la defensa de «terratenientes» y sus cuarteles lindaban con las «casas ducales»… mal haciendo un uso del nombre GC (benemérita), que se ocupaba en perseguir «gitanos», braceros, maricones bajo el lema: «Todo por la Patria».
Al hablar del abuelo en la «fila» de la pollería, me he acordado de otro abuelo, que su apellido suena estos días… por una nieta: Carmen Rodríguez-Medel. Este fué el Jefe de la Guardia Civil en Navarra que precisamente era fiel a la República democrática Española. Fué asesinado por un número que hacía de chofer, por la espalda…¿ por ? oponerse a nuestro glorioso alzamiento». Un hombre de honor al servicio de su juramento. El fatídico encuentro con Mola, le supuso ser la primera persona asesinada el 18 de Julio antes de las 8 de la tarde. La viuda Lucía Carmona Valentín guardó la casaca con los tiros por la espalda; mandó un escrito nº 1.075 solicitando un certificado en el que conste el fallecimiento de dicho Jefe: «No es posible extenderle dicho certificado en tal forma, toda vez que el fallecimiento de su esposo, fué debido a oponerse a los postulados de nuestro «Glorioso Alzamiento». Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid 7 de Julio de 1.944.
Sigue en un panteón sin nombre en Pamplona, en la C/ San Pablo, la familia que le acogió sus restos… la dueña fué fusilada !.Con hijos en el cuerpo y nieta, que seguro tendrán en el ADN el mismo que su antecesor José Rodríguez-Medel, que intentó frenar al cubano Mola y dió su vida a la «palabra» del juramento.
Luz perpetua a la dignidad de una persona coherente, con principios en defensa de las libertades públicas. Esa Memoria Histórica demanda: Verdad. Justicia. Reparación !.
«Solo lo que está bien olvidado, puede decirse que está muerto». Benavente.
Desde luego que no se puede meter en el mismo saco a todo este cuerpo militar pues hubo muchos guardias civiles , así como de una mayoría de militares de otros cuerpos que fueron leales al gobierno salido de las urnas.Y al día de hoy solamente hay que analizar la reciente trayectoria de este cuerpo militar que se hace llamar » civil» ( sin necesidad de remotarse a su pasado reciente….) , por lo que dudo mucho de la mentalidad y fidelidad democratica de la mayoría de sus integrantes y componentes , esto por no entrar en el asunto de las jefaturas de dicha institución , y que es ahí donde se encuentra el cáncer ( como en el resto de instituciones) .
Salud amigo.