Que la crisis la pague la Corona
- "Justo ahora es cuando la Casa Real aprovecha para hacer una explosión controlada del último gran escándalo de corrupción esperando que pase inadvertida"
- "La monarquía siempre ha estado del lado de los mismos a los que hoy no les tiembla el pulso al despedirnos o hacernos trabajar sin medidas de seguridad"
- "Si desde el pueblo trabajador tomamos nuestro futuro en nuestras manos, tal vez esta vez, en vez de pagar la crisis nosotros, conseguimos que la pague la Corona"
Lucía Nistal, Portavoz de Referéndum UAM y militante de la CRT
La corrupción de la familia real no entiende de cuarentenas. Aquí estamos la mayoría, sufriendo una crisis inédita en la historia reciente y, casualmente, la Casa Real, que no dice una palabra sobre esta crisis sanitaria, decide reaccionar ahora a la información sobre una fundación en un paraíso fiscal del rey emérito que tiene en su conocimiento desde hace un año.
Así, con toda la atención mediática puesta en el coronavirus, la Casa Real difunde un comunicado en el que Felipe VI renuncia a la herencia de Juan Carlos I y se elimina la asignación a este segundo porque el medio británico The Telegraph destapó el sábado la existencia de un fondo en un paraíso fiscal de Panamá a su nombre, del que el propio Felipe VI es beneficiario y, después de él, sus hijas, la heredera al trono Leonor y la infanta Sofía. Además, en este fondo aparece una donación de la friolera de 65 millones de euros de Arabia Saudí, presumiblemente un pago por el negocio detrás de la concesión del Ave a la Meca.
Este comunicado a la vez que un intento de dar una salida superficial al enorme escándalo que es la existencia de ese fondo, no deja de suponer un reconocimiento de los hechos por parte de la institución firmante. Un comunicado que sospechosamente deciden sacar en este momento.
En un estado de alerta en el que a la mayoría de la población nos piden sacrificios, cuando estamos viendo las consecuencias de una sanidad que ha sufrido recortes durante años en favor de la privada se ve colapsada y algunos llevamos días en casa con fiebre y síntomas sin que nos cojan el teléfono y sin si quiera derecho a un test porque no somos diputados o miembros de la familia real.
Ahora que tenemos a familiares mayores o enfermos en riesgo, que la amenaza de desahucio es aún más grave, que militarizan las calles pero obligan a la mayoría de los trabajadores y trabajadoras a seguir acudiendo al puesto sin medidas de seguridad y a menudo hacinados en el transporte público o vemos cómo son despedidos para proteger los beneficios de los capitalistas… Justo ahora es cuando la Casa Real aprovecha para hacer una explosión controlada del último gran escándalo de corrupción esperando que pase inadvertida. Un poco sospechoso y bastante miserable. Pero no lo vamos a permitir.
Es intolerable que, por un par de gestos ridículos de Felipe VI, pretendan que pasemos de largo el pago en negro de nada más y nada menos que 65 millones de Euros al rey Juan Carlos. 65 millones que ahora mismo le vendrían muy bien a la sanidad pública para comprar el material que no tenemos y pagar a los profesionales que necesitamos, le vendría muy bien a las y los trabajadores que están dejando en la calle sin alternativa.
Y aún más, aparte de estos 65 millones y de todos los que consten en diferentes fundaciones en paraísos fiscales que van saliendo a la luz, no nos olvidemos de que esta institución no elegida, impuesta por el dictador genocida Francisco Franco, recibe cada año 60 millones más de los presupuestos del estado, y que lleva décadas acumulado un patrimonio multimillonario que, para decirlo con claridad, habría que expropiar inmediatamente para ponerlo al servicio del pueblo trabajador en esta crisis. No pedir una donación de los 65 millones como he leído en alguna cadena bienintencionada de Whatsapp, sino expropiar su fortuna. Estaremos de acuerdo en que es más importante comprar tests, respiradores y medicamentos que facilitar las próximas vacaciones de lujo a los reyes.
Por otra parte, no solo se trata de que esta monarquía ponga mucha atención a su propio enriquecimiento, lo cual queda fuera de toda duda con la lista de casos de corrupción que acumulan, es importante señalar el papel que juega la institución al lado de los grandes empresarios y las grandes fortunas con las que es bien sabido mantiene reuniones y hace negocios a puerta cerrada. Y es que la monarquía siempre ha estado del lado de los mismos a los que hoy no les tiembla el pulso al despedirnos o hacernos trabajar sin medidas de seguridad con tal de seguir aumentando sus beneficios.
Tal vez esta terrible crisis sirva al menos para que digamos basta, que nuestras vidas valen más que sus beneficios, para que pongamos nuestras vidas por delante y nos demos cuenta de que para ello no podemos dejar pasar ni una más a este régimen monárquico para ricos. Ni una más.
No queremos tener que tragarnos ni un sapo más, como hemos visto hacer una y otra vez a Unidas Podemos en el Gobierno de Coalición con el PSOE cuando juraba lealtad a la Corona, en los aplausos al rey, en la desafortunadísima definición del respeto a la institución monárquica como republicana o incluso en la votación por unanimidad en la mesa del congreso contra la investigación del rey emérito.
Después de sacar el tema de la agenda y apuntalar la figura del rey, cuando volvieron a salir a la luz nuevos datos sobre las corruptelas de la monarquía hace unos días, lo máximo que vimos fue el gesto vacío de solicitar una comisión que todos sabíamos que nunca iba a ser aprobada por el PSOE. Y no es el momento de gestos vacíos, sino de ir al fondo de la cuestión que pasa por señalar que el rey permanece inviolable por la constitución, pilar de este régimen monárquico contrario al derecho a decidir.
Y desde luego, que no pretendan que non quedemos satisfechos con la pantomima que supone retirarle la paga al ya multimillonario rey Juan Carlos, como si la corrupción fuera un problema individual del rey emérito ‒en otros momentos lo fue de una u otra infanta, de su marido…‒ y no una característica endémica en la familia real.
Que Felipe VI diga que renuncia a una parte de la herencia económica de su padre es reírse de nosotros. La herencia que nos preocupa es la de la propia Corona que viene de mano del dictador genocida Francisco Franco: esta monarquía y todo este régimen monárquico que, como se ve aún con más nitidez en momentos de crisis, asegura los intereses de los ricos a costa del pueblo trabajador y las mayorías sociales.
Las muestras de cuestionamiento a la Corona, incluso en estas circunstancias, no han tardado en aparecer, en apenas unas horas se multiplicaban las convocatorias de caceroladas contra la monarquía o las recogidas de firmas exigiendo “que el dinero de Suiza vaya a sanidad” y que ya suman más de 130.000 adhesiones en apenas un día. No vamos a permitir que este nuevo escándalo pase inadvertido.
El movimiento antimonárquico y republicano, las organizaciones políticas de la izquierda rupturista tenemos la responsabilidad de no dejarlo pasar, de pelear por nuestro derecho a decidir, empezando por decidir echar a esta familia de parásitos que incluso en estas circunstancias vive a nuestra costa. Hoy no podemos salir a las calles, pero tengan claro que lo haremos, y que exigiremos procesos constituyentes, libres y soberanos, para decidirlo todo. Si desde el pueblo trabajador tomamos nuestro futuro en nuestras manos, tal vez esta vez, en vez de pagar la crisis nosotros, conseguimos que la pague la Corona.
Mientras el PCHOE la mantenga, la Monarquía perdurará. Así que ya podemos esperar sentados.
Son 100. millones. 65 son los que JC I le regaló a Corina.